Flamenco... sentimiento andaluz
Por Glen Rodrigo Magaña.
¡Ole! que el “duende” hechiza… pero a los textos de este artículo homoespaciero, entre la historia del principal género musical ibérico, considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO; las diferentes versiones de sus orígenes, ecos mestizos que los griegos, moriscos, gitanos, judíos y cristianos aportaron a la lírica andaluza; “quejío” de un pueblo, nobleza de arrabal que a “palo seco” diera los primeros cantes; baile entre palmas, donde los cuerpos interpretan la emoción y el toque de la guitarra flamenca, último elemento en incorporarse a esta rítmica española. Además, comentaremos sobre los cafés cantantes y la llamada Ópera flamenca; el nuevo flamenco que brindara fusiones melódicas con el rock, blues y música electrónica, así como el desarrollo e impacto que este sentimiento andaluz ha dejado en México.
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El arte, lenguaje divino, expresión subjetiva donde la realidad no es más que una mera fantasía, encuentro con la eternidad, quimeras materializadas en alguna obra; ahí donde la naturaleza humana descubre su pureza, alimento de aquellos hambrientos por lo auténtico, fraternidad entre naciones que crea una misma patria y esa sensación de libertad interna… tan compleja de encontrar.
El sentido común por lo regular lo posee el pueblo, gente considerada como ordinaria pero que es quien sostiene a un país. A menudo, el gobierno en sus diferentes niveles, parece ser el principal obstáculo del desarrollo, aunque simule ser el motor.
El apoyo genuino se vive en las calles, barrios que sobreviven gracias a su camaradería y esfuerzo. Curioso es que los mejores ritmos, así como manifestaciones artísticas se han dado entre los llamados pobres, marginados y relegados; envidiados por las clases “dominantes”, esas sociedades hipócritas cuya miseria es cubierta por dinero hurtado, poder fatuo y soberbia, a los que se les puede denominar… el cáncer de las naciones.
Después de ponerme un poco “flamenco” ante las iniquidades de los apoderados, regresemos al hondo ritmo ibérico, viajemos entre el cante, baile y toque de aquellas civilizaciones que dieron vida a este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, voces adoloridas que dejan como huella una lágrima, arrojo en el zapateado de alguna sugestiva “bailaora” y la guitarra que imprime dramatismo a este… sentimiento andaluz.
Los orígenes… y su miscelánea cultural
El flamenco tiene muchas hipótesis sobre sus orígenes, así como respecto a su nombre; además de ser todo un universo musical que contiene diversos tipos de interpretaciones o, mejor dicho, formas de cante llamados “palos”, los cuales varían según su región, estructura armónica e incluso estilo para entonarlo. Pero iniciemos con algo de historia sobre la música de Andalucía.
La región autónoma de Andalucía en España, incluye a las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla como su capital. En tiempos remotos los griegos y romanos -según muestran algunos escritos- afirman que en este sitio se desarrolló el “estilo melismático”, canto popular al sur de España. Así mismo, existen las reseñas de los poetas romanos Marcial y Juvenal en el primer siglo después de Cristo, sobre las Puellae Gaditanae que eran bailarinas del sur de la Baetica, provincias romanas que existieron en la Península Ibérica. El aporte a la música andaluza de estas jóvenes fue el danzar acompañadas de un tipo de castañuelas de metal.
Otras versiones cuentan que los judíos, en sus liturgias semitas, interpretaban ritmos muy parecidos a algunos “palos” como la seguiriya o algunos fandangos. Mientras que la cultura musulmana, en aquella España de influencia Árabe -que dominó cerca de ocho siglos estas tierras- dio ese sentimiento al cante flamenco, con esos lamentos entre los cantos de la religión islámica o las canciones populares mozárabes.
Por su parte, los gitanos -originarios de la India y establecidos en España en el siglo XV- provocan todavía diversas opiniones; unos afirman que fueron los padres de este género musical y otros argumentan que si bien es cierto que aportaron mucho a esta lírica, fueron sólo una pieza más para que se creara el flamenco.
El origen de la palabra también cuenta su propio relato. Blas Infante, conocido como el padre de la patria andaluza, comenta en su libro "Orígenes de lo flamenco" que "flamenco" deriva de los términos árabes "Felah-Mengus" y su traducción al castellano es "campesino errante".
Existen otras versiones que el significado de flamenco es el nombre de un tipo de cuchillo o de una ave, así como una actitud violenta, incluso el mote que los andaluces le otorgaban a los gitanos o un calificativo utilizado a principios del siglo XIX a personas engreídas y pretenciosas.
Primeras generaciones… a “palo seco”, cafés cantantes y la Ópera flamenca
Lo que hoy se conoce como flamenco aparece principalmente en la segunda mitad del siglo XIX, esto debido a que la cultura gitana logra mayor auge después del periodo bélico independentista de 1808 a 1812, donde la moda cañí o de los gitanos toma relevancia en el casticismo (ideología que retoma los valores étnicos).
En un inicio, esta música ibérica se interpretaba a “palo seco” con palmas, mejor dicho a capela y aplaudiendo, pero Serafín Estébanez Calderón en sus Escenas Andaluzas (1838) describe el "Baile en Triana" con la participación del cantaor El Planeta, acompañado por su alumno El Fillo. De acuerdo con documentación de 1885, se narra la actuación de la señorita Sejuela, en el salón Barrera de Sevilla con un baile por soleá.
También se comenta que uno de los primeros intérpretes fue Tío Luis el de la Juliana, “cantaor”, quien se cree nació en Jerez de la Frontera a fines del siglo XVIII y fue el creador de tonás -uno de los palos matrices del flamenco-, pero lo sorprendente es que no existe ningún documento que respalde la existencia de este personaje. Cabe mencionar que la guitarra fue el último elemento que se integró al flamenco, conocido como “toque”, esto surge a finales del siglo XIX e inicios del XX y su forma de tocar dicho instrumento sufre algunas variantes, tanto en su rítmica donde resalta al requinto, como en la postura del guitarrista que coloca casi de forma vertical la guitarra.
Los cafés cantantes fueron los sitios nocturnos donde se profesionalizó el flamenco. Algunos “cantaores” ubican el primer café en 1847 llamado Los Lombardos en Sevilla. Sin embargo, se asegura que el inicial café cantante flamenco fue fundado por el “cantaor” Silverio Franconetti. La aceptación del público por el género motivo a que se abrieran otros comercios donde se entonaba el flamenco, dando forma a su técnica, temática y sentimiento andaluz.
El periodo de 1910 a 1955, la Ópera Flamenca exponía este arte en los principales teatros, así como plazas de toros de varias partes del mundo con un ciclo de baile teatral. Los fandangos, cantes de ida y vuelta, entre otros “palos” conquistaban a todo el mundo. En 1922 un grupo de intelectuales, conocidos como la Generación del 27, crean en Granada un concurso para descubrir nuevos valores que interpretaran el “cante jondo”, auténtico andaluz, el del pueblo, dando como resultado una nueva ola llamada los “puristas”. El ganador del certamen fue Manuel Vallejo, “cantaor” flamenco que recibió la copa Pavón en el teatro madrileño del mismo nombre, así como la Llave del Cante Flamenco en 1926. En ese mismo evento, también recibió una mención un niño que se convertiría en uno de los representantes de esta lírica: Manolo Caracol.
El renacimiento del flamenco se dio en 1955, cuando Antonio Mairena -una de las figuras más relevantes en la historia del género- interpreta y graba diferentes seguiriyas, soleares, alegrías, bulerías, tangos, fandangos y cuplés en varias partes del mundo. Además, los “tablaos flamencos” tomaban mayor importancia y aparecerían los pioneros del movimiento conocido como “nuevo flamenco”. No podemos omitir la aportación al género flamenco de la gran Lola Flores “La Faraona”.
Nuevo flamenco, sus subgéneros… y su desarrollo en México
Paco de Lucía, José Monge Cruz “Camarón”, Enrique Morente, entre otros grandes artistas revolucionaron este género musical, movimiento conocido como el nuevo flamenco. Desde los años sesenta el acercamiento con el rock, la música afroamericana, electrónica y los ritmos latinos se hacían más presentes en España, lo que incitó a jóvenes músicos a fusionar su música tradicional con estos ritmos.
El coqueteo sonoro dio algunos subgéneros como el rock andaluz, el cual otorgó bandas como Smash o Nuevos Tiempos en la década de los setentas. El blues andaluz, también daría ensambles como Pata Negra o Caledonia Blues Band en la década de los ochenta. Así mismo el surgimiento del flamenco house a finales de los noventa, destacando a Raúl Orellana como principal exponente o el flamenco chill con ese downtempo que logró entrelazar Henrik Takkenberg y su grupo Chambao.
Lo que se refiere a México, el flamenco tomo fuerza después de la Guerra Civil Española, donde varios hispanos llegaron a nuestro país a causa de estos conflictos, pero existen algunas similitudes con su lírica, por ejemplo el zapateado jarocho, la españolería de Agustín Lara, la fiesta taurina y la época del Cine de Oro Mexicano que fue el punto de encuentro con la música de Andalucía. Actualmente existen varias academias que enseñan la comprensión del arte flamenco, así como el baile, cante y toque, por ejemplo el Centro Cultural Flamenco México en la capital mexicana, sitios nocturnos como el restaurante Gitanerías de la Colonia Roma Norte, en la Ciudad de México; encuentros como el Festival de Arte Flamenco en Monterrey, Nuevo León y diversos conciertos. Incluso en 2012 salió a la venta un disco donde varios artistas como Cigala, Enrique Heredia “Negri”, Silvia Pérez Cruz, un coro de niños de España y México, entre otros, grabaron distintos temas de nuestra música popular mexicana pero con ese característico sentimiento andaluz.
Estimados lectores de Homo Espacios, varios preguntaran porque un “duende” aparece en los inicios del artículo, este término es utilizado cuando un misterioso encanto se apodera del “cantaor”, guitarrista o “bailaor”. Así que para que el “duende” del flamenco termine de hipnotizarlos, les compartimos los tradicionales enlaces dentro de la web:
Fandango de Lucena (Fragmento del primer documento audiovisual de cante flamenco en 1930).
En el barrio de Triana (Palo seco).
Toque. En las Cuevas (Paco Peña).
Jazz flamenco. Bulerías (Paco de Lucía & Pedro Iturralde).
México En La Piel (Coro de niños de España y México).