La magia de América… destinos embrujados
Por Glen Rodrigo Magaña.
Argentina, Colombia y Estados Unidos, cuentan con algunos curiosos destinos llenos de leyendas, mitos… y otros embrujos. El primero, es un antiguo penal argentino, ubicado en la provincia de Tierra del Fuego, conocido como la “Cárcel del fin del mundo”, que contó con los más crueles criminales de ese país, así como con una brutal disciplina, que seguramente, te dejará helado. Mientras que una distinguida mansión colombiana, en la década de los años veinte fue una de las edificaciones preferidas por la clase aristócrata en estas tierras; tiempo después se convirtió en un acreditado hotel, que en los años sesenta y hasta los noventa, cobró una fama muy particular para los suicidas. Nuestra última sugerencia turística del terror, es un desolado poblado estadounidense, donde a lo largo de su historia existieron varios asesinatos, uno de ellos, fue el de su fundador; localidad minera que un día encendió el infierno, el cual durará hasta 250 años más… buen viaje.
Amigos, los invitamos a ver las cápsulas “Homo Espacios” todos los viernes por el Noticiero México al Día PM de Televisión Educativa y a escuchar las cápsulas homoespacieras dentro del programa “El Poder de la Palabra” en Radiocapital 830 AM, todos los miércoles y viernes de 16:00 a 17:00 horas.
La “Fiesta de las ánimas” y otras místicas celebraciones, las conmemoramos en Homo Espacios con la décima entrega turística de nuestra América continental, que nos invita a vivir el suspenso de tres destinos que te enchinaran la piel, esa sensación que produce lo inexplicable, lo atractivo del sobresalto, algo de pánico como entretenimiento y el mórbido lenguaje de lo desconocido, el que se expresa aparentemente sin vida, dimensiones donde el dominio humano… no existe.
Ofrendas iluminan el camino elaborado con cempaxúchitl al otro mundo, esos quienes viven en el recuerdo, los que aguardan su mole, tamales, una botella de tequila o un pan de muerto acompañado con café de olla, ancestrales tradiciones que exponen la verdadera esencia de los mexicanos y en homenaje, los mariachis cantan en cementerios, en ese día… el de nuestros muertos.
Mientras que de sur a norte del Continente americano, seleccionamos algunos sitios que evoquen el ambiente de estas enigmáticas fechas de inicios de noviembre con un viaje entintado por el antiguo Penal Ushuaia, en el último lugar del mundo, Tierra del Fuego en Argentina; el afrancesado y suicida Hotel Salto de Tequendama de Bogotá, Colombia, y el ardiente poblado estadounidense de Pennsylvania, la fantasmal Centralia o mejor conocido como el “Silent Hill” del mundo real.
Ushuaia… la cárcel argentina del fin del mundo
Capital de la provincia Tierra del Fuego, única metrópoli argentina al occidente de los Andes, llamada la “ciudad más austral del mundo” y que su traducción del idioma yagán significa “Bahía profunda”.
Fundada el 12 de octubre de 1884 por el Comodoro Augusto Lasserre y que en su historia ancestral fuera poblado por civilizaciones autóctonas selknam, huaush, yámanas y kawésqar, esta localidad es famosa por haber contado con la cárcel más alejada del mundo… el cruel Penal de Ushuaia.
El también llamado “Penal de Reincidentes”, construido a inicios del siglo XX, funcionó de 1904 a 1947. Fue edificado por los mismos presos, contenía 380 calabozos con muros de 60 centímetros de grosor, un vestíbulo central, pabellones dispuestos en estrella y albergaba a los criminales más desalmados de este país sudamericano.
Alguno de sus más célebres presos fue el primer asesino serial de Argentina, un jovencito de 16 años de edad, que entre sus travesuras mató a tres jóvenes con clavos en su cabezas, incendió el vestido de comunión de una niña, así como otros ocho intentos de asesinato más… el temible “Petiso Orejudo” Cayetano Santos Godino. Así, este “tierno” adolecente, ya apresado, jugaba con las palomas, al atraerlas con migajas de pan para después hundirles los ojos, pero un gato, que era la mascota de un recluso fue su perdición, ya que uno de sus compañeros se dio cuenta de cómo le hundió los ojos del felino y luego lo incineró en el horno del Penal, así que su recompensa fue una golpiza que lo dejó en coma, agonizando por algunas horas antes de su fatal desenlace… la muerte.
Otra figura de la perversidad, fue Mateo Banks, todo un especialista en temas familiares… pero en como matarlos, al tomar la vida de sus hermanos, cuñadas y sobrinos para lograr ser el único heredero de la fortuna de sus padres. Pero no se angustien, dicen que se volvió religioso en estas celdas.
También existieron presos políticos como Simón Rodowitzky, considerado un anarquista al poner una bomba en el automóvil del jefe de la Policía Federal, solo que se le olvidó un detalle, en el vehículo no iba su objetivo. En el auto, se encontraba la familia del oficial Ramón Lorenzo Falcón, que personalmente se encargó de dejarlo en este alejado calabozo.
Existían, igualmente, los que se portaban bien. A este tipo de presos se les premiaba transportándolos a los bosques para traer madera al penal y respecto a los correctivos, el tratamiento era un tanto brutal. Uno de los castigos era mojar la celda, al preso y con una temperatura de hasta 15 grados bajo cero, aquello era muy parecido al noveno círculo del infierno de la Divina Comedia, pero también había métodos más civilizados, como las golpizas proporcionadas por los guardias con puños envueltos de alambre, donde las púas, en verdad expiaban los pecados, ya que el sobrevivir era casi un milagro.
El 21 de marzo de 1947, la “Cárcel del fin del mundo” fue clausurada, para volverse parte de las instalaciones de la Armada Argentina y en 1994, se convirtió en el Museo Marítimo de Ushuaia, aunque cuentan que todavía las palomas regresan para ser alimentadas… el resto, se los dejo a su interpretación…
El colombiano Salto de Tequendama… y su “Hotel suicida”
Cuenta la leyenda que el poblado colombiano de Soacha era un sitio inundado por un mítico personaje llamado Chibchacum y un héroe llamado Bochica, quien tomó un bastón mágico que partió en dos una gran piedra para dar forma al Salto de Tequendama.
Fundado en 1600 por el peninsular Luis Henríquez, el poblado cuenta con algunos atractivos turísticos como el Parque de Soacha, la Ciudadela de Ciudad Verde y algunas ex-haciendas españolas; pero la principal atracción es su impresionante Salto, con una caída de 157 metros y frente a él, una de las edificaciones más misteriosas de Bogotá, el llamado “Hotel de los suicidas”.
Construido en 1923 por el arquitecto Carlos Arturo Tapias, la Mansión del Salto de Tequendama era una elegante edificación que funcionaba para realizar convites entre funcionarios, artistas y otras personalidades de Bogotá. En los años cincuenta se transforma en un lujoso hotel con una vista envidiable hacia el Salto, pero tras la contaminación del agua que corría por esta caída, queda abandonado en los años noventa y fue hasta el año 2012, un 23 de agosto, que se renueva al abrir sus puertas como pinacoteca.
Esa es la historia oficial, sin embargo los pobladores cuentan que desde el tiempo que funcionó como Mansión, varias personas después de una noche bohemia y de haber bebido algunos tragos, caían “accidentalmente” ya que el edificio se construyó al borde del abismo. Cuando fue hotel, varios huéspedes olvidaban pagar la cuenta, ya que decidían quitarse la vida al aventarse al vacío, estos acontecimientos se volvieron tan comentados, que hasta existe la piedra, el foso y hasta la virgen de los suicidas.
Actualmente, lo que se rumora por algunos turistas, visitantes y hasta nativos, es que aquellas ánimas aún buscan un cuarto en el distinguido Hotel.
Centralia… un fantasmal y ardiente poblado estadounidense
Población “cero”, indica el número de habitantes del borough del Condado de Columbia, Pennsylvania, en los Estados Unidos. De 1841 a 1865 fue conocido como Centreville. En 1854 Alexander W. Rea funda esta localidad y en 1866 cambia a su nombre actual.
Algunos curiosos datos históricos muestran que en la década de 1860 a 1870, una organización secreta de mineros llamada Molly Magires, fueron sospechosos de varios asesinatos y uno de ellos, fue el del fundador Alexander Rea.
En el siglo XX, la localidad logró tener vías férreas, escuelas, iglesias, hoteles, oficina postal y una población que contó con más de un millar de habitantes, pero un incendio provocado en el basurero del pueblo, alcanzó una vieja mina que se esparció a todas las demás que existían en la zona y ardió su subsuelo. En los años ochenta, varias grietas empezaron a expulsar gases tóxicos, incluso un pequeño de 12 años llamado Todd Domboski, lamentablemente quedó atrapado en una de ellas.
El Congreso de los Estados Unidos destinó 40 millones de dólares para reubicar a la población, pero algunos decidieron quedarse a pesar de la advertencia de las autoridades y en 1992 el estado de Pensilvania expropió todos los inmuebles de Centralia.
El incandescente subsuelo permanecerá ardiendo 250 años más. Sin embargo, aún existe una docena de personas que habitan este lugar, una iglesia que ofrece sus servicios únicamente los sábados, y es catalogado como pueblo fantasma, que tiene cierta probabilidad de explotar.
El casi deshabitado destino, sirvió de inspiración para crear el videojuego Silent Hill y algunos aventureros que lo han visitado, cuentan que el chico de 12 años que cayó en una de las ardientes grietas, se le ve por la Carretera 61, vagando entre la tóxica niebla.
Estimados Homoespacieros, les comparto algunos enlaces de estos embrujados destinos:
-Colombia: Hotel Salto de Tequendama.