Adriana Castellanos, considerada por la revista Vanity Fair como "uno de los músicos de jazz más interesantes de su generación", única española en obtener la beca “Presidencial” en el Berklee College of Music de Boston y con una nominación a los Latin Grammy, se graduó en el Magna Cum Laude en composición musical moderna y negocios, así como en piano clásico de la Guildhall School of Music de Londres.
Además, esta virtuosa compositora y pianista española, ha compartido escenario con grandes Maestros como Paco de Lucía, Paquito de Rivera o Herbie Hancock; en su producción discográfica, ha lanzado los álbumes Flamenco en Black and White (2012) y MJU:ZIK (2016); y detrás de su lírica, se lee un discurso social, una reflexión sobre la llamada “industria musical”, la transmisión de valores y otorgar lo mejor, en una invitación interna a todos.
Respecto a Marco Calliari, músico que siente sus raíces italianas en su lírica; la historia inicia con sus padres, quienes inmigraron de ese país europeo a la metrópoli canadiense de Quebec, abrazando desde su niñez la música de Italia. A los 14 años, funda con algunos amigos la banda de thrash metal Anonymus, y en el 2003 comienza su carrera en solitario, inspirado por el cancionero italiano, el gypsy jazz francés, cierto toque de brass balcánico y otros sonidos del mundo, que se pueden apreciar en sus discos Che la vita (2003), Mia dolce vita (2006), Al faro est (2010), Mi recordo (2013) y One Night (2016).
En otras tierras, la compositora, músico, cantante y arreglista estadounidense Heather Gillis, quien lidera su homónima banda de rock, soul, jazz, música raíz y góspel con tan solo 22 años de edad, dentro de la efervescencia de talentos en La Florida, y que con su álbum debut realizado en el 2015, se abre camino en la escena melómana con temas como “I found a love”, “Gonna be a strom” o “When you get older”.
La pianista madrileña Ariadna Castellanos hace que el duende del flamenco surja con el ritmo roto, el toque en teclas blanco y negro que dan voz al hip-hop con algo de electrónica en una milonga. Mientras que en Canadá, la síncopa manouche con folclore italiano suena a un tipo de brass balcánico en la World Music, expresiones rítmicas fundidas por las alucinantes cuerdas del cantante y compositor Marco Calliari. Por su parte, la guitarrista, lap steel, compositora, cantante y arreglista Heather Gillis, teje la música negra con acordes rockeros desde La Florida estadounidense.
El jazz flamenco de una pianista, síncopa gitana canadiense a la italiana… y rock-soul de La Florida