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  • Virginia Rico habló de la labor del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica y el Grupo Nuevo Cine

 

Sean de naturaleza estatal o de crítica sociopolítica, es necesario considerar a los movimientos cinematográficos como factores de preponderancia para la historia del cine en México, comentó Virginia Rico durante la charla Las posibilidades hechas carne: Los movimientos cinematográficos en México, que se llevó en la Sala 4, Arcady Boytler.

 

Organizada por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional, la conferencia de la historiadora y promotora cultural moreliana contrapuso dos movimientos que encauzaron al cine mexicano por rumbos distintos: el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC), responsable de la estética oficial de la Época de oro, y el Grupo Nuevo Cine, el cual criticó la moralidad del anterior.

 

“Ésa es una de las características de los nuevos cines que comienzan a emerger a finales de la década de los cincuenta que, siguiendo las palabras de André Bazin, rechazan el propio pasado cinematográfico: eso que había sido considerado como ‘el cine de papá’”, mencionó.

 

El Grupo Nuevo Cine nació con un manifiesto publicado en enero de 1961, donde sus participantes criticaban “el deprimente estado del cine mexicano” y proponían las acciones que como críticos y cineastas llevarían a cabo para arreglarlo. Influido por la Nouvelle vague y los periodistas-cineastas de Cahiers du cinéma, el movimiento incluyó a José de la Colina, Salvador Elizondo, Emilio García Riera, Carlos Monsiváis y Jomí García Ascot, entre otros.

 

Otros movimientos nacidos en la misma época fueron la Confederación Mexicana de Cineclubes, el Grupo Cine Testimonio, Cine Independiente de México, la Cooperativa de Cine Marginal y el Movimiento Superochero.

 

La historiadora también se refirió a colectivos actuales que dedican su labor a la democratización de las artes fílmicas mediante talleres en diferentes comunidades de Michoacán, como es el caso de la Cooperativa de Condimentos para la Acción Cinematográfica y la Red Michoacana de Cine Comunitario, o Oaxaca, con el Colectivo Ojo de Agua. Al igual que Nuevo Cine y los movimientos de los sesenta, estos colectivos critican la marginalización de los problemas sociales.

 

Destacó el trabajo de Luz y Fuerza: Cine Expandido como una crítica práctica al consumismo inherente en las grandes industrias del cine. El colectivo, a través de talleres itinerantes, se encarga de enseñar a construir cámaras, equipo de filmación y dispositivos de proyección con el material más barato posible.

 

La ponencia fue ilustrada con fragmentos de dos películas de los movimientos expuestos: El rebozo de Soledad (Roberto Gavaldón, 1952) para exponer al STPC, y En el balcón vacío (Jomí García Ascot, 1961) en el caso del Grupo Nuevo Cine. De igual manera, presentó videos producidos por la Cooperativa de Condimentos para la Acción Cinematográfica y por la Comunidad Cinematográfica con Ayotzinapa.

 

Las charlas del Centro de Documentación continuarán el martes 16 de febrero con la conferencia de Isabel Lincoln: La transgresión en el cine de Alfred Hitchcock; Sala 4 a las 18:00 horas.

En la Cineteca Nacional analizan la importancia de los movimientos fílmicos mexicanos

 Vanguardia Digital

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