Luis Buñuel... el surrealismo de un cineasta
Por Glen Rodrigo Magaña.
Imágenes en movimiento del también llamado “Alquimista del cine”, nos llevarán al mundo donde la imaginación es capturada por el lente de uno de los grandes cineastas del siglo XX: Luis Buñuel, formado en una familia acomodada de España y escuelas católicas en sus años de infancia; destacado estudiante con ideales firmes que lo caracterizaron; amante del violín, la literatura, el teatro y el boxeo; cinéfilo por adicción, al ver por lo menos tres películas diarias; poeta, crítico de cine y periodista en su juventud; amigo de Dalí, García Lorca y otros célebres escritores de la Generación del 27; ateo “por la gracia de Dios” y considerarlo irreverente por parte del Vaticano; director de más de treinta filmes y laureado por los principales festivales de cine del mundo.... entre otros hechos surrealistas.
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México, la nación que alguna vez mencionara este célebre maestro del cine como “El país más surrealista que existe...” al referirse a nuestras tradiciones, la identidad de un pueblo que se distingue por su calidez, brazos abiertos que saben unificarse en la desgracia... y los jóvenes alzan la voz con la cara descubierta, mientras que la injusticia, sigue encapuchada.
El arte no genera violencia, pero sí crea conciencia... Por fortuna contamos con las manifestaciones artísticas, que son las encargadas de mantenernos con un juicio sano y que en esta ocasión aparecen entre imágenes en movimiento, expuestas con la creatividad de uno de sus principales representantes: Luis Buñuel, ese genio del surrealismo, del pensamiento que no se regula por la razón, alejado del moralismo, donde el inconsciente actúa, sitio en el cual las emociones se expresan libremente... con el interno desnudo.
Primero... la vida
Calanda, poblado español, fue el sitio donde nació este célebre cineasta el 22 de febrero de 1900. Su padre Leonardo Buñuel González era 28 años mayor que su madre, la joven pianista María Portolés Cerezuela, quienes procrearon ocho hijos y Luis, fue el primogénito.
El nivel socioeconómico de la familia Buñuel era un tanto cómodo, lo que le permitió al maestro ingresar a buenas escuelas, donde se desempeñaba como un alumno modelo y ferviente católico, dado que estudiaba en instituciones educativas dirigidas por jesuitas, aunque también disfrutaba en estos primeros años de algunas travesuras exóticas; por ejemplo asistir a cementerios con sus amigos, oficiar misas simulando ser un padre y algunas otras que provocaran su expulsión del colegio.
Desde los diez años mostró habilidades para tocar el violín y al cambiarse en 1915 al Instituto de Enseñanza Media de Zaragoza, los textos de Nietzsche y Darwin lo dominaron más que las lecturas bíblicas. A los 17 años es enviado por su padre a Madrid para estudiar Ingeniería Agrónoma y radica en la Residencia para Estudiantes de la capital hispana, sitio donde conoció a uno de sus mejores amigos de aquella época, al fresco aspirante a pintor Salvador Dalí, así como al inicial poeta Federico García Lorca, entre otros talentosos jóvenes.
Me gustaría para mí...
En su tiempo como universitario practicó boxeo en la Real Sociedad Gimnástica Española, realizó una adaptación en la puesta en escena de Don Juan Tenorio, donde actuaron García Lorca y Dalí bajo la dirección de Luis Buñuel. Además José Moreno Villa, Pedro Garfias y Pepín Bello son algunos de los nombres de la conocida Generación del 27, quienes fueron sus compañeros en aquella Residencia y su primer texto “Una traición incalificable” fue publicado por la Ultra el 1 de febrero de 1922, aunque también escribió otras prosas y poemas para la revista Horizonte.
En 1923 su padre fallece. Se gradúa en la Licenciatura de Filosofía y Letras en 1924, prepara un libro que nunca publicó bajo el título Un perro andaluz, asiste a la conferencia sobre surrealismo en Madrid realizada por el novelista francés Louis Aragón, decide trasladarse a París donde colabora en las revistas Cahiers d'Art en Francia y en España realiza crítica fílmica para La Gaceta Literaria. Debido a las ventajas de contar con pase de prensa, su afición por el cine aumenta, al asistir hasta tres veces a las funciones de películas, aunque se repitiera la misma cinta, se convirtió en editor desde 1927 de la sección de cine en La gaceta Literaria. Así fueron sus inicios en el mundo cinematográfico, mismos que desempeñó y acompañó como periodista y articulista.
La película que provocó el deseo por desarrollarse dentro del cine fue Las tres luces, de Fritz Lang, en 1926. Después de ver el filme, el joven Luis acude al cineasta Jean Epstein, quien lo emplea como asistente de dirección en los rollos Mauprat (1926), La sirène des tropiques (1927) y La chute de Usher (1928), donde tiene una pequeña aparición como actor en los dos primeros filmes.
Un perro andaluz (1929) se estrena en el Studio des Ursules de París, filme donde Dalí participó dentro del guión y actuó en esta ópera prima de Buñuel, un corto mudo con duración de 17 minutos, el cual provocó escándalo por “su falta de moral”, pero fue admirado por parte del circuito de surrealistas, rollo que por cierto financió la madre de Buñuel. Al siguiente año, la mancuerna Buñuel-Dalí comenzó el guión de La edad de oro (1930), pero el amor llegó al corazón del pintor y Luis terminó de rodar el filme sin su guionista, lo que provocó el inicio de un distanciamiento entre estos dos grandes amigos. En este mismo año, el joven cineasta trabaja para la MGM, la cual decide abandonar al no permitir ser manipulado por los caprichos de la firma hollywoodense, pero donde pudo conocer a grandes celebridades como a Charles Chaplin.
En 1934 contrae matrimonio con la gimnasta francesa Jeanne Rucar, con la que tuvo dos hijos y quien revelara en su libro Memorias de una mujer sin piano (1990) -bajo la pluma de Marisol Martín del Campo-, varios detalles de su matrimonio, tales como el que su esposo no le permitió seguir practicando gimnasia, ni tocar el piano, así como tener intimidad por las tardes y describirlo “muy puritano en los asuntos relacionados con el amor…”
Por qué no usó reloj...
En 1935 funda con el empresario vasco Ricardo María de Urgoiti la casa productora Filmófono, pero la Guerra Civil española terminaría con esta compañía, ya que Buñuel siempre se mantendría fiel a la Segunda República. Para 1936, el cineasta es encargado de supervisar el montaje del documental España leal en armas, bajo filmaciones de corresponsales de guerra y los últimos años de la década de los treinta, trabaja en películas sobre este conflicto en los Estados Unidos, para terminar desempleado a finales de 1939.
La década de los cuarenta, en materia profesional fueron los años más complicados para “el alquimista del cine”. En 1941 acepta trabajar en el Museo de Arte Moderno de Nueva York como supervisor de documentales y solicita la nacionalidad estadounidense, pero tras la publicación del libro La vida secreta de Salvador Dalí, en octubre de este mismo año, declaraba el pintor que Buñuel era ateo y un hombre de izquierdas, texto que llamó la atención de un reportero del Motion Picture Herald, quien lo considero un peligro para un museo tan distinguido. Lógicamente, tiempo después el cineasta le reclamó a Dalí y la amistad terminó.
Algunos trabajos de doblaje para la Warner Brothers le ayudaron para subsistir en el país de las barras y las estrellas, hasta que en 1945, en una convite orquestado en casa del cineasta galo René Clair, asiste Denise Tual, viuda del protagonista de Un perro andaluz (1929), quien le ofrece dirigir el film franco-mexicano La casa de Bernarda Alba.
La llegada de Buñuel a tierras mexicanas en 1946, fue amor a primera vista, pero el coqueteo con el nuevo rollo basado en la novela homónima de García Lorca no logró concretarse. La película Gran Casino (1947) fue su primer trabajo como director en México y contó entre su elenco con Jorge Negrete y la actriz porteña Libertad Lamarque, pero resultó ser todo un fracaso, hasta que en 1949 con el exitoso filme El gran Calavera recuperó sus ánimos, luego de no lograr materializar ningún proyecto como cineasta en más de diez años.
El cine, instrumento de poesía
Los Olvidados (1950) fue la cinta que lanzara a la fama a Luis Buñuel, al coronarse como mejor director en el Festival de Cannes en 1951. Después de este triunfo, la reputación del cineasta español crecía cada vez más, con otras grandes joyas de su filmografía, como: Robinson Crusoe (1952), película a color y en inglés; Nazarín (1958), aclamada por la crítica y por la religión; Ensayo de un crimen (1955), que fuera la última película donde participara la actriz Miroslava; Viridiana, que ganara la “Palma de Oro” en 1961 y El ángel exterminador (1962), uno de sus trabajos más íntimos y emotivos.
En lo que se refiere a su periodo francés, este maestro realizó otros grandes títulos, entre los que destacan Diario de una camarera (1964); Bella de día (1966), que le otorgara un “León de Oro” en la Mostra de Venecia en 1967. En 1972 filmaría, lo que para muchos fue su obra maestra, Le charme discret de la bourgeoisie, que le otorgara el primer “Óscar” a mejor película de habla no inglesa, así como un premio BAFTA al mejor guión original. Esto dio paso a la creación de sus dos últimas películas: El fantasma de la libertad (1974) y Ese oscuro objeto del deseo (1977), las cuales reflejan el trabajo de cincuenta años de experiencia de este gran cineasta.
El último suspiro...
Luis Buñuel Portolés dicta sus memorias a Jean Claude Carrieré en 1982 y encontró uno de los temas que siempre le provocaron fascinación a la edad de 83 años en la Ciudad de México, un 29 de julio de 1983, cuando una insuficiencia cardiaca, hepática y renal fueran las causantes de su último diálogo al expresar el último suspiro a su esposa Jeanne: “Ahora sí... que muero”.
El maestro dejó una escuela dentro del cine surrealista, temáticas que expresan lo grotesco de la “alta sociedad” hacia los desfavorecidos, actos hipócritas por parte de la religión, el enigma del comportamiento femenino, sentimientos a flor de piel al caracterizar lo irreal en un filme y la agudeza para tratar lo subversivo, así como manejar casi todos los géneros del cine con gran destreza. Además, no fue un hombre movido por el dinero porque no lo necesitaba, tampoco se dejó llevar por la fama, simplemente creó un cine que sólo puede ser catalogado como... el de Buñuel.
Estimados homoespacieros, les comparto algunos enlaces, entre páginas y películas de este célebre cineasta surrealista:
Historias de vida: Luis Buñuel (Documental).
Los Olvidados (1950). TRAILER.
El discreto encanto de la burguesía (Le Charme Discret de la Bourgeoisie, 1972). TRAILER.