Chamarras de cuero, peinados rocanroleros, coquetos vestidos retro, desenfreno en los pies con música de los cincuenta, tres autos de aquella época, una imagen de Elvis en tamaño real, su gran barra con una fila de guapas meseras que esperan su orden, un piso con cuadros color blanco y negro, clases de swing, bandas tocando en vivo como los Rebel Cats, Eddie y los Grasosos o Las Leopardas… son algunas de las cualidades de este restaurante de la Colonia Roma.

 

Explosivo, revelador y agitado sería una fugaz descripción de la esencia de este lugar, ya que las jovencitas suelen llamarte con la mirada, cuerpos tatuados, que solo mostrarán el dibujo completo si logras conquistarlas con el arte de la palabra… y el baile, suele ser el pretexto perfecto, pero si acaso desconoces los pasos principales, no te preocupes, ya que aquí dan clases para que puedas obtener esos primeros frutos, aunque también el invitarle una malteada de cacahuate acompañada con alguno de sus exóticos hot dogs, tal vez pueda ser de ayuda en tu primer acercamiento, pero definitivamente el platillo fuerte, se encuentra en sus fiestas temáticas.

 

Un inesperado Halloween…

 

“En noviembre del año pasado, se nos ocurrió hacer una fiesta Halloween, esperando que solo fueran unos cuantos disfrazados, pero nos dimos cuenta que casi todos los clientes traían atuendo. Al final, hicimos un concurso y premiamos a los primeros tres mejores disfraces”, nos platicó Uriel Rockers, Gerente de Relaciones Públicas y Booking de Be-Bops Diner.