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La banda neerlandesa The Funkstamatics, integrada por Tim den Heijer (guitarra), Niels Piay (batería), Rob Schepens (órgano hammond), Dennis Orsel (bajo) y Efraim Trujillo (saxofón), es una evolución de su anterior proyecto melómano Euro Cinema y llevan en el camino del groove desde 2009 a la fecha, dándose a conocer en el Saint Paul Soul Jazz Festival 2010 en Francia.

 

El sentimiento por la vieja escuela con el funk-rock contemporáneo, han posicionado a este quinteto con sus álbumes Lift Off (2016) y su recopilatorio Koekwaus: The Best of the Euro Cinema Years (2018), más una serie de sencillos, EP y discos realizados como Euro Cinema, donde se escucha la influencia de leyendas como James Brown, Jimmy Smith, Parliament-Funkadelic o Grant Green.

 

Respecto a los Bon Bon Vivant de Nueva Orleans, alineada por Jeremy Kelley (saxofón), Ry D'Antonio (batería), Ryan Brown (acordeón), Glori Cosio (coros), Mike Robbins (contrabajo) y la mística voz de Abigail Cosio, surge en el 2013, su álbum debut Paint & Pageantry lo lanzan en el 2016 y su más reciente producción, fue el en vivo Live at the New Orleans Jazz Museum (2018).

 

En el talento nacional, los jóvenes xalapeños de Hilvana, expresan la lucha social con soul, mientras que el jazz brilla en su instrumentación, originalmente se hacían llamar Karina Galicia & The Sound Machine en el 2014, para el 2016 definen su nombre con su EP inaugural homónimo y en el 2017, liberan su álbum Para ser libres. Los músicos que hacen posible estos sonidos son Abraham Rendón (guitarra), Alexis Contreras (batería), Carlos Martínez (trompeta), César Betancourth (bajo), José Carlos Pérez (saxofón) y Karina Galicia (voz).

La banda de “rockin' jazzed-up funk” procedente de Ámsterdam en los Países Bajos, The Funkstamatics, integra a su groove el órgano hammond, el calor de las cuerdas, la agitación de la batería y hasta la insinuación del sax and love. Mientras que, en la mágica tierra estadounidense de Nueva Orleans, los Bon Bon Vivant interpretan baladas obscuras con swing gitano, indie-rock y cierto blues embriagante. Por su parte, la familia veracruzana de los ecos afrodescendientes, Hilvana, entrelaza el soul y jazz con el folclor sonoro, entre la poesía social de sus letras. 

Funk jazzístico neerlandés, indie-gypsy swing de Nueva Orleans… y soul-folk xalapeño

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