“Que digan que estoy dormido y que traigan aquí”, es el anhelo de miles de migrantes mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos, ya sea de manera documentada o sin un estatus legal, piden que, en caso de morir, sus cuerpos regresen y sean sepultados en sus pueblos, barrios, colonias o rancherías en México.
José Magdiel May González, un indígena yucateco, intentó cinco veces cruzar el Río Bravo para lograr el “sueño americano”. Finalmente lo consiguió y trabajó por dos años en San Francisco, California y de ahí emigró a Yuma, Arizona, para ocuparse en labores agrícolas.
A finales de marzo de este 2016 sufrió un accidente fatal y murió cuando apenas empezaba a juntar el dinero necesario para construir una casa a su esposa y sus dos hijos que los esperaban en Mérida.
Cooperaciones de paisanos en Estados Unidos, burocracia en los consulados y oficinas migratorios estadunidenses, trámites y semanas de espera son el otro calvario para los familiares de los mexicanos que fallecen en Estados Unidos y que buscan repatriar su cuerpo.
Son los migrantes que soñaban regresar en una camioneta nueva, con dólares para comprar una casa, vistiendo buena ropa y que regresan sólo enfundados en un “traje de madera o metal”, casi siempre costeado con cooperaciones de paisanos y familiares que residen en Estados Unidos y quienes compran el ataúd y financian parte de los altos costos del traslado por avión.
El indígena maya, José Magdiel, forma parte, de acuerdo a datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de los más de 50 mil cadáveres repatriados de Estados Unidos en la última una década.
De acuerdo a organizaciones de mexicanos en distintas ciudades de Estados Unidos y familiares de los fallecidos, los trámites de repatriación pueden durar desde una semana hasta tres meses, todo ello por la burocracia en consulados, forenses, policía, migración y aduanas.
“Hay traslados que pueden durar de dos a tres meses. Es muy desgastante sobre todo porque si hablamos del caso de los indígenas, como sucede en La Montaña, son personas de recursos muy limitados y de difícil acceso a un teléfono o fax para poder hacer el intercambio de información y documentos”, dice Margarita Nemesio Nemesio, coordinadora del área de atención a jornaleros y migrantes del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) cada año mueren en Estados Unidos alrededor de 15 mil mexicanos y de ellos son repatriados cerca de 8 mil cadáveres de paisanos.
Empresas dedicadas a la “repatriación” de paisanos que mueren en Estados Unidos, exponen que diariamente hay un promedio de 43 decesos al día de connacionales, es decir alrededor de 15 mil al año, y un gran porcentaje termina en las fosas comunes, ya sea porque sus familias no tienen dinero para su repatriación, o bien porque no tenían comunicación con sus seres queridos.
La antropóloga francesa Francoise Lestage, de la Universidad de París 7, destaca que los mexicanos que residen en Estados Unidos buscan como última voluntad que en caso de morir sus cuerpos sean repatriados y sepultados en México, por lo que se ha creado un mercado de funerarias especializadas en dichos traslados.
En su estudio “Apuntes relativos a la repatriación de los cuerpos de los mexicanos fallecidos en Estados Unidos” indica que diversos factores que influyen en esta tendencia que son el hecho de que organizar funerales en Estados Unidos es más caro que repatriar el cuerpo porque un entierro en un panteón urbano en California cuesta entre 5 mil y 6 mil dólares.
Mientras que el traslado del difunto a un estado del centro del país tiene un costo de entre 2 mil 500 y 3 mil dólares, lo cual incluye la preparación del cuerpo, el embalsamado, un ataúd barato y el transporte en avión hasta el aeropuerto más cercano al panteón de llegada.
Asimismo el “boom” de empresas de seguros en Estados Unidos y México que por un monto de aproximadamente por 50 a 100 dólares anuales, garantizan la repatriación de asegurado a México.
La investigadora advierte que la Secretaría de Relaciones Exteriores no cuenta con cifras precisas de la repatriación de cadáveres a México, ya que los consulados no registran los traslados de urnas funerarias, que representan entre 10 y 30 por ciento del total.
Los migrantes que regresan a México en traje de madera
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