Los ecos clásicos del ritmo roto, hipnotismo sonoro que provoca que los pies se muevan involuntariamente, alegría sincopada que desde la franca “Ciudad de la luz”, es representada actualmente por los Hot Sugar Band.
Integrada por Julien Écrepont (trompeta), Corentin Giniaux (clarinete), Jean Philippe Scali (saxofón), Gwen Ollivier (piano), Vincent Simonelli (guitarra), Jonathan Gomis (batería) y Julien Didier (contrabajo y voz), esta francesa big band es creada en el 2010, ha participado en los festivales más importantes de swing a nivel mundial y hasta el momento han lanzado tres discos: Are you in shape? (2014), Swing for dancers (2015) y Wondering Where (2017).
Respecto a las féminas The Ukuladies, cuarteto de multi-instrumentistas que con sus cuatro agudas cuerdas hacen todo un espectáculo musical, dancístico y teatral en sus presentaciones. Comicidad jazzística campirana, alineada por Jimmy Lou, Genevieve, Aunt Mary Louise y Cousin Bunny, que en su sonoridad de los años treinta, con un armónico estilo vocal femenino de los cuarenta, han producido solo su disco inaugural All Time Greatest Hits (2010) y se encuentran preparando su siguiente material discográfico.
En otros rincones líricos, los jóvenes belgas Pom du Jazz de Gent, suenan a antiguos sonidos sincopados, quienes con su primer EP Breezing Along, han provocado el interés de los “vintage-jazz”, con temas como: “Diga Diga Doo”, “Sneakes”, “Some of these days” o “Lullaby of the leaves”.
Desde la capital gala, el ardiente sonido de los Hot Sugar Band, incita a los “lindy hoppers” al baile, con su mezcla de big band con toques de gypsy y mucho swing, colocándolos como una de las bandas consentidas de jazz tradicional contemporáneo. Mientras que en la canadiense metrópoli de Regina, el femenil ensamble The Ukuladies, entrelazan su sincopa campirana con algo de tap y humorísticos actos escénicos. Por su parte, los estándares de la delirante época sincopada se los años veinte y treinta, es interpretada por la banda belga Pom du Jazz, para deleite de los melómanos vintage.
El dulce swing parisino, ukuleles campiranos de Canadá… y síncopa vintage belga