Se trata de mujeres (y a veces niñas) que están vinculadas con narcotraficantes, principalmente en el ámbito sentimental, y a veces en lo laboral que pagan los altos costos y consecuencias de la mafia, a cambio de recibir lujos.
En ocasiones, no sólo ellas son beneficiadas, sino también sus familias, ya que vienen de zonas muy marginadas, y los capos ofrecen protección y algunos lujos a cambio de cumplir sus “necesidades” y acatar sus órdenes.
Existen tres posibles versiones “oficiales” en cuanto al término “buchona” se refiere. La primera variable es que el término es originario de Sinaloa y hace referencia al abultamiento que se les hace a las gallinas en el pecho. Esto lo relacionan con las mujeres, ya que una de sus características básicas, es tener senos y glúteos voluptuosos, además de tener cintura pequeña, lo que es conocido popularmente como “cinturita de gallina”.
La segunda variable es que el término vine porque, al ser mujeres rodeadas de fortuna y lujos, sus novios las consienten comprándoles las mejores cosas, llevándolas a las mejores fiestas y por supuesto, bebiendo lo mejor. Es muy común que el trago perfecto y favorito para una reina del narco o un capo sea el Buchanan´s (Whisky escocés de alto precio). Los mismos narcos comparan a sus mujeres con esta bebida ya que la catalogan como “la mejor”, “la más cara”, “la más deliciosa” y de “buena calidad”. De ahí viene el término “buchona”.
Finalmente, el tercer término se cree que viene de “buchón”, que era un adjetivo que se le daba a los cultivadores de amapola en la Sierra de Baridaguato, Sinaloa, en un sentido despectivo. Este tipo de personas no eran narcos, pero eran quienes aspiraban a serlo. La buchona es su versión femenina.
Las buchonas son mujeres sumamente guapas y despampanantes. Se caracterizan por su cabello largo -natural o por extensiones, y bien peinado. Pueden traerlo planchado u ondulado. Los tonos más comunes entre ellas son los negros y rubios, ya que aseguran, les da personalidad y elegancia.
Siempre andan maquilladas. Ceja tatuada o delineada, pestaña postiza, sombras, maquillaje perfecto, su rostro bien perfilado para enmarcarlo y hacerlo más fino; rubor que resalta sus pómulos, iluminador para dar una visión más estilizada de las zonas delgadas de su cara y lipstick en tonos rojo o rosa fluorescente.
Rostro perfecto. Rostro de muñeca. Usan ropa, bolsos, accesorios y zapatos solamente de diseñadores y marcas caras y exclusivas como Bebe, Louis Vuitton, Studio F, Ed Hardy, Channel, Dior, Coach, Tiffany &Co, Cartier y más. Ellas siempre andan bien vestidas y entaconadas.
Usan uñas postizas con alguna imagen de algún santo- como Malverde (el santo de los narcotraficantes); imágenes de una hoja de marihuana, o llenas de pedrería. También, la mayoría de sus accesorios están llenos de diamantes o piedras preciosas.
Les encanta la buena vida, comer en los restaurantes más caros de la ciudad, beber los vinos más caros, ir a narco fiestas, “bailes”, escuchar música de banda y narcocorridos. A cualquier lugar al que vayan, llegan en una camioneta o un auto deportivo con valor de más de 3 millones de pesos y siempre protegidas por narcos, sicarios o guardaespaldas.
Otra de las características más comunes entre ellas, es el exceso de cirugías cosméticas que se realizan en búsqueda de la perfección corporal. Ésta es una idea tanto de ellas, como de los narcos, ya que entre ellos, además de la competencia por ser el más poderoso y peligroso, compiten por quién tiene a la mujer más bella.
Rinoplastía (cirugía de la nariz), aumento mamario, gluteoplastía (cirugía para aumentar el tamaño en los glúteos) y liposucción son las cuatro cirugías más solicitadas por las buchonas.
En entrevista con un cirujano plástico, que por cuestiones de seguridad pidió que ocultara su identidad, aseguró que las buchonas son las clientas más frecuentes y con las que mejor se gana.
Según la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (AMCPER), México es el tercer lugar a nivel mundial en cirugías plásticas. Las ciudades con mayor actividad son Mazatlán, Culiacán, Jalisco, Tijuana, Monterrey y Sonora. El cirujano aseguró que esto se debe a que, en esas zonas del país, hay más mujeres obsesionadas con la belleza y la perfección y coincide que son las ciudades en donde radican las buchonas.
A ellas no les basta en tener sólo una cirugía de busto, glúteos, nariz o abdomen. La mayoría de sus pacientes se someten a dos o tres intervenciones del mismo tipo, es decir, hay mujeres que en menos de un año se hacen varias cirugías del mismo tipo. Esto es un beneficio para ambos polos (tanto para ellas, como para los doctores) ya que las buchonas complacen sus gustos y los de sus novios y los cirujanos hacen crecer sus ingresos económicos anuales.
Tratar con pacientes de este tipo, no es una tarea fácil. El cirujano dice que hay que tener un trato especial desde el momento que se les hace una valoración, ya que no les pueden decir “NO” a casi nada. Él tiene que hacer hasta lo imposible para dejarlas tal y como se lo piden, incluso, ofrecen más dinero con tal que las dejen como “muñequitas”. En este caso, el costo de la cirugía se puede elevar hasta en un 30 o 40 porciento. Pueden gastar hasta un millón de pesos anualmente en cirugías.
Además, ser su cirujano no es una tarea fácil porque, involuntariamente, se involucran en el mundo del narcotráfico y pasan a ser tan susceptibles al peligro, como si estuvieran dentro de la red del narco voluntaria o directamente.
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Ser mujer y vivir en la zona norte del país te hace ser blanco de las redes del narcotráfico, y más si tienes cara bonita y un cuerpo escultural.
En el Norte, las mujeres se preocupan cada vez más por su apariencia física desde muy temprana edad, por el hecho que en esa zona el “verse bien” y “ser la más linda” es lo único que importa.
El peligro está en todos lados. Los narcotraficantes ven como presas fáciles a jóvenes de entre 15 y 18 años, es por eso que buscan a las niñas más bonitas en secundarias y preparatorias. Se les acercan para conquistarlas, jugando a ser “el príncipe azul” para que se enamoren de ellos y, luego de un tiempo, se las puedan llevar, hacerlas sus mujeres y puedan comenzar con la transformación física y en cuanto a su estilo de vida. Pero no sólo las buscan en esos lugares, también lo hacen en gimnasios, centros comerciales, bares clandestinos, fiestas o en las ferias del pueblo.
Por otro lado, están las mujeres que viven con los capos por conveniencia- para sacar a su familia adelante y salir de los lugares marginados en donde viven-, o por el simple hecho de “cumplir su sueño” al estar en brazos de un peligroso narcotraficante.
En esas ciudades es fácil identificar a un capo. Ellas saben lo que quieren y cuando detectan a su “hombre perfecto” no dudan en acercase y hablar con él. El plan de ligue es rápido y directo. Si al narco le gusta, se lo dice y desde la primera cita le propone irse juntos.
El programa “Aquí y ahora”, del 31 de octubre, de 2015, presentó un documental mediante la cadena televisiva Univision, en el que la periodista Tifani Roberts entrevistó a 6 buchonas. Una de ellas es “La Muñeca”, quien llegó al mundo del narcotráfico por gusto y no por necesidad.
Cuenta que su primera experiencia dentro de la mafia fue a los 15 años, cuando conoció a su primer novio en una narco fiesta. Dice que para llegar al lugar, a ella y a sus acompañantes, les vendaron los ojos para que no supieran en dónde estaban. Al llegar, sintió un ambiente pesado lleno de drogas, armas y peligro.
El dueño de la fiesta se fijó en ella y desde el primer momento le dijo que la quería para él. “La muñeca” sintió miedo, pero a la vez sintió tranquilidad, ya que su nuevo hombre la protegió de los demás narcos, desde ese momento.
Ella pensó en todos los lujos y beneficios que tendría al estar en manos del poderoso hombre, así que en lo primero que pensó fue en hacerse cirugías para estar más bella, pero su sorpresa fue que su novio no se lo permitió. Le dijo que si quería estar con él, debería dejarse así, tal y como era porque él no la quería sólo para un rato, sino que él la quería para hacerla su esposa.
Las Buchonas están conscientes que ser parte de la vida de un narco no es fácil, pero lo aceptan e incluso entran a un estado de seducción en el que en cada fiesta o cada oportunidad que se les presente lo aplican para encontrar o llamar la atención de capos más poderos y peligrosos, y así, las haga sentirse mejor.
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Ser Buchona tiene sus ventajas y desventajas.
Las ventajas empiezan desde el momento en que los demás las denominan como “buchona”, ya que son mujeres que por ese simple hecho, llaman más la atención que las demás y comienzan a recibir regalos con valor de más de 10,000 pesos desde antes de conocer a los narcos. Es decir, un capo puede llegar a saludar o a tener un primer contacto con una buchona y regalarle joyas, por simple gusto. Los narcos dan regalos costosos para llamar la atención de estas mujeres y así hacerlas sus novias.
Una vez que la buchona acepta salir o ser novia del narco, los regalos van aumentando su costo, pues cuentan que desde el segundo o tercer día de conocerse, ellos regalan camionetas, departamentos, y los que son muy generosos, las hacen “accionistas” en su negocio de la droga.
Lo más gratificante para ellas es ser reconocidas y admiradas por las demás mujeres. Esto es lo que les da status en la sociedad.
Sin duda, ser buchona tiene más desventajas. Una de ellas es que tienen que hacer una nueva vida, totalmente alejada de amigos y familia, ya que sus novios se encelan. Además no pueden estar todo el tiempo en la calle y estar exhibiéndose, porque al reconocerlas, es más fácil que la policía u otros grupos delictivos detecten a los narcos y la vida de ambos corra peligro.
Otra desventaja es que hay mujeres que son capaces de aguantar todo con tal de ser parte de la vida de un narco y vivir rodeada de lujos. Aceptar que ellos tengan otras mujeres e, incluso, aguantar golpes, abusos y humillaciones.
Hay dos tipos de buchonas. Quienes piensan en que vivir alejada del narcotráfico es lo mejor, y otras creen que su ambición es más grande, que buscan cada vez a narcos más poderosos para así llegar a cumplir sus metas, e incluso hay otras que anhelan ser las “cabecillas” de un grupo delictivo.
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Es cierto que las Buchonas son usadas como “objeto” para los narcotraficantes, y que ser pareja de uno de ellos no es a largo plazo, pero es falso que una vez que las dejan, todas ellas tratan de huir de este estilo de vida, ya que hay mujeres que se obsesionan más con este tipo de vida e incluso buscan llegar a ser narcotraficantes y líderes de bandas de narcotráfico.
Las "buchonas": las mujeres del narco
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