Chihuahua es punto y aparte. Nutrido con la experiencia mística del 86, alimentado con la experiencia exitosa del 92, hoy surge un fenómeno de participación ciudadana que levanta una expectativa gigantesca que solo se cumplirá con alianzas ciudadanas, acuerdos con empresarios, gabinete altamente competitivo y ético, rendición de cuentas, sinergia con parlamento y partidos políticos, procuración de justicia eficaz, desmantelamiento de la corrupción, excelencia personal y solidaridad con los más pobres de Chihuahua. No hay de otra sopa. La expectativa en favor y un gobierno heredado por ladrones que no perdieron su tiempo ni se tocaron el corazón para convertir la pobreza en indigencia es lo que se hereda y así hay que dar resultados. No hay justificación para que el árbol no dé frutos.

 

El panismo en el gobierno necesita dar frutos para la credibilidad ciudadana, para reforzar la creencia en el sistema de partidos, para descartar nuevos alzamientos ciudadanos que quieran sustituir a los partidos,  para demostrar al país y a los diferentes que la pluralidad no es prosapia sin contenido sino realidad que puede vivirse.

 

El panismo necesita, antes que todo esto y atendiendo al principio de la identidad: "ser lo que es y no otra cosa". Su movimiento, aunque es plural, se ciñe a la filosofía del humanismo. Luego entonces primero es su esencia, su identidad, la identificación de sus partes que obedecen a la ortodoxia del todo, y con esa fuerza puede desplegar su pluralidad y un trabajo eficaz en la diversidad. En un sentido contrario no se puede. Y la presencia de actores diversos ideológicamente serán una riqueza propositiva y de visiones que evidentemente le darán proyección a los propios principios de doctrina de casa, como lo intentó hacer Alonso Lujambio en su libro La Democracia Indispensable.

 

Javier Corral ha planteado en su discurso triunfador y humanista frases cortas que develan el estilo correcto: "Duarte tendrá que ir a la cárcel”. "Mi gobierno será plural".  "Que no se preocupe por su trabajo el velador o el empleado sencillo que labora en el gobierno". "Mis colaboradores serán mitad varones mitad mujeres". “No hay reconciliación sin justicia".....

 

¿Que se necesita para esta transición de tanto fondo?

 

Un parlamento enfadadísimo a una reforma integral constitucional como fue la del año 92 donde surgieron maravillosas figuras jurídicas ciudadanas y el derecho a la vida desde la concepción. Un parlamento disperso e ineficaz sería muy grave.

 

Una reforma constitucional será para Javier Corral su infraestructura jurídica no solo para ejercer su gobierno bien sino para dejarle a Chihuahua candados jurídicos contra los ladrones que pueden llegar después. Una reforma que trascienda a estos años de gobierno.

 

Krauze decía que el error de los gobiernos panistas a nivel federal y por lo cual el PRI estuvo de vuelta fue la falta del desmantelamiento del aparato de corrupción, por ello, ese error no se puede cometer a nivel estatal. No cabe duda,  hay mucha corrupción en cualquier área del  gobierno local y hay que detectarla y estructuralmente desterrarla. Y llevar a juicio a los presuntos y que sea una lección de cara al público, para que el panismo pinte su raya respecto a la corrupción.

 

Si EPN favorece la huída de César Duarte fuera del país el CEN del PAN debe proceder a levantarle juicio político porque sería otro agravio para los Chihuahuenses. Los Gobernadores de Tamaulipas que robaron en aquel Estado nunca fueron tocados por la justicia y el sistema tricolor, lo mismo que en el caso de Moreira, favoreció su impunidad porque con ello también se protegía el propio EPN.

 

Se necesita también, quizá por primera vez en Chihuahua, un jefe estatal por consenso, para evitar que la confrontación interna posterior al evento introduzca un ruido innecesario en la transición local. Yo recomiendo la intervención del CEN a este respecto para que quede como jefe estatal una figura amable, ciertamente de contención pero también de colaboración con estos tiempos y con las pilas bien puestas en los retos que pide la ciudadanía del nuevo gobierno, y sobre todo que actúe en sinergia con los comités directivos municipales para que las alcaldías no operen con baja calidad sino ofreciendo frutos claros de gobierno. Con profesionalismo.

 

Para terminar es obvio que a nivel nacional tres palabras definen el destino: SER, HACER Y CONOCER. 

 

A nivel local es igual. El ser lo ofrece la calidad educativa y un compromiso de todos los actores en este sentido. El hacer lo ofrece un combate a la pobreza real y una procuración de justicia y el respeto estricto a los derechos humanos y otras cosas.

 

Y el conocer es el gran impulso a la cultura de nuestro Estado. Para ello la historia local y de las comunidades es básica, lo mismo que crear un vínculo entre la tierra y el hombre. Quizá sea el momento de detonar en Chihuahua y en el país el tema agrario y los unas con apoyo federal para sacar la vocación de desarrollo sustentable, ecológica y productiva de las regiones. El contacto con la sierra tarahumara y las regiones exóticas es cultura fundamental. Levanta vínculos entre los hombres y comunidades. Ofrece alegría a nuestro pueblo.

 

Que el espíritu santo derrame su luz para que la alta expectativa se vuelva paulatinamente una realidad. Ese espíritu es la maravillosa intervención de Dios en la historia que sabe combinarse sabiamente con la libertad humana.  

 

Si en Chihuahua funcionan estos trazos de un nuevo estilo de gobernar, que requerirá experiencia en el gabinete de gobierno y un arte de combinaciones entre los experimentados y los jóvenes, Chihuahua será ejemplo nacional y un modelo para repetir a nivel nacional.