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La magia de América... Pacífico, enigma precolombino 

Por Glen Rodrigo Magaña.

El encanto precolombino sudamericano con vista hacia el Océano Pacífico, embarca a los textos homoespacieros en esta quinta edición de La magia de América. Nuestro primer destino sabe a un rico aguardiente peruano, en un refrescante oasis en medio de dunas esculpidas por el viento, figuras detalladas por una red de líneas que realizó la antigua cultura Nazca y una pequeña metrópoli donde las danzas afroperuanas, la leyenda del Señor Luren, así como su arquitectura neoclásica, son el aliciente turístico de esta localidad. El segundo encuentro se ubica en la zona insular de la República de Chile, considerada la isla más alejada del mundo, colmada de enigmáticas esculturas prehispánicas llamadas moais y que en sus sonidos guardan la tradición de los rapanuis.

Amigos, los invitamos a escuchar las cápsulas homoespacieras dentro del programa “La otra frecuencia” en Radiorama 1530 AM, que se transmite todos los miércoles de 20:00 a 21:00 horas. 

La fraternidad entre naciones comparte su esplendor por medio de sus manifestaciones culturales, las artes, que son el vehículo de expresión para comunicar la belleza o hacen honor a valores que van más allá de cualquier limitación geográfica o política. Algunos seres, en especial aquellos que detentan “el poder”, pierden este enfoque; sí, ellos, los que atesoran lo absurdo suelen ser el principal problema de la unidad de un país, provocan conflictos, desgracias y marginan la verdadera riqueza…el pueblo, que emite su descontento y reclamo por la indolencia de que es objeto.

 

Nuestros ancestros dejaron un sentimiento común, la herencia prehispánica que ha permanecido desde hace cientos de años, lugares que se infiltran y nos recuerdan nuestros orígenes, sitios donde surge La magia de América; rincones remotos envueltos de enigmas, que en el fondo percibimos sus respuestas, ahí donde florecieron grandes imperios; nuestra sangre indígena que crea conexiones inexplicables con aquellas civilizaciones, que es como saber de alguna forma misteriosa que ya hemos estado ahí.

 

Después de estas líneas, que esperamos nos lleven a  la reflexión, en Homo Espacios seleccionamos dos destinos que pretenden provocar este enigma precolombino… entre las aguas del Océano Pacífico. Iniciemos con el peruano Departamento de Ica, donde disfrutaremos del aguardiente producido en sus viñedos llamados “pisco” y admiraremos su oasis Huacachina enclavado en el desierto iqueño. Luego viajaremos a Chile para conocer la Isla de Pascua, que tan solo por su lejanía es considerada todo un misterio.

 

Ica… el oasis precolombino de Perú

 

Las regiones prehispánicas de Perú, son una de las principales atracciones de este país, aunque muchos lo ubicamos por la zona arqueológica de Machu Picchu, existen otras entidades que también resaltan por su interés y belleza. Ica es una ellas, ya que aquí existió la cultura Paracas, que data del siglo 600 a.C. y en la cual existen fardos funerarios con cuerpos momificados. Otra civilización sobresaliente fueron los Nazcas, quienes dejaron dibujos conocidos como líneas y el más interesante de ellos es la figura  antropomorfa conocida como “el astronauta”.

 

La fundación de estas tierras, en el periodo virreinal, la realizó el peninsular Jerónimo Luis Cabrera el 17 de junio de 1563, bautizándola como Villa de Valverde, que tiempo después cambió su nombre a San Jerónimo de Ica. En 1595 llegaron esclavos africanos, quienes aportaron las famosas danzas afroperuanas y en septiembre de 1820, Ica proclama su independencia. En años recientes, este departamento peruano sufrió en 1998 una inundación y en el año 2007 se vio severamente afectado por un terremoto, el cual destruyó varias joyas arquitectónicas de los iqueños.

 

Algunas de las principales edificaciones son: su Catedral, construida en el siglo XVIII, de estilo neoclásico en su portada y un fino barroco en su interior; el Museo Regional Adolfo Bermúdez Jenkins, que exhibe piezas de las culturas precolombinas que habitaron la región y cuenta con lienzos, así como muebles de la época virreinal. También, no olviden visitar al Señor Luren, santo patrono de los iqueños, cuya leyenda cuenta que estuvo en un naufragio y ha sobrevivido a varias catástrofes naturales; su fiesta se realiza del 3 al 21 de octubre.

 

Las opciones turísticas son varias; puedes ya sea nadar en la laguna de Huacachina, pequeño oasis entre el desierto o bien, practicar algo de sandboarding en las dunas, experimentar la adrenalina al conducir un buggie de arena o disfrutar de sus playas vírgenes al final de estos senderos desérticos. Si buscas algo más relajado, la alternativa es visitar los viñedos y dejar que el “pisco” haga su trabajo o vivir las leyendas de las brujas del pueblo de Cachiche, digo, para que se digiera más rápido el aguardiente.

 

En materia gastronómica, el menú iqueño podría ser un rico guiso de papa seca sancochada con carne de puerco llamado “carapulcra” o una “morusa”, que es puré de pallares con asado de res, esto seguramente te dará las energías necesarias para acudir a la Reserva Ecológica de Paracas, donde podrás admirar la fauna peruana y tomar alguna lancha que te lleve a las Islas Ballestas, sitio donde la convivencia con la naturaleza seguramente te pondrá un tanto sensitivo… así que esperamos que lleves a tu acompañante predilecta.

 

Isla de pascua… sugestivo enigma chileno

 

Nombrado por los rapanuis como “El ombligo del mundo”, esta enigmática civilización pobló la lejana isla en el siglo IV. No existen datos precisos, pero la leyenda oral dice que sus primeros pobladores llegaron de una misteriosa isla llamada Hiva, aunque algunos nativos dicen que siempre permaneció en este sitio.

 

La principal tradición de esta cultura era la ceremonia “Tangata Manu”, competencia que se efectuaba en al suroeste del cráter del Rano Kau, sitio donde habitaban unas aves llamadas Manutaras y consistía en conseguir el primer huevo de estos animales, ofrendado al Dios Make-Make. El ganador  Hopu Manu, lograba la categoría  del sagrado “Hombre-Pajaro” y su tribu obtenía privilegios económicos, así como espirituales.

 

Respecto al origen del nombre de esta isla, se tiene registrado que el nauta holandés  Jakob Roggeveen descubre estas distantes tierras un Día de Pascua, el 7 de abril de 1722. Aunque el lugar tuvo varias visitas y abusos por parte de europeos, los cuales raptaban a los nativos para venderlos como esclavos, eso sin contar las enfermedades que trasmitieron a la población rapanui, hasta que en 1887, Chile logra anexar la isla a su República.

 

Actualmente la isla tiene la categoría de Parque Nacional y se encuentra en la lista de Patrimonios Mundiales de la UNESCO. Los cantos rapanui, siguen guardando gran parte de sus orígenes rítmicos, aunque también la influencia artística de diversos colonos, así como de otros géneros melódicos ha brindado fusiones interesantes, incluso la isla cuenta con su propia casa productora.

 

Otros de los atractivos de la Isla de Pascua, son las esculturas conocidas como “moais”, así como sus 300 altares o “ahus”, lo que hace de este sitio un museo precolombino al aire libre, aunque también cuentan con una pinacoteca que posee 150 piezas de esta cultura. La playa Ovahe es una desinhibida opción, ya que el nudismo entre sus rojizos arenales es permitido y las actividades más solicitadas son el buceo, cabalgata, un “tour” en yate o los espectáculos nocturnos de baile polinesio.

 

Estimados homoespacieros, como ya es tradición en nuestro artículo semanal, les compartimos los enlaces de estos mágicos lugares de América:

 

Ica (Perú). 

Isla de Pascua (Chile).  

 

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