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Francisco Gabilondo Soler, el hombre que creara a “Cri Cri” en 1934, con una infancia rodeada por la naturaleza y el amor a los animales. Músico que manejó casi todos los géneros melódicos desde jazz, tango, son jarocho, rumba y más. Apasionado por las matemáticas y la astronomía, amante de disciplinas deportivas como el boxeo, natación y tauromaquia. Viajero, enamorado del mar y lo principal: el poeta de de la infancia por más de cinco generaciones en México. Simplemente “ese señor” que volviéndose un “grillito cantor” en la XEW, se convirtió en uno de los grandes compositores de nuestra nación y sus canciones han recorrido varias partes del mundo.

 

Llena de nostalgia el escuchar los sonidos tan bellos de aquella niñez, cuando entre leche de chocolate, travesuras e imaginación, escuchaba al grillito en esos... los discos de acetato que ponían mis padres. El recuerdo que muchos compartimos, que vivimos y que soñamos en aquel reino de caramelo.

 

En cierto momento, al maestro Gabilondo le pedían canciones de amor los productores y disqueras de los treinta, sin darse cuenta que este gran personaje, tocó el amor más bello que existe: El de la ternura, la pureza y sencillez de un niño.

 

Cantar a la infancia solamente lo puede realizar un genio, una persona de corazón noble, transparente y lleno de sensibilidad. Honesto, sencillo, talentoso, defensor de lo justo, trabajador y con una gran comprensión de la sociedad mexicana, imprimió en sus letras la realidad de una forma tan delicada y dulce que hasta un chiquillo lo entiende. Enamorado de su país, defendió sus raíces con música, que hasta el encumbrado Walt Disney, rindió homenaje a este célebre artista de la niñez mexicana.

 

Lo triste es que en la actualidad seamos tan indiferentes a este aguerrido soldado de la cultura, los libros, las estrellas, en pocas palabras de la inocencia, y no escuchemos y compartamos nuevamente sus melodías. Si al fin y al cabo nuestros padres y la subsecuente generación crecimos con el grillito cantor, que cuantas veces llenó de cariño a los abuelos con “ese ropero, de cosas tan maravillosas y hermosas...”, al corazón homoespacieros. ¡Nostalgia! a eso sabe, y se sienten los preciosos recuerdos cuando escuchábamos al famoso:

 

-¿Quién es el que anda ahí?

-Es Cri Cri, es Cri Cri.

- y ¿Quién es ese señor?

-El grillo cantor...

 

El elegir como tema “el recuerdo de un grillito... cantor”, es hablar de la parte más sensible que puede tener un ser humano: Su niñez. Francisco Gabilondo Soler represento esa época y buscamos decir en esta entrega dedicada al maestro, una sola palabra: ¡Gracias!

 

Primero verán...

 

El bello estado de Veracruz, en Orizaba, un 6 de octubre de 1907, nace Francisco José Gabilondo Soler entre aquellos murmullos de los bosques, en la sierra peinadita de ocotes y volcanes bajo el sol crece el célebre grillo cantor. Don Tiburcio Goya y doña Emilia Soler Fernández fueron sus padres;  sus tres hermanos Augusto, Jorge y Eva completaban el cuadro familiar, pero faltaba una pieza clave, su amada abuelita Amelia Fernández, a la que le dedicó muchas de sus canciones.

 

A los dos años de edad sus padres deciden viajar a Bergara, España, donde Francisco se divertía en la playa y se cree que de ahí, además de su natal Veracruz, nació su amor por el mar y la aventura.  Un años más tarde regresó a Orizaba, con su abuelita, la mujer que lo enseñara a enamorarse de los cuentos de los hermanos Grimm, las aventuras de Verne y Salgari para soñar en viajes a mundos desconocidos.

 

Nunca fue un aplicado estudiante, Pacho -como le decían sus amigos- prefería aprender de las estrellas, la naturaleza, los números, cuentos y por supuesto la música. Relatan sus cronistas que escapaba de clase para leer sus ficciones en los montes y riachuelos veracruzanos, donde aprendía más que en el aula llena del bullicio de sus compañeros, además de los regaños de sus profesores.

 

Tiempo después sufrió la separación de sus padres, una economía apretada, internados y tener que decidir vivir con su padre a la edad de tan solo diez años.

 

Caminito de la escuela...

 

En 1924 el joven José Francisco se traslada a Nueva Orleans a tomar un curso de linotipia, que era el manejo de una máquina ingeniada por Ottmar Mergenthaler en 1886 para desarrollar el proceso de composición de un texto en impreso. En las tierras norteamericanas conoce el jazz y otros géneros que le despertaron aún más su interés por la música. Al regresar a casa, el compositor veracruzano aprende a tocar de oído el piano, esto fue al observar el mecanismo de una pianola en unos baños públicos de Orizaba, él mismo lo relata de la siguiente forma: “Primero accionaba el aparato y me fijaba dónde bajaban las teclas; después ponía los dedos en el mismo lugar y con práctica logré aprender”.

 

En estos años de juventud, Francisco se enfocó a la natación, al boxeo y como torero llegó a presentarse con el sobrenombre de “El Estudiante” en algunas plazas de la entidad, pero dejó esta actividad porque no le agradaba matar al toro, ya que era amante de los animales y le parecía una injusticia.

 

El gato de barrio...

 

En 1928 se muda a la capital mexicana y estudia una de sus pasiones, la astronomía en el Observatorio Nacional, lugar donde se desempeña como voluntario, pero abandonó su proyecto por falta de recursos. A finales de esta década el veracruzano ya dominaba algunos instrumentos aparte del piano y empieza a componer sus propias melodías al ritmo de tangos, danzones, fox-trot, entre otros estilos melódicos, trabajando como músico en algunos cabarets, bares y carpas. Entre los datos que vale la pena resaltar es que una de sus piezas fue grabada por una banda estadounidense en Nueva York, el fox-trot “Montecarlo”, lamentablemente no existe copia alguna de esta composición.

 

A principios de los años treinta el talento de Gabilondo Soler fue rechazado por varias disqueras, argumentando que la gente prefería música para enamorados, no letras pueriles. El gran ahínco y perseverancia del artista lo llevó en 1932 a la nueva estación radiofónica XYZ, a presentarse en un programa con Ruiz Cabañas donde interpretó sus primeros temas “Dorotea”, “Vengan Turistas”, “Timoleón” y “Su Majestad el Chisme”, piezas interpretadas con su particular y elegante crítica social, lo que le mereció el mote de “El Guasón del Teclado”.

 

El grillo cantor...

 

Corría el año de 1934, Lara, Curiel, Greever, además de grandes intérpretes como Toña la Negra y Pedro Vargas, vestían de romance al pueblo mexicano en la famosa emisora XEW que sus transmisiones llegaban a todo Latinoamérica. La competencia era reñida, las grandes voces engalanaban el piano verde y oro, pero no existía en México quien le cantara a los seres puros de corazón… los niños y su mundo de fantasía.

 

El coraje, arrojo y profesionalismo por parte de “El guasón del Teclado” quedó demostrado la tarde del 15 de octubre de 1934, a la 1:15 p.m. Francisco Gabilondo Soler con el piano y su alma interpretó sus primeras canciones infantiles: “El Chorrito”, “Bombón I” y “El Ropero”, en un espacio de quince minutos que le brindara don Othón Vélez en la XEW, sin patrocinador ni publicidad, con poca paga, y, además, a prueba. Ahí, el compositor de la inocencia hizo valer su gran arte musical. Al poco tiempo aparece el grillito cantor  con el nombre de Cri-Cri, y  es porque en la secuencia de la palabra existe armonía y en segundo lugar porque en su traducción del francés al castellano significa “grillo”.

 

¿A dónde vas? Conejo Blas...

 

El éxito de Cri-Cri duró 27 años al aire en la XEW, en esta etapa el maestro Gabilondo Soler desarrolló diferentes géneros musicales para su público infantil, pero refinar y ampliar su repertorio, se lo dio un viaje que lo embarcó a hacer una pausa de más de un año en su programa. Se enlistó como marino en un barco que lo llevó por Sudamérica, principalmente a Argentina, enamorándose del tango, lo que se reflejó en su canción “Che araña”.

 

Al regresar a México, retoma el programa con nuevas propuestas musicales para los niños que lo esperaban con gran júbilo y emoción. El programa trascendió rápidamente fronteras, tanto que en Cuba le pidieron transmitir su programa en vivo desde La Habana, ésta fue la única ocasión en que el programa de Cri-Cri se transmitió fuera de nuestra nación.

 

Francisco Gabilondo Soler fue miembro fundador de la Asociación de Actores y Compositores de México el 1 de enero de 1940 con la credencial número treinta. En 1951 ingresó a la Sociedad Astronómica de México (SAM) para desarrollar su pasión, ahora que existían las condiciones para hacerlo. Las estrellas y su estudio lo maravillaban y decide construir un observatorio en el pueblo de Tultepec, al norte de la capital mexicana, instalaciones que posteriormente cedió a la SAM.

 

Enséñame tu ropero, con cosas maravillosas...

 

El grillo cantor se creó para y con la radio, la imaginación volaba el escuchar las aventuras de Cri-Cri. La forma tan precisa para describir a la sociedad, la familia y la vida misma, era un arte que sólo el maestro Gabilondo podía realizar con sus cuentos musicales. El 30 de julio de 1961 la voz del grillito cantor se despide del micrófono de la XEW, sus relatos impregnaron a varias generaciones, el programa dejaba en el público un vacio que nadie hasta nuestros días ha logrado llenar.

 

En 1963 el cine mexicano le rinde un homenaje a la vida y obra del maestro. Francisco Gabilondo Soler Cri-Cri fue interpretado con gran profesionalismo por el destacado actor Ignacio López Tarso. En la escena final de la película, el compositor veracruzano aparece en la pantalla grande en el homenaje que se le rindió.

 

Las palabras del primer actor López Tarso fueron sensibles y emotivas:

 

“Mi trabajo ha tratado de reflejar, la maravillosa calidad humana de ese hombre sencillo y bueno, que ha venido cantando a tres generaciones... que se emocionaron con las canciones de Cri-Cri, el grillito cantor, ese ser pequeño e invisible que vive en el corazón del autor y en el corazón de todos ustedes”.

 

Televicentro -en el año de 1968- invita al grillito cantor a un nuevo programa de televisión, en el que se grabaron doce episodios en vivo con escenografía y coreografía, y en el cual se disfrutaron algunos de sus temas más famosos como “La patita”, “La muñeca fea”, “El chorrito”, entre otros grandes éxitos.

 

¿Quién es el que anduvo aquí?...

 

Para finales de 1970 Francisco Gabilondo se retira al pueblo de San Miguel Tocuila, cerca de Texcoco, donde construye una casa parecida a la de sus primeros años en Orizaba.

 

En su haber cuenta con 210 piezas musicales, de las cuales 207 se conservan y tres se encuentran perdidas, además tres de sus obras las grabó “el pachuco del pueblo”, Tin Tan.

 

Walt Disney, en la película en homenaje al maestro Gabilondo, realizó el cortometraje de “Los  tres cochinitos” y lo consideraba un hombre con gran sensibilidad artística para el público infantil.

 

En 1979 la serie mexicana “El Chavo del 8” creó una canción en homenaje a Francisco Gabilondo Soler, titulada "Gracias Crí Crí", escrita por Roberto Gómez Bolaños. Para 1980 en España, Juan Pardo produjo el disco “Cosas de niños” en el que Eva Cortés, Mocedades, Miguel Bosé, Ana Belén y Víctor Manuel, interpretaron sus temas. Por esa época también los cantantes Emmanuel, el tenor Plácido Domingo y la francesa Mirelle Mathieu realizaron un LP dedicado al grillito cantor.

 

El 14 de diciembre de 1990, el poeta de los niños, fallece a causa de un paro cardiaco. Su legado ha dejado en los corazones de los mexicanos el retrato de una niñez envuelta en sus letras. A cien años de su natalicio en 2007 se le rindieron varios homenajes.

 

El mejor cumplido amigos homoespacieros que podemos hacer a este célebre personaje de la lírica infantil mexicana, es reproducir sus canciones a las nuevas generaciones, retomar el recuerdo de aquel gran señor, del “grillito... cantor”.

 

-¿Quién es el que anduvo ahí?

-Fue Cri-Cri, fue Cri-Cri.

-y ¿Quién es ese señor?

-El grillo cantor...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Te dejamos los links con algunos tesoros que aún guarda “el “ropero de las fantasías musicales“ de don Francisco Gabilondo Soler:

 

Primeros temas y entrevista.  

Entrevista canal once. 

Página. 

 

Amigos, los invitamos a escuchar las cápsulas homoespacieras dentro del programa “La otra frecuencia” en Radiorama 1530 AM, que se transmite todos los miércoles de 20:00 a 21:00 horas. 

El recuerdo de un grillito...cantor.

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