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Todos los miércoles por la 1530 de AM en punto de las 20:00 horas, conduce el programa La Otra Frecuencia, periodismo con consciencia.Twitter: @arturosuarez

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De quién fue la “ideota” de Trump…

La estupidez insiste siempre.
Albert Camus

Estimado lector, gracias por encontrarnos de nueva cuenta en este espacio, el tiradero que dejó la visita de Donald Trump es grande, cuantioso y todavía el equipo de Peña Nieto no ha realizado el recuento total, ni lo hondo de la herida propinada a la figura presidencial, mientras en los pasillos se cuenta que la responsabilidad es de Luis Videgaray, su amigo Peña ha tenido que poner la cara para aceptar que fue su responsabilidad, y pasar a la historia con un sexenio lleno de errores.

 

El intento para posicionar de nueva cuenta la imagen del Presidente Peña Nieto, resultó una vacilada, aunque Peña intentó jugársela “con el cuchillo entre los dientes”, lo que parecía una táctica osada, de plano terminó por darle la puntilla un día antes de su cuarto informe de gobierno, dicho sea de paso se convirtió en “infame de gobierno”, hasta se extrañó el “besamanos” o “día del Presidente”. Ante el bodrio de diálogo con jóvenes, que resultaron actorcillos priistas.


Lo que le faltaba al ejecutivo se cumplió, Hillary Clinton no vendrá, rechazó la invitación de Peña Nieto para visitar México y sostener una reunión, la candidata por supuesto no le agrado para nada la recepción a su contrincante republicano, si no pasa nada extraño o extraordinario, la demócrata Clinton será la nueva presidenta del país más poderoso del mundo, y comenzará con tensión la relación con el país del sur, nuestro vecino del norte que tanto determina para nuestra economía y comercio.


Pero las cosas no paran ahí, para el mismo gobierno federal, representa una ruptura entre secretarios de estado, la gestión realizada por Luis Videgaray para que viviera Donald Trump no era conocida por la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu quien se enteró en el momento en el que la visita era un hecho, la funcionaria no compartía el criterio de la invitación, ni veía ventajas para el gobierno. Indignada por la forma fue a ver al presidente y renunció; la renuncia fue rechazada, pero la molestia sigue latente.


Nadie la escuchó, Ruiz Massieu pidió al secretario Videgaray que se cancelara la invitación a Trump, pero éste le dijo que era imposible, la canciller respondió que sería más barato, políticamente para el presidente, el desaire, que recibir al boquiflojo de  Trump. Y saben que, Tenía razón, no hay marcha atrás, con el desaire de Hillary Clinton, cada quien se queda con su golpe, lo malo es que le vieron la cara a Peña de nueva cuenta.

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