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No sorprende esta batalla de lodo y estiércol que cada tres y seis años se desparrama por el país entre las principales fuerzas políticas con registro ante el sedicente árbitro de la contienda, es decir, el Consejo General del hoy dizque reformado órgano que se denomina Instituto Nacional Electoral, el mismo que le ha entrado al carrusel de las puntadas y ocurrencia legaloides, como esa de plantear el cambio de un partido de futbol, el mero domingo siete de junio, porque según panistas y perredistas distraerá la atención ciudadana e incidirá en el abstencionismo. ¡Ajá!

Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
Correo: sanchezlimon@gmail.com
Twitter: @msanchezlimon 

Hay de todo, como en botica. Y sí, esa ha sido la praxis de campaña, aunque se acentuó desde el momento en que nació el PRD y se sumó a la beligerancia mediática y discursiva en las campañas con el PAN y los partidos emergentes que aparecieron por goteo merced a la reforma política de 1977, cuando el entonces presidente José López Portillo dejó en manos de su secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, la manufactura de una enmienda constitucional de dimensiones tales que abrieron el Congreso de la Unión a la oposición contestataria de esa izquierda que, incluso, se fue a la guerrilla (de real, no ese remedo llamado EZLN) en la montaña y en las zonas urbanas de las principales ciudades del país.

 

¿Nos merecemos los mexicanos ese teatro de lo absurdo y de la picaresca escenificada por los que se presume actores representantes sociales?

 

Porque, mire usted, si resultaran ciertas a plenitud las acusaciones, videos, grabaciones y esos etcéteras que integran el carrusel de la descalificación, ésta que asume prácticamente delincuente al candidato a la presidencia municipal, el gobierno estatal o la curul local y federal, entonces el registro de candidaturas debiera hacerse ante el agente del Ministerio Público y no ante el Instituto Nacional Electoral o sus representaciones en el interior del país.

 

Sin duda, varias de esas acusaciones tienen sus fundamentos. Y se ha corroborado lo mismo con presidentes municipales asociados al crimen organizado, como diputados locales y federales que han sido pillados en malas compañías; incluso gobernadores, tal caso del chihuahuense César Horacio Duarte Jáquez que anda por la vida con la certidumbre de que ninguna autoridad le echará el guante, pese a que se le ha documentado su afición a la práctica del enriquecimiento explicable, si, porque se sabe de dónde sacó la lana que lo convirtió en banquero.

 

Pero igual y lindan en la comisión de delitos aquellos políticos que echan a andar versiones del crimen que espanta, que inyecta miedo entre los ciudadanos, como la grabación que el penúltimo fin de semana de abril distribuyeron manos delictivas en la que se advertía la presencia de delincuentes que robaban y asesinaban niños y adolescentes, incluso a madres que llevaban a sus hijos en brazos.

 

Y en ese asunto se observó la mano del dizque honesto y prístino partido Movimiento Regeneración Nacional, uno de cuyos destacados militantes, el diputado federal Gerardo Villanueva Albarrán, quien renunció al PRD y se sumó a las filas de Morena, de cuyo presidente Martí Batres Guadarrama (también diputado federal pero con licencia en esta LXII Legislatura) es amigo, encabezó una movilización ciudadana en aquella zona del sur del Distrito Federal, en la colonia Santo Domingo, de la delegación Coyoacán, donde presuntamente se han estado robando a menores de edad.

 

El punto es que de la comisión de esos raptos, secuestros e incluso asesinatos, no hay una sola prueba física ni documentada, vaya, no hay denuncia alguna pero el legislador Villanueva se atrevió a encabezar el cierre de una importante avenida dizque en demanda de seguridad. ¿Seguridad?

 

Y si usted busca una causa en este asunto, la encuentra fácilmente en la respuesta que le dan los próceres de Morena al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, quien se atrevió a manifestar –matizada si se quiere-- su aspiración de ser candidato a la Presidencia de la República, e incluso el dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete, de plano lo incorporó a la carrera por la sucesión presidencial como una carta fuerte.

 

Causa y efecto en esto de las campañas de lodo. Y el que se ríe se lleva. Si no veamos cuál fue la respuesta que le dieron a Gustavo Enrique Madero, dirigente nacional del PAN, protagonista e impulsor de los videos que inundaron el You Tube y las redes sociales elaborados contra el mismo presidente Enrique Peña Nieto y su familia.

 

Ah, porque ahora que le sacaron trapitos familiares de los viajes de sus hijas, viajes a todo trapo y con recursos que no lo gana Gustavo como dirigente del PAN, y la extensa luna de miel que se recetó su hijo durante doce meses, provocó una airada respuesta de Ricardo Anaya Cortés, coordinador de la bancada albiazul en la Cámara de Diputados.

 

“Es una cobardía publicar vídeos de manera anónima, sin que se conozca la fuente y en segundo lugar me parece una bajeza la forma en que se ataca a la familia de Madero Muñoz”, reclamó Anaya y planteó que, quien haya elaborado ese video, “sería conveniente que diera la cara, cosa que no ocurre”.

 

Dice que respeta “mucho las opiniones de terceros (pero) Mi opinión personal es que es una cobardía publicar vídeos de manera anónima”.

 

Bueno, entre cobardes anónimos y el tránsito hacia el siete de junio, el camino está lleno de sorpresas. Por eso, tiene una enorme carga lo dicho por Luis Castro Obregón, presidente nacional del Partido Nueva Alianza, este lunes 20 de abril en la sede del Instituto Nacional Electoral y ante dirigentes y/o representantes de los diez partidos políticos –él incluido—que participan en esta contienda intermedia.

 

Castro Obregón llamó a todos los partidos políticos con registro nacional a que le pidan perdón a la ciudadanía, porque en lugar de hacer de las campañas electorales una forma de rendición de cuentas, han convertido a la arena democrática en un “ring de lucha de lodo”.

 

Las elecciones –acotó-- no deben ser un campo de batalla para obtener el poder en sí mismo, sino la oportunidad de competir -de forma legítima- con propuestas, ideas y argumentos, distintos proyectos de nación. 


¿Usted cree que Madero, Camacho, Batres, Anaya, Yris Salomón o Dante Delgado irán a los espacios públicos a pedir a los ciudadanos que los perdonen por azuzar la guerra de lodo? Sería un tema de Ripley. Por tanto, retomemos la senda esta que, de manera cuasi obligada, debemos transitar hasta el 5 de junio, cuando concluyan las campañas.

 

Luego veremos qué había de cierto en esas acusaciones, si tal o cual candidato es un pillo disfrazado de hermana de la caridad pero aún así ganó y despachará como alcalde, diputado o gobernador. La pura impunidad. Por eso hay que valorar el alcance del voto, pero hay que votar y no hacerse que la virgen le habla. Luego no ande usted reclamando. Digo.

 

MIÉRCOLES. Lo que se pretendió hacer con Xóchitl Gálvez era una aberración –por usar un eufemismo--. Bien por esa corrección, un mentís a quienes apostaron a desbarrancar la candidatura de la ingeniera. Y qué decir de la decisión de Ángel Heladio Aguirre Rivero de no volver al palacio de gobierno de Guerrero y solicitar una licencia por lo que resta de su gestión que vence en octubre próximo. ¿A qué le tiraba el amigote? Conste.

Lodo

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