top of page

Maravillas arquitectónicas: París, Gustave Eiffel...

y su "Dama de hierro"

Por Glen Rodrigo Magaña.

El viejo continente tiene un sinnúmero de exquisitas edificaciones, y uno de los países europeos que destacan en la lista de maravillas arquitectónicas es, sin lugar a dudas, Francia. Entre sus joyas se encuentran: castillos, el museo más visitado del mundo, elegantes teatros, parques que inspiraron a destacados pintores, románticos bulevares con sonidos de acordeón y heroicas plazas, además de su icónica torre que acaba de cumplir 125 años el pasado 31 de marzo. París, la “Ciudad de la luz” que enamora con sus altivas bellezas y puedes admirar en cualquiera de sus veinte arrondissements (distritos municipales), es, con todos los honores, responsable de inaugurar esta nueva sección en Homo Espacios, para hacernos disfrutar y visitar algunos de sus principales tesoros emblemáticos, entre ellos el talento del Ingeniero Gustave Eiffel y la historia de su “Dama de hierro”.

Cielos parisinos donde los amantes disfrutan de un buen vino, tertulias entre intelectuales, artistas que entonan “La vie en rose”, pasarelas de moda en sus bulevares estilo neoclásico, parecen realidades que son acompañadas de femmes que te dejan sin aliento.  “Non Je Ne Regrette Rien”, interpretado por Edith Piaf, se escucha en un café de la confluencia del río Marne y el Sena, tal como lo titulara Hemingway en uno de sus famosos libros: París era una fiesta. En el día, la entrada del Louvre se ve pletórica de visitantes que buscan a La Gioconda más allá de los lienzos, el Arc de Triomphe sobre su principal avenida Campos Elíseos refleja el nacionalismo galo, el Jardín de las Tullerías del siglo XVI congrega a las parejas que enseñan cómo es un beso francés. Al anochecer, los sentidos se agudizan, la arrabal parisina funciona mejor que el confesionario de la gótica Catedral de Notre Dame; la ciudad guarda los mejores secretos de enamorados, entre cabarets que desahogan la ansiedad de unos tantos y diligentes arrumacos, despiertan esa adrenalina que distingue a las francesas, culpables venus con sus espaldas descubiertas que descansan en tu pecho, entre cuatro paredes de un hotel… y después, solo callan lo íntimo.

 

Con esta breve descripción, viajemos mis apreciables homoespacieros a tierras galas, con un poco de historia arquitectónica sobre la capital francesa. Comentaremos sobre el célebre ingeniero Gutave Eiffel que erigiera grandes obras en varios países europeos, quien participara en la construcción de la Estatua de la Libertad en Nueva York y desarrollara varios proyectos para Sudamérica e incluso realizara un edificio en Orizaba Veracruz, México. Además nos adentraremos en la historia de la Torre Eiffel, mejor conocida como la “Dama de hierro” concebida originalmente como un proyecto temporal, para celebrar el Centenario de la Revolución Francesa y conmemorar la Exposición Universal de 1889, la dura crítica a la cual fue expuesta por parte de varios intelectuales y artistas en sus primeros años, la complejidad en su proceso de construcción, rumores de que la idea original para realizar una torre de metal de 300 metros fue de unos arquitectos norteamericanos, duras épocas en donde la venta de boletos para subir a ella era tan baja que se pensó en desmontarla, así como ser una estructura que funcionara como una de las primeras plataformas radiofónicas y televisivas de Francia.

 

Elegancia parisina…

 

Fundada en el año 52 a.C. por los romanos como “Lutetia Parisii”, el origen de su nombre tiene varias versiones, una de ellas se le asocia con la diosa egipcia Isis, la cual tenía varios “per o par Isis”, traducido como “Templos o casas de Isis”. Otra explicación sobre el nombre de Paris, es que se le asocia a una tribu celta llamada “Parisii”, palabra celta galo que significa "pueblo trabajador" o "de artesanos”.

 

El mote de “Ciudad de la luz” es porque en 1860 Paris era alumbrada por 56.000 lámparas de gas, también se le concede el título de "La Ville-Lumière" por ser uno de los principales focos de educación e ideas en el Siglo de las Luces.

 

Algunos acontecimientos importantes de esta brillante metrópoli, fueron su proceso de conversión al cristianismo a mediados del siglo III por San Denis, Obispo de la Parisii, que fue encarcelado por el prefecto romano Fescennius, por negarse a renunciar a su fe y decapitado en el Monte de Mercurio, que más tarde se convirtió en el Monte de los Mártires, donde actualmente -en uno de sus costados- se encuentra la Torre Eiffel.

 

En el año 987, Hugo Capeto, Conde de París, fue elegido Rey de Francia, quien convirtió a París en capital del imperio y su coronación es considerada como el nacimiento de la Francia moderna. Philippe-Auguste, séptimo Rey de la Dinastía de los Capetos reconoció a la Universidad de París en el año 1200, fundada por el obispo de la ciudad para estudios de Teología. A finales del siglo XIII, grandes pensadores se congregaban en la ciudad para participar en los intercambios intelectuales del llamado Siglo de las luces.

 

Uno de sus urbanistas pioneros fue Enrique IV, quien realiza las primeras edificaciones parisinas como la Place des Vosges, siendo ésta la plaza más antigua de la ciudad. También destaca Luis XIII, que extiende la muralla de Carlos V. Tiempo después Luis XIV destruye esa muralla y ordena construir en su lugar los primeros bulevares tan distintivos de Paris, esto se realizó entre los siglos XVI  y XVII.

 

Por su parte, la Plaza de Bastilla es el sitio emblemático de la Revolución Francesa, ubicada en la antigua fortaleza de La Bastilla, misma que fue destruida en 1789. Los galos tomaron esta fortaleza y rechazaron el derecho divino de los reyes de Francia. Así el 15 julio de 1789, Jean-Sylvain Bailly fue elegido como primer alcalde y dos días después se creó la bandera nacional tricolor francesa.

 

Los vastos complejos arquitectónicos de esta “Ciudad de la Luz”, sólo se comparan con las edificaciones existentes en Roma, pero no podemos dejar pasar por alto dos grandes construcciones: la Catedral de Notre Dame que es una de las inmuebles más antiguas de estilo gótico, cuya construcción se inició en 1163 y se inauguró en 1245; un dato curioso es que aquí se coronó emperador Napoleón Bonaparte, el 2 de diciembre de 1804. La segunda joya parisina es el Museo de Louvre, castillo convertido en palacio real en el siglo XII y que actualmente es la casa que alberga las más importantes obras de arte de todo el mundo.

 

Gustave Eiffel… y su “Dama de Hierro”

 

Alexandre Gustave Eiffel, nació en Dijon -una ciudad al este de Francia- el 15 de diciembre de 1832. Su nombre original fue Gustave Bönickhausen que cambio oficialmente a Eiffel hasta 1880, esto como referencia a las montañas de Eiffel, región en la que había vivido. Sus padres fueron comerciantes de carbón y el pequeño Gustave creció con su abuela, aunque sus padres lo visitaban constantemente. Como estudiante no era muy destacado, pero el gusto por la ingeniería se lo brindaría su tío Jean-Baptiste Mollerat, inventor de un proceso de destilación de vinagre y el cual tenía una fábrica de productos químicos.

 

En su formación académica la École Polytechnique lo rechazó argumentando que no era lo suficientemente calificado para estudiar ingeniería, así que asistió a École Centrale des Arts et Manufactures en París. Su primer trabajo fue como secretario del ingeniero ferroviario Charles Nepveu y en 1865 se independizó como consultor obteniendo su primer proyecto en Egipto, para supervisar la construcción de 33 locomotoras.

 

Este afamado ingeniero realizó varias obras arquitectónicas como el viaducto Garabit o el puente del Pia de Maria, en Portugal. Llevó a cabo trabajos en Sudamérica como la iglesia de San Marcos en Arica, Chile; la estación de autobuses de La Paz, en Bolivia; la Casa de Hierro en Iquitos, Perú; en México diseño el Palacio de Hierro de Orizaba, Veracruz, bajo instrucciones de Le Societe Anonyme des Forges D´Aiseau. Así mismo, fue contactado por Auguste Bartholdi, para ayudarle en la construcción de la Estatua de la Libertad, expuesta en Nueva York en 1881. Gustave, además destacó por sus investigaciones de aerodinámica, así como medición meteorológica. Entre sus principales amigos se encontraba el célebre inventor Thomas Alva Edison. Este gran maestro de la arquitectura, falleció a los 91 años en París el 27 de diciembre de 1923.

 

Dentro de todas sus joyas arquitectónicas, Eiffel es recordado por su obra maestra, la mundialmente famosa “Mujer de Hierro”. La Torre que lleva su nombre, en sus inicios tuvo varias complicaciones. La primera es que algunos historiadores afirman que la edificación fue concebida por los arquitectos estadounidenses Clark y Reeves para la Exposición Universal de 1876 en Filadelfia, pero lo que es un hecho es que este ingeniero galo no fue quien realizó los primeros bocetos, los responsables fueron Maurice Koechlin y Émile Nouguier, jefe de la oficina de estudios y jefe de la oficina de métodos de la compañía Eiffel & CO, respectivamente, en 1884.

 

Las exposiciones universales tienen su origen en los progresos técnicos, sociales y científicos. La primera Gran Exhibición de los Trabajos de la Industria de todas las Naciones, se realizó en Londres en el año 1851, para ser un foro de destreza industrial entre las grandes potencias, o sea un acto de presunción. En fin, en 1886 Gustave convence a Édouard Lockroy, Ministro de Industria y Comercio de ese entonces, a efecto de realizar un concurso para construir una torre de hierro con una base de 125 m² y una altura de 300 metros, como monumento que celebre el Centenario de la Revolución Francesa y conmemore la Exposición Universal de 1889. Cabe mencionar que Eiffel ya contaba con los planos para dicha edificación. Ésta se llevó a cabo y aunque Gustave no lo imaginaba compitió con 107 proyectos, pero quien ganó lógicamente fue el de Eiffel.

 

La construcción comenzó el 28 de enero de 1887 y se planeó para ser terminada en doce meses, lo que en realidad duró el doble de tiempo debido a que hubo dos huelgas de los obreros en el proceso, además de toparse con muchísimos inconvenientes, como los elevadores, el ensamble de las tres partes que componen la estructura metálica, así como las constantes críticas de intelectuales, artistas y periodistas de la época, que la consideraban un monstro inservible de metal. Con todo y estos contratiempos, la torre fue inaugurada el 31 marzo de 1889.

 

En el periodo de la Primera y Segunda Guerra Mundial, la venta de boletos para visitar la Torre Eiffel fue muy escasa, incluso en estos tiempos se consideró el desmontarla ya que producía más gastos de que lo que realmente brindaba. Pero después de la ocupación nazi, en 1944, y tras soportar un incendio provocado por los alemanes al retirarse de París, la “Dama de Hierro” fue adquiriendo mayores visitas década tras década, además de contener 116 antenas de radio y teledifusión. Actualmente 7 millones de turistas al año visitan a la metálica dama, ya sea para disfrutar de sus dos restaurantes, el Jules Verne o el Altittude 95 con su prodigiosa vista, o simplemente para admirar esta maravilla arquitectónica.

 

 

Estimados lectores, para que sigan disfrutando de París les dejamos los tradicionales enlaces homoespacieros:

 

París. 

Documental La verdadera historia de la Torre Eiffel.

Los Tres Tenores. 

 

 

Amigos, los invitamos a escuchar las cápsulas homoespacieras dentro del programa “La otra frecuencia” en Radiorama 1530 AM, que se transmite todos los miércoles de 20:00 a 21:00 horas. 

bottom of page