Lo que produce el delirio melómano, resulta que allá por las isleñas tierras de Nueva Zelanda, los creativos músicos Barnaby Weir y Mikee Tucker, se unieron para crear no una banda, ni un concepto, se podría catalogar como un gran espectáculo y fraterno encuentro de sonidos de su natal Wellington.
El gremio se unió a esta locura, que en su primera temporada en el Wellington's Bats Theatre duró cinco noches, centrados en la música original y la colaboración artística, donde las vertientes sonoras muestran desde el beat soulero, folk, raíz, rock, blues, reggae y mucha fusión de talentos. Las presentaciones en vivo dan vida a sus álbumes Live at Bats (2004), The Return of Fly My Pretties (2006), A Story (Part 1) (2009), Fly My Pretties (2012), The Homeland Recordings (2013) y String Theory (2016).
Respecto a la explosiva orquesta ACME Swing Co., integrada por la experimentada voz de Mary Beth Revak, Carmel Clavin (voz masculina), Haywood Giles (saxofón), Bob "Bluesman" Driver (guitarra), Jackson "Cookie" Boylan (ukelele y coros), Steve "The Animal" Brecker (trompeta), Dan "Cadillac" Sebring (contrabajo) y Davey Jacobs (batería), es todo un viaje por los el jazz de los treinta, que podrás escuchar en su disco debut California Premium Hops (2008) y en su próximo álbum Tasty Samples.
En otras rutas del jazz fusión, la franco-nigeriana Asa, fue influenciada en sus primeros años por la música de Marvin Gaye, Fela Kuti, Bob Marley, Aretha Franklin o Nina Simone, embarcándose a sus 20 años para estudiar jazz en la parisina escuela IMFP, pero no pasaría mucho para que las disqueras le extendieran un contrato, hasta el momento cuenta con cuatro producciones: Aṣa (Asha) (2007), Live in Paris (2009), Beautiful Imperfection (2010) y Bed of Stone (2014).
La fraternidad de cincuenta músicos de Wellington, Nueva Zelanda, es definido como un encuentro rítmico con una tendencia acústica de folk rock, reggae, soul y un groove colectivo llamado Fly My Pretties. Mientras que el jazz hot de la orquesta ACME Swing Co., cuenta con una explosividad para los pasos del lindy hop, agitación sincopada de los años treinta para el disfrute de los amantes de la fiesta. Por su parte, la cantante, compositora y productora franco-nigeriana Asa (Asha), muestra en su genialidad lírica una mezcla de soul de la vieja escuela, reggae con indie-pop y un distintivo feeling vocal.
Jam melómano neozelandés, explosivo swing de Virginia… y algo de pop soul franco-nigeriano
