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“El príncipe de la oscuridad” como era llamado Miles Dewey Davis, uno de los trompetistas y compositores más representativos de la quinta esencia norteamericana, el Jazz; nació en Alton, Illinois en 1926 y fue criado en la ciudad de East St. Louis, donde el boxeo era popular y se practicaba como un medio de defensa. Davis describe, en el libro “So What: The Life of Miles Davis” de John Szwed, el entrañable significado que tenía el boxeo en su ciudad natal: "No se trataba de una metáfora de un tipo de arte o una actividad intelectual. En lugar de eso, era una actitud, una forma de moverse, una manera de ser hombre."

 

Arraigado el boxeo desde su infancia, tanto como la música a través de la trompeta, estas nobles artes formaron una influyente alianza a lo largo de la vida de Miles Davis. Frecuentemente se habla sobre su pasión por la "dulce ciencia", su admiración por Sugar Ray Robinson y la  inspiración que éste le dio para superar su adicción a la heroína cuando tocó fondo en 1954. Miles expresaba al respecto: "Realmente dejé mi hábito por el ejemplo que me dio Sugar Ray Robinson, pensé que si él era tan disciplinado, yo también lo podía ser". A raíz de esta determinación por controlar su adicción, Miles amó aún más el boxeo y lo vería como un medio e impulso para erradicarlo.

 

Entrenó en los gimnasios Stillman y Gleason con el manager Bobby McQuillen, quien le exigió estar limpio de drogas, así como una disciplina estricta y técnica aunque no subiera al ring a competir, sino únicamente para ejercicio y guanteo pues debía cuidarse las manos, los labios y la dentadura. Además entabló amistades  con algunos boxeadores y músicos que compartían ambas pasiones como Stan Levey, Johnny Bratton y  el mismísimo Sugar Ray Robinson de quién comparte: “Solía ir a verlo a  Harlem y un día le dije que dejé mi adicción a la heroína inspirado por su disciplina”.

 

Miles Davis poseía una personalidad fuerte y oscura, además de un indiscutible talento y creatividad. Fue por estas cualidades  que se le considera precursor de algunos movimientos estilísticos del jazz.

Afortunadamente Miles dejó sus propias impresiones sobre el noble arte del pugilismo en diversas biografías y entrevistas realizadas por reconocidos críticos y periodistas como Quincy Troupe, Ian Carr y Ted Gioia;  así como la influencia que éste ejerció en su vida y su quehacer musical.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“El boxeo es como la música: cada día se aprende algo. Boxeo porque me da fuerza…Yo no bajo la guardia cuando toco. En un grupo nunca debes dejar que el que toca detrás adivine cuándo vas a retirar el instrumento de tus labios y hacer una pausa. Es como en el boxeo: siempre hay que acorralar al adversario..."

Miles Davis, Jazz Magazine (1971)

Así suena el boxeo, según Miles Davis

 

Se desempeña en gestión de proyectos profesionales en arte y música.  Escribe artículos sobre la relación de la Música con otras disciplinas. Ha colaborado en programas de radio por Internet y con sitios como Diosas Olímpicas e Izquierdazo Boxeo.

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¿Cómo suena el boxeo según Miles Davis?

 

En 1970  Bill Cayton,  en ese entonces presidente de Big Fights Inc., cinéfilo, coleccionista de películas de boxeo y quien luego sería uno de los mánagers de Mike Tyson, le pidió a Miles Davis componer la música para su documental “Breaking Barriers” sobre la vida del primer campeón mundial de raza negra en peso pesado: Jack Johnson. El compositor, trompetista y apasionado por el boxeo, asumió con entusiasmo el encargo. Ese mismo año grabó durante semanas en colaboración con el productor Teo Macero, el ingeniero de audio Stan Tonkel y un conjunto de músicos talentosos como Herbie Hancock en el órgano, Steve Grossman en el saxofón soprano, el guitarrista John MacLaughlin, Michael Henderson en el bajo eléctrico y el baterista Billy Cobham, entre otros.

 

El material musical nació de las ideas e influencias musicales y  boxísticas de Miles, que a lo largo del tiempo se fueron enriqueciendo y desarrollando con el talento y creatividad de sus colaboradores dando como resultado “Right Off” y “Yesternow” concluyendo con las siguientes frases recitadas por el actor Brock Peters:  “Soy Jack Johnson, campeón mundial de los pesos pesados. Soy negro. Nunca me permitieron olvidarlo. Está bien. ¡Soy negro! Nunca les permitiré que lo olviden”.

 

A pesar del renombre de Miles Davis por su genio musical y su abrasiva personalidad, el sello discográfico Columbia no tenía mucha fe en este producto de fusión Jazz-Rock y lo lanzó a la audiencia en el año de 1971 con el nombre de “A Tribute to Jack Johnson”. Thom Jurek, escritor en AllMusic Guide, dice al respecto de este álbum: Es una experiencia que se escucha profundamente atractiva y provocadora".

 

Esta grabación, y la reedición que se realizó posteriormente en 2003, en un box set de 5 discos compactos titulado “The complete Jack Johnson Sessions”, incluyen las  sesiones completas con las versiones y arreglos de cada pieza tituladas con los nombres de boxeadores emblemáticos como “Duran”, “Ali” y “Sugar Ray”. Actualmente son consideradas material de culto al Jazz y al propio Miles Davis. Nuevamente, en 2005, la música fue utilizada en algunas partes del extraordinario documental sobre Jack Johnson dirigido por Ken Burns,“Unforgivable Blackness”.

 

Sobre la música de "Jack Johnson" y su relación con el boxeo, Miles Davis decía: “Tenía en mente los movimientos de los boxeadores, sus movimientos son casi como pasos de baile, o como el sonido de un tren. La imagen del tren estaba en mi cabeza cuando pensaba en un gran boxeador como Joe Louis o Jack Johnson, porque cuando se piensa en un gran peso pesado que embiste, se viene a la mente un tren”.

 

Su más grande veneración, el boxeador Sugar Ray señalaba:“El ritmo es todo en el boxeo. Cada movimiento empieza con el corazón”. He aquí las analogías que nos permiten profundizar en la admiración, el respeto y la influencia que dos grandes personajes y amigos compartían  por la música y el boxeo.

 

Como músico, era inevitable para Miles tener congruencia de lo que aprendía en el gimnasio, para luego transportarlo a la trompeta y a todo lo que tuviera que ver con su quehacer musical. "(El Boxeo) Es como un instrumento musical", decía Miles Davis, " tienes que estar practicándolo una y otra vez.”

 

Sin lugar a dudas, para Miles Davis subir al escenario y hacer lo que mejor  sabía, música ilimitable e inigualable con su trompeta, era también un ritual. El mismo de un boxeador antes de subir al ring a jugarse la vida.

"Antes de sus atuaciones, Miles se alejaba de todos y a menudo rechazaba a cualquiera que se le acercara. Como un boxeador que se prepara para su pelea, se negaba a la comida y al sexo antes de tocar, pues creía que un músico debía tocar hambriento e inastisfecho. Como un peleador, se amarraba sus agujetas lo más apretadas posibles, en zapatos que ya eran un número menor que su talla siete, para poder sentirlos con firmeza en su lugar".

 

Para entender esta relación inigualable entre la música y el boxeo, tendremos que aventurarnos a escuchar cómo suena el boxeo, y hacerlo desde el genio revolucionario de Miles Davis.

 

Así suena "Durán"

 

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