Con ese título escribí, para la edición de julio pasado de la revista Enfasis!, mi artículo respecto del futuro inmediato que aguardaba a Manlio Fabio Beltrones. No descubrí el hilo negro ni aposté a la lotería. Pero.
Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
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Cuestionado y descalificado en su abierta aspiración a presidir al CEN del PRI, incluso por fuego amigo integrado en una reedición del TUCOM (Todos Unidos Contra Manlio) que en su momento y para cerrarle el paso como aspirante a la candidatura priista a la Presidencia de la República, encabezó Francisco Rojas Gutiérrez como coordinador de los diputados federales de PRI en la LXI Legislatura, junto con personajes como Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, actual director de Liconsa y aspirante al gobierno de Oaxaca, Manlio no se bajó de esta cruzada personal.
Ahora sabemos que, antes de irse de vacaciones, el presidente Enrique Peña Nieto, dio la bendición al sonorense para comparecer ante el sacro colegio cardenalicio priista y ser ungido presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, una encomienda sobradamente complicada que arranca con la elección de 12 gobernadores el año próximo y, luego, la operación de la sucesión presidencial.
Pero, bueno, se vale presumir lo propio. A continuación comparto lo que el pasado 11 de julio escribí:
“En semanas recientes el tema entre la familia revolucionaria de todos los colores, es el futuro inmediato de Manlio Fabio Beltrones, cuya tarea como coordinador de la diputación federal priista y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara baja, ha tomado la ruta crítica rumbo a su final.
“Si Manlio fuera uno más de los 500 diputados federales, a nadie llamaría la atención saber cuál será su futuro a partir de septiembre próximo. Total, hay legisladores que transitan lo mismo por el Senado que en la Cámara baja sin pena ni gloria, nadie se entera que son senadores o diputados, salvo que anden en medio del escándalo, porque sus iniciativas suelen ser, salvo honrosas excepciones, corcholatazos cuando no ocurrencias y hasta fusiles de otras que se fueron a la congeladora.
“Pero, bueno, se trata de Manlio Fabio Beltrones, que ha sido gobernador, subsecretario de Gobernación, dirigente partidista y de sector, diputado federal en tres periodos, senador en dos legislaturas y fue pre candidato a la Presidencia de la República.
“Una versión refiere que, a partir de una reunión privada en la que participaron Enrique Peña Nieto, Beatriz Paredes y Emilio Gamboa Patrón, se acordó apoyar al entonces gobernador del Estado de México para impulsar su nominación a la Presidencia.
“Entonces, Manlio arrió bandera y se disciplinó, institucional como es, en torno de la candidatura de Peña Nieto. ¿Qué se negoció? Bueno, Gamboa es senador y su encomienda concluye en 2018, su papel como coordinador de los senadores priistas ha sido toral para impulsar las reformas estructurales y otras iniciativas de relieve, aunque no siempre con la prontitud y consensos requeridos.
“Beatriz Elena Paredes Rangel, finalmente logró la aspiración acariciada desde años atrás, de volver al servicio diplomático pero como embajadora de México en Brasil. Su bajo perfil la ha sacado del juego político nacional; se le vio, tangencialmente, en la recién visita de Estado de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff. No hay duda de que se encuentra en la zona de confort que no pretende abandonar.
“Y es que, guardadas las proporciones respecto de la carrera de Manlio, la carrera de Paredes Rangel se ha cumplido en las Cámaras de Senadores y de Diputados, de cuyas mesas directivas ha sido presidenta; embajadora, gobernadora de Tlaxcala, integrante del gabinete presidencial y embajadora en Cuba. Sólo le falta ser candidata a la Presidencia de la República, mas no se ha manifestado, por lo menos no públicamente, en esa aspiración.
“En cambio, Manlio no ocultaba sus aspiraciones. Pero se disciplinó y, contra lo que sus malquerientes consideran y le regatean reconocimiento a sus servicios de negociación con los dirigentes de los partidos de oposición, para concretar las reformas estructurales, no hay duda de que el sonorense ha hecho una tarea en la que no hay quién, dentro de la cúpula priista, pudiera haberla negociado y consensuado como lo logró Manlio.
“Y es que, mire usted, no es un asunto oficioso ni procedimiento interesado el decir que, si a alguien debe el presidente Peña Nieto reconocer su trabajo en beneficio de su administración, es a Beltrones.
“Porque, y de eso nadie tiene duda alguna, en la LXII Legislatura que se encuentra en estado terminal, la voz de Manlio fue la del peso específico, de orientación e influencia que reconoce la misma oposición.
“Dicen que la senadora Claudia Pavlovich fue la candidata de Manlio, cuyo futuro estaba amarrado a la suerte que la legisladora corriera como candidata del PRI al gobierno de Sonora. Y la senadora con licencia ganó con todas las de la ley, al grado de que el opositor panista Javier Gándara Magaña, aceptó la derrota.
“Pero, no se observa un movimiento de Pavlovich en beneficio de Manlio, quien ha manifestado abiertamente su aspiración de presidir el CEN del Partido Revolucionario Institucional. Lo cierto es que es vox populi de que el lugar elemental que debe instalarse en el futuro mediato del sonorense, es la dirigencia nacional del tricolor, pero ha habido voces oficiosas que pretenden que en el PRI se revise la documentación de Beltrones.
“La idea es desbarrancarlo o descarrilar su locomotora que cada día suma votos. ¿Miedo? ¿Envidia? ¿Ganas de cerrarle el paso y jubilarlo tempranamente?
“Será el sereno, pero el presidente Peña Nieto no puede, mucho menos en estos tiempos en los que se debe replantear su modo de gobernar, mandar a la banca a Manlio ni sacarlo del país como embajador, porque su capacidad negociadora lo convirtió en un factor elemental para no llevar por el camino tortuoso de la discusión legislativa estéril a las iniciativas de reforma del presidente Peña Nieto.
“Por ello, si la decisión presidencial es de mandar a Manlio a la banca, entonces ya deberá contar con el relevo, es decir, con quien tenga la suficiente capacidad para llenar los zapatos de Beltrones, a quien Silvano Aureoles Conejo debe agradecer o, por lo menos, reconocer con una tarjeta el apoyo que le brindó, primero para ser el candidato del PRI al gobierno de Michoacán, y segundo para que ningún priista en la Cámara de Diputados lo cuestionara.
“Los acuerdos, las negociaciones, los consensos de la bancada del PRI con el resto de las fracciones parlamentarias en la Cámara baja, se deben, indudablemente, al oficio político de Manlio.
“En consecuencia, si Peña Nieto quiere encauzar el segundo tramo de su gobierno, que incluye la nominación del candidato priista a sucederle, no puede mandar a la banca al valioso negociador Manlio Fabio Beltrones Rivera. El factor Manlio, a quien desde el ala fundamentalista de Morena, le reconocen trabajo, incluso, debe permanecer en activo. El PRI y el presidente Peña no están para altruismo partidista. ¿Alguien duda de la influencia de Beltrones? Todo indica que ese papel de negociador del sistema con la oposición, lo tiene que desempeñar en la dirigencia nacional priista. Digo”.
VIERNES. Por cierto, el derecho de picaporte de la oficina presidencial no es algo que puedan presumir muchos miembros del gabinete. Se corrobora el acuerdo al que aludí líneas arriba. Manlio declaró este jueves que platica frecuentemente con el Presidente de la República. Por eso, por eso. ¿Y los malquerientes? ¿Habrá fuego amigo? Conste.
El factor Manlio