Cuando por ahí de agosto del año 2009 se evaluaba el resultado de la elección intermedia federal, la debacle del PAN se avistó en la residencia oficial de Los Pinos. Entonces el inquilino distinguido de la casa presidencial, Felipe Calderón Hinojosa, requirió de una estrategia para blindarse y blindar a sus corifeos, la burocracia albiazul de pedigrí.
Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
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En esta estrategia tuvo el invaluable apoyo de su amigo Ernesto Cordero Arroyo, entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, quien durante todo el año anterior (2008) se había sometido a un curso intensivo en materia de manejo de masas y operación de programas clientelares como secretario de Desarrollo Social, del gabinete calderonista. ¿Había otro?
Así, Cordero, hoy senador plurinominal del PAN --premio de consolación porque, dicen sus biógrafos, si no le ganó la candidatura presidencial a Josefina Vázquez Mota, menos gana un concurso de popularidad en su calle--, habría operado ajustes en la estructura administrativa de dependencias públicas, socialmente sensibles como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Es bien sabido que hay direcciones generales, coordinaciones y cargos de primer nivel con salarios insultantes, ocupados por panistas que se han convertido en lastre de programas y servicios para millones de derechohabientes –caso del IMSS—o en otras dependencias que tienen que ver con el campo, por ejemplo.
Pero, bueno, la operación blindaje corrió en rieles que garantizarían la secrecía del manejo de los dineros públicos en la administración de Calderón Hinojosa y enquistar –cual Caballo Azul de Troya-- en el nuevo gobierno priista, a una pléyade de dizque servidores públicos “de carrera” que, por ley, difícilmente podrían ser removidos o echados del cargo.
El caso es que, merced a esa maniobra de aparente garantía para mejorar el servicio público y que funcionarios y funcionarias de primer nivel tuvieran estudios mínimo de licenciatura y óptimo de doctorado y todos esos etcéteras que a la hora de tomar decisiones y atender a pacientes valen para maldita la cosa, el IMSS se convirtió prácticamente en una especie de Secretaría de Hacienda alterna de Cordero Arroyo, porque ahí dio chamba a sus cuates.
Así, con el visto bueno de Felipe Calderón, el IMSS tendió a convertirse en el más importante bastión del Partido Acción Nacional en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Todo el mundo lo sabe, pero nadie se atreve a denunciar que el Instituto se convirtió en asilo de panistas de pedigrí.
El que fuera poderoso secretario de Hacienda y Crédito Público en el gobierno de su amigo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa quizá está menguado políticamente. Pero en el IMSS tiene una camarilla de panistas. ¿Dispuesta a todo? Tal vez. Lo cierto es que, dentro del gobierno federal, el poder de Acción Nacional no está desmantelado. El Instituto Mexicano del Seguro Social es la guarida o asilo del panismo de abolengo, filial de aquellos colaboradores próximos a Felipe Calderón que un buen día amanecieron dueños de residencias, autos último modelo, cuentas bancarias, asesorías en el Poder Legislativo y enemigos de Gustavo Enrique Madero.
Pero, más allá de las rebatingas albiazules por lo que queda del PAN, la existencia de estos distinguidos burócratas albiazules, ya pesa al gobierno priísta de Enrique Peña Nieto y le urge sacudírselos.
NOMBRES, NOMBRES
Bien, pero quiénes son los panistas que tienen bajo control al fundamental y neurálgico Instituto Mexicano del Seguro Social que, como cité en otra entrega, tiene una agonía fiscal y presupuestal pospuesta para el año 2016.
José Antonio González Anaya, es el director general del IMSS. Cuentan que su corazón bombea sangre azul –de partido, no de alcurnia--y, por ende, cobija a los que fueron echados de Los Pinos en el 2012.
Entre esos panistas, lobos con piel de oveja y camaleones que deponen sus ideologías al mejor postor pero garantizan fidelidad a quien los nombró, destaca Carlos Alberto Treviño Medina, director de Finanzas del IMSS, institución cuya situación financiera, decíamos, amenaza con estallar en los próximos dos años.
Embozados panistas son también el director de Administración, Jesús Antonio Berúmen Preciado; el director de Incorporación y Recaudación, Tuffic Miguel Ortega; el director de Innovación y Desarrollo Tecnológico, Igor Oswaldo Rosette Valencia; la directora de Prestaciones Económicas y Sociales, Cristina González Medina, y el director de Prestaciones Médicas, Javier Dávila Torres.
También son herencia panista, el director de Vinculación Institucional y Evaluación de Delegaciones, René Curiel Oscura; el director Jurídico, Jorge Eduardo Kim Villatoro, y la titular del Órgano Interno de Control, Martha Elvia Rodríguez Violante.
¡Peeero!, como en la casa del jabonero, en la dirección general del IMSS el que no cae, resbala. Y como entre panistas te veas, las zancadillas, golpes bajos y chicanadas están a la orden del día entre estos distinguidos albiazules. Cuentan que ni entre ellos se respetan.
¿Quieren ocultar bajo la alfombra sus pecados de procedencia partidista o la amistad con el senador Cordero?
Vaya, vaya. Y como todo cabe en un jarrito, los cargos de pedigrí no pueden estar ayunos de jugosos salarios, aunque en su caso realmente son insultantes. ¿Se sacrificarían en aras de la mejoría presupuestal del IMSS? Mínimo podrían abonar para la compra de medicamentos cuyo precio es una ofensa para derechohabientes que deben esperar meses a ser atendidos. Paráfrasis del César: Al PAN el IMSSS, ¿y el vino, para quién? Y como dijo el filósofo de Siempre en Domingo: ¡Aún hay más! Conste.
VIERNES. Silvano Aureoles Conejo dice que la plenaria de los diputados federales del PRD se realizará en la ciudad de México “por muchas razones, entre ellas porque se facilita el trabajo, se facilita los traslados, las condiciones para desarrollar el trabajo. Y eventualmente también nos puede salir más económico que hacerlo en algún otro lugar de la República”. ¿Por eso desistió de hacerla en Morelia, Michoacán? Más seriedad, Silvano, no te hagas que la virgen te habla. Digo.
El IMSS bajo control del PAN, ¿Y?