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La magia de América... de norte a sur 

Por Glen Rodrigo Magaña.

Tres poblados unidos por un continente, lugares que hechizan con sus diferentes atractivos, nuestra Magia de América que llega a su séptimo artículo y que para esta edición, nos invita a vivir entre líneas… el vaquero destino canadiense que cuenta con unas Montañas Rocosas que te relajarán con su paisaje, así como aguas termales, cataratas congeladas, el segundo festival más grande del mundo, cinco Patrimonios de la Humanidad, un descenso en esquí, un castillo de película y otras tantas maravillas de esta localidad norteamericana. El recorrido continuará entre arenales centroamericanos de Costa Rica, pintoresco ambiente playero, culturas afro-caribeñas que presumen sus reservas naturales, la agitación del surf… y otras bellas sugestiones al atardecer. Finalmente, terminaremos nuestra travesía en un importante balneario de Sudamérica, glamuroso sitio de la costera uruguaya, elegantes féminas que al anochecer lo apuestan casi todo, un museo marítimo con más de diez mil piezas de varias partes del mundo, entre otras propuestas culturales.

Amigos, los invitamos a escuchar las cápsulas homoespacieras dentro del programa “La otra frecuencia” en Radiorama 1530 AM, que se transmite todos los miércoles de 20:00 a 21:00 horas. 

América continental… tan controversial, enigmática y sorprendente a la vez, ya sean sus fríos caminos con tapetes blancos, boscosos embelesos en alguna cabaña cubierta por el destello celestial de una dulce velada, rituales metropolitanos que parecieran nunca terminar, cantos indígenas que estremecen, grupos étnicos que comprenden la filosofía milenaria de la vida, fervientes rincones acariciados por un hipnótico mar turquesa, la fémina del sur que es toda una ladrona de suspiros y un etcétera… alimentado por momentos. “Nativos de las tierras nuevas”, los llamaban los europeos al descubrir esta maravillosa parte del mundo, ellos, los verdaderos americanos, esta casta pura llamada indígena, dueños auténticos del continente, cuya cosmología ha trascendido de generación en generación, desde hace siglos… y de norte a sur.

 

Actualmente, lo superficial se distingue con honores, la etiqueta del sin sentido cobra gran relevancia, distinguidos farsantes apoderados de lo irreal que tal parece forma parte de la realidad, la moda de lo “X”, coqueteos cibernéticos con un armado discurso en persona que termina en nada, el “sin decir” como lo calificaran los psicoanalistas… y la cobardía se pone el disfraz de la soberbia. Alejados de lo esencial, que cuando aparece, por sentirse extraño, finalmente se rechaza… el vacío es el fiel acompañante, lamentos del silencio que cubren de una enfermiza hipocresía a una estresada sociedad, las facetas de la neurosis entre las calles y el resto, solo son palabras de más, pero la música, el arte y el viajar, son algunos de los mejores antídotos ante este desgaste, así que mejor preparemos nuestra retirada entintada con tres destinos americanos: Alberta con sus luces del norte en Canadá, los arenales multicolores del costarricense Caribe Sur y el lujo del Atlántico uruguayo de Punta del Este.

 

Alberta… luces del norte

 

Canadá, respetable nación que sabe brindar la mano, amante de la cultura autóctona, hermanos de Norteamérica que detallan de verde su entorno y las canadienses… ellas te enseñan a admirar las estrellas. Lo anterior, se asemeja al origen del nombre de esta mágica localidad, ya que el distrito de Alberta fue nombrado así en honor a la princesa Louise Caroline Alberta (cuarta hija de la reina Victoria) y  quien se casara con el Marqués de Lorne en 1882.

 

Los primeros pobladores de estas tierras fueron tribus indígenas de los assiniboines y los pies negros, hasta que en 1670 la llamada “Tierra de Rupert” realizó un intercambio comercial entre indígenas y la europea Compañía de la Bahía de Hudson, edificándose el primer puesto comercial, así como fuerte en 1778. Durante varios siglos Alberta fue una población agrícola. En 1843 se fundó la misión católica de Lec Claire. En 1870 las Tierras de Rupert fueron transferidas al gobierno británico y a inicios del siglo XX, el primero de septiembre de 1905 se funda formalmente esta provincia.

 

Algunas de sus principales atracciones son los 30 festivales que realiza Edmonton al año, como el Edmonton's Fringe Festival, el segundo más grande del mundo después del de Edimburgo o el West Edmon Mall, que por cierto, es el complejo comercial más grande de Norteamérica; las relajantes aguas termales en las Montañas Rocosas Canadienses; Calgary con sus rodeos, desfiles o su Museo Glenbow que contiene piezas históricas sobre los inicios de Alberta, así como una gran selección de obras de arte; una semana de excursión a caballo para sentirte todo un vaquero canadiense en el Holiday on Horseback; hospedarte en el famoso Castillo Hotel Fairmont Banff Springs o tal vez prefieras algo más nativo, como refugiarte en un tipi Pie Negro en el Parque Histórico Blackfoot Crossing; admirar la eterna cascada congelada del paseo Maligne Canyon Ice o simplemente vivir la experiencia campirana que ofrece el Heritage Park Historical Village.

 

Después de tantas opciones, y como en Homo Espacios somos muy nocturnos, la propuesta es admirar entre bosques boreales las luces celestes. Pero si cuentas con la fortuna de tener una guía que te interprete las estrellas, tú sólo sigue las instrucciones y el resto solo la luna… lo sabrá.

 

Caribe Sur… coloridos arenales costarricenses

 

Se cree que cuando Cristóbal Colón descubre Costa Rica, fue en estos arenales su primer encuentro, específicamente en lo que ahora se conoce como Puerto Limón.

 

Los afrocaribeños cuentan con distintas comunidades, como el Yorkín, donde nace un río que lleva el mismo nombre, aquí los nativos realizan sus propios alimentos al elaborar deliciosos platillos con el banano y el cacao, también el Cerro Buena Vista bellas cascadas y aguas termales pueden ser una buena opción eco-turística. Mientras que la reserva Keköldi, los hermanos indígenas bribris producen artesanías realizadas en madera, que bien puede ser un original obsequio para mostrarle tu afecto a alguna dama con la que pretendas algo más.

 

Ya que entramos en temas cálidos, las distintas playas de Caribe Sur, mezclan una belleza virginal y pintoresca. En sus arenales, la variedad de colores negros, grises o amarillos son algunas de las curiosidades de estas aguas caribeñas. Ahí se ofrecen actividades como cabalgatas, buceo para maravillarte con sus arrecifes de coral o un recorrido en lancha por sus pequeñas islas.

 

Otra opción, es visitar el Parque Nacional Cahuita y la Reserva de Gandoca Manzanillo, que cuentan con reconocimiento mundial, tanto por su beldad natural como por su estado  y conservación, pero si andas con ganas de fiesta, tal vez encuentres algún bar en Limón, ya que es el sitio donde se concentra el turismo nocturnal y con suerte, hasta logres acompañante para tener unos dulces… ensueños.

 

Punta del Este… fina caricia del Atlántico uruguayo

 

Afamada ciudad peninsular de Sudamérica, que en los tiempos de la corona española fuera conquistada por el peninsular Juan Díaz de Solís en 1516, quién la denominó como “Puerta de Nuestra Señora de la Candelaria”. Sus primeras edificaciones fueron el depósito, así como “cuarto de guardia” de San Fernando. En 1810 un personaje histórico para esta localidad fue Aguilar, quien estableció numerosas escuelas, iglesias e instituciones que aún se encuentran en Punta del Este.

 

El hotel pionero, propiedad de Don Pedro Risso se inauguró en 1889 y fue hasta 1980 cuando el desarrollo turístico de este municipio uruguayo comenzó a tomar fuerza, tanto que en la actualidad distintas celebridades de todo el mundo acuden a sus glamurosas playas para disfrutar sus vacaciones.

 

Un símbolo de este oasis de Uruguay es la famosa Mano de Punta del Este, escultura realizada por el maestro chileno Mario Irarrázabal en Playa Brava. Respecto a sus arenales, dos playas son las principales: Playa Mansa, con su oleaje tranquilo, la bella isla Gorriti y la Bahía de Maldonado; sin embargo Playa Brava es totalmente lo contrario, ya que sus altas olas atrae a muchos surfistas y cuenta con una Isla de lobos marinos.

 

Algunos otros lugares que vale la pena visitar son: la “Casapueblo”, considerada como una escultura habitable que tardó 36 años en construirse, obra realizada por el pintor y escultor uruguayo Carlos Páez Vilaró y que se encuentra en Punta Ballena; el Museo del Mar de Punta del Este, que cuenta con una colección de diez mil ejemplares de fauna marina de varios países; el Faro, construido en 1860 o su playa nudista Chihuahua, digo, para todos aquellos amantes de los panoramas naturales.

 

Al aparecer la luna, los casinos y otros sitios nocturnos de Punta del Este congregan a los turistas y si estás dispuesto a apostar… tal vez la suerte te sonría y termines con alguna afinada musa uruguaya entre tu regazo hasta el amanecer.

 

Estimados homoespacieros les compartimos los tradicionales enlaces para que la Magia de América te convenza de vivir este recorrido… de norte a sur:

 

Alberta (Canadá). 

Caribe Sur (Costa Rica). 

Punta del Este (Uruguay). 

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