Las cifras del sazón… sabores regionales
Por Glen Rodrigo Magaña
Preparamos un delicioso artículo homoespaciero con el sabor de tres platillos mexicanos, donde un envoltorio de masa relleno de algún guisado, brindó a los mineros hidalguenses la energía necesaria para continuar su labor; mientras que en las tierras morelenses, una salada carne debe su nombre a las coincidencias gastronómicas con España; para cerrar esta comestible selección con una bebida prehispánica jalisciense, que fuera un regalo de la diosa Mayahuel.
Amigos, los invitamos a ver las cápsulas “Homo Espacios” todos los viernes por el Noticiero México al Día PM de Televisión Educativa y a escuchar las cápsulas homoespacieras dentro del programa “El Poder de la Palabra” en Radiocapital 830 AM, todos los miércoles y viernes de 16:00 a 17:00 horas.
Los del campo, ellos, los que brindan el alimento a nuestro país, con jornadas y condiciones de trabajo brutales para el beneficio de empresarios y funcionarios agropecuarios, situación que se ha mantenido por siglos, pero con otros títulos. Al final, la explotación es la misma, pero algún día las palabras de Zapata “La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos”, serán realidad.
En otros renglones, nuestra gastronomía brinda centenares de delicias, y para esta edición culinaria recomendamos tres manjares: el Paste, la Cecina y el Tequila.
Paste… sabor de Hidalgo
Gozo hidalguense introducido por contratistas ingleses como alimento para los mineros que explotaban los preciados metales de esta zona. Comida de montaña, que originalmente era rellena tanto de papa, como de carne molida y para inicios de siglo XX, los envueltos de masa ya incluían otros guisos mexicanos como la tinga o el mole.
El famoso “Pasty” encontró su hogar mexicano en el mágico poblado de Real del Monte, sus creadores fueron el "Inglés bonachón" Charles Tindal y Úrsula Trevillo.
La panificación es una de las ramas más productivas del sector de alimentos en México, al mantener en operación 50% de su capacidad instalada, lo cual supera a la industria en general, que promedia en este rubro 63% y el consumo per cápita anual de los derivados de harina es de 32.5 kilos.
Respecto a los establecimientos de pan, el 40 % son micro, 42 % pertenecen a pequeñas empresas, mientras que el 18% son medianas y grandes empresas.
El Festival Internacional del Paste se celebra en el mes de octubre, donde se reúnen más de 25 mil personas para saborear del famoso paste, así como de catas de vinos, mezcales, pulque y la tradicional cocina hidalguense, además de otros platillos exóticos.
Cecina… coincidencia peninsular
Varios alimentos ibéricos llegaron a nuestro país en el periodo colonial, muchos de ellos, preparados con sal, como el jamón serrano, la cecina de León elaborada con carne de res o la cecina de Vegacervera con carne de chivo, pero antes de la llegada de los españoles ya se comía carne salada en México, así que al llegar los peninsulares y ver que era una preparación muy similar a la que ellos cocinaban, también decidieron llamar a este platillo como cecina.
Fue en las tierras morelenses de Yecapixtla donde este manjar tomó fama, principalmente, el preparado de carne de cerdo pre-sazonada con chile, mejor conocida como cecina enchilada. Tradicionalmente, la cecina es asada en un comal y se acompaña de crema, queso, salsa, aguacate, nopales, frijoles y tortillas hechas a mano.
Además, este municipio del Estado de Morelos, es el principal productor, más 300 familias se dedican a “tasajear” 42 toneladas de carne cada semana, cárnico que el 50% es importado de Estados Unidos, aunque también destaca la producción de cecina en la región de la Huasteca y en el Estado de México.
La Feria de la Cecina y el Tianguis Grande, se lleva a cabo en el mes de octubre en Yecapixtla, donde se desarrollan actividades como jaripeos, bailes, conciertos, obras teatrales, exposiciones gastronómicas y artesanales.
Tequila… un jalisciense tributo prehispánico
El nombre de esta bebida nacional proviene de un “tributo”, ya que en tiempos prehispánicos, los tiquilinos o ticuilas brindaban obsidiana al imperio mexica como muestra de respeto. Mientras que el líquido del agave o “adorable”, era considerado sagrado para nuestros ancestros, un regalo de la diosa Mayahuel.
La leyenda cuenta que un grupo de nativos asentados en las faldas de Tequila, vieron caer un rayo en un maguey, ellos se acercaron y probaron el aguamiel que desprendía éste, llevaron el nuevo elixir a sus hogares, pero a uno se olvidó llevar su parte, así que regresó unos días después y se dio cuenta que el color del líquido había cambiado, al beberlo, sintió una sensación placentera, de mágica alegría, como por arte divina.
Destilado del municipio de Tequila, Jalisco, y con denominación de origen en otros cuatro estados (Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Tamaulipas), este licor se clasifica en blanco o plata de tono transparente; joven u oro, mezcla del tequila blanco con el reposado; reposado, con un proceso de maduración de por lo menos un par de meses; añejo, con una maduración de por lo menos un año y el extra añejo, con tres años de maduración.
Algunos datos muestran que de enero a abril del 2016, se elaboraron 51 millones de litros en todo el territorio nacional, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) registra a 305 usuarios autorizados para emplear dicha denominación y exportamos el 70% de nuestra producción a más de 100 países en todo el mundo.
En lo que se refiere a festejos, los días 25 y 26 de marzo pasado, se realizó la cuarta edición del Festival del Tequila, en la Plaza Bicentenario del Centro Cultural Universitario, organizado por la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT). El Mariachi Vargas de Tecalitlán, es actualmente el Embajador de la Industria Tequilera.
Estimados homoespacieros, como es tradición, les comparto algunos enlaces sobre estos sabores regionales: