Estimado lector, gracias por su compañía en este espacio de reflexión, ahora abordaremos la problemática que enfrenta el Partido de la Revolución Democrática, al que le urge cirugía mayor, porque está en terapia intensiva, ya “no ve lo duro, sino lo tupido”, cuando se padece una adicción, el primer paso debe ser aceptar la condición y el “sol azteca” sigue viviendo la etapa de negación, sobre todo luego de la elección del mes pasado, donde participó de la mano con Acción Nacional y se vanagloria haber inclinado la balanza y obtener triunfos, es verdad que lo hizo, sin embargo también es cierto que si hubiera participado, como debe ser, encabezando una parte de la izquierda, no hubiera ganado absolutamente nada.

 

La verdad duele y es incomoda, desde el 2013 Andrés Manuel López Obrador lo dejó tocado de muerte, cuando abandonó al instituto por firmar el Pacto por México, a eso hay que sumarle la salida de su líder moral Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, pero sobre todo el canibalismo de sus tribus que se disputan las posiciones para dirigir el partido, porque la dirigencia representa poder, dinero y cargos en la administración pública, que por cierto poco a poco se deteriora como en la Ciudad de México, por la mala actuación del gris jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera.

 

Aunque se busque ser optimista, no se puede, los otros gobiernos como el de Morelos y Tabasco, al mando de Graco Ramírez y Arturo Núñez respectivamente, le siguen los pasos al de la CDMX, para que prácticamente en un futuro cercano, venga la alternancia en sus estados, la corrupción escándalos consumen esas administraciones.

 

¿Entonces, para dónde va el PRD?

 

La respuesta al día de hoy es incierta, con una dirigencia que entregó resultados chiquitos, de la mano con Acción Nacional y con Agustín Basave, que es un político serio, pero que nunca se convenció de su liderazgo, además de lidiar con los “Chuchos”, quienes dinamitaron cada una de sus acciones, olvidaron su origen y perdieron su identidad.

 

Por ahora la responsabilidad recae en Beatriz Mojica quien asumió el despacho de la presidencia nacional del Partido únicamente por 15 días, el puesto lo siguen manoseando, lo que es un hecho, es que al PRD se le termina el tiempo rumbo a la elección del Estado de México, luego la presidencial del 2018, porque la discusión y la elección de la dirigencia no será tersa, si llega Alejandra Barrales, es posible la reconciliación con Andrés Manuel López Obrador y con ello acotar a los “Chuchos”.

 

Si ganan los “Chuchos”, prácticamente la alianza está firmada para el siguiente año en el Estado de México, y del éxito en esta elección depende la continuidad para ir de la manita con los azules en el 2018, de antemano el perdedor Miguel Mancera, porque Jesús Ortega tiene candidato, es michoacano y se llama Silvano Aureoles Conejo.

 

En fin, a todos conviene que el PRD se recupere, que salga de terapia intensiva, porque aunque no se concuerde con su ideología, nos urgen contra pesos serios, y oposición responsable, para quienes no les interesa la política solamente recordar que los partidos viven de nuestros impuestos, por ello a todos nos conviene un partido sano.  

 

Escríbeme tus comentarios al correo electrónico suartu@gmail.com, sígueme en la cuenta de Twitter: @arturosuarez y en Facebook también, gracias hasta la próxima.