Por Arturo Zárate Vite
Reportero de medios como Radio Mil, Canal 13, La Afición, El Nacional y El Universal. Premio Nacional de Transparencia.
Manlio, “caballo de hacienda”
Para contar
Nunca antes había visto que un ex presidente o ex dirigente nacional panista “destapara” a un personaje del PRI como precandidato a la presidencia de la República.
Cuando la lógica dice que debiera hablar de los aspirantes de su propio partido, Luis Felipe Bravo Mena sorprende al dar el banderazo de salida a la campaña de Manlio Fabio Beltrones.
En sus adulaciones hacia el político priísta, incluye la expresión “es un caballo de hacienda”.
A Luis Felipe Bravo Mena lo conocí como líder de Acción Nacional (1999-2005). El era jefe de los azules y, yo reportero de El Universal. Bajo su dirigencia ganó el PAN la presidencia en el 2000 y después, en el siguiente periodo de su partido en Los Pinos, trabajó como secretario particular de Felipe Calderón. También ha sido senador de la República.
Siempre me ha parecido cuidadoso en sus declaraciones. No recuerdo que alguna vez haya salido de tono o alguno de sus dichos haya sido motivo de escándalo. Cauto, precavido, prudente, medido en su desempeño. Por eso la importancia de leer su artículo publicado en El Universal el pasado 23 de junio
No fue una entrevista ni respondió a preguntas de “banqueta”. Se trata de un texto que seguramente elaboró después de reflexionar y analizar por varios días la renuncia del sonorense a la presidencia PRI.
Concluye que Manlio es un sólido aspirante, ahora con la ventaja de no tener la marca del dueño de la cuadra mexiquense o de quien encabeza el grupo en el poder.
Para Bravo Mena, en el gabinete no queda ningún corcel ganador.
Su argumento que le da posibilidades a Beltrones en pos de la candidatura presidencial, a pesar de que ya no tiene ningún cargo público, lo apuntala
con el caso de Felipe Calderón Hinojosa.
Felipe decidió competir por la candidatura de su partido, sin cargo alguno. Había renunciado como secretario de Energía, presionado por el foxismo (Vicente y Marta), después de que fue “destapado” por sus seguidores en Jalisco.
Vicente y Marta querían como candidato a Santiago Creel Miranda, entonces secretario de Gobernación.
A la pareja presidencial no se le cumplió su deseo, porque en el proceso interno panista, establecido por sus estatutos, la militancia le dio el voto a Calderón.
En el caso del PRI, los artículos 181 y 183 de sus estatutos, establecen como uno de los procedimientos para elegir a su candidato, la elección directa, que puede ser con la participación solo de los militantes, o de los militantes y simpatizantes.
Así está en los documentos básicos, pero evidentemente, a lo largo de su historia, lo que ha determinado en la práctica la elección del candidato priísta (salvo 2006 y 2012, porque el poder lo tenía el PAN) ha sido el llamado “fiel de la balanza”, o sea, la opinión del presidente de la República, que por mucho tiempo se ha conocido de manera coloquial como “dedazo”.
Hasta ahora, no se ve por ningún lado que se vaya a dar una excepción para el 2018, pero ante lo sucedido en los comicios de este año y en busca de postular a quien tenga el mayor apoyo de los militantes e incluso de la sociedad, está en la mesa la alternativa de la elección directa.
De cualquier manera, la palabra decisiva la tendrá el presidente.
Por lo pronto, Manlio, según Bravo Mena, es un precandidato “caballo de hacienda”.
@zarateaz1