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Es de noche en Morelia, último jueves de septiembre de 2015. En el trayecto por la avenida Camelinas rumbo a la cenaduría Lupita, a un costado de la Plaza del Arte, un reportero de corte “michoacanólogo” alardea conocimientos de esta ciudad y comenta que ésta se queda desierta al ocultarse el sol. Sostiene que los fines de semana el centro es un entramado solitario. Mentira.

Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
Correo: sanchezlimon@gmail.com
Twitter: @msanchezlimon 

Sin duda, el reportero se quedó con las lecturas y versiones de aquellos días, meses y años anteriores a enero de 2014, cuando Alfredo Castillo Cervantes fue designado por el presidente Enrique Peña Nieto comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, es decir, el programa del Plan Michoacán que llegó a poner orden a esta entidad cuyas estructuras de gobierno estaban controladas por el crimen organizado.

 

Corrieron ríos de sangre, cayeron capos, murieron civiles inocentes, se descubrieron y abatieron  complicidades perversas; Jesús Reyna debió asumir culpas, aguanta en prisión y no se queja, fue gobernador interino y Fausto Vallejo Figueroa lo entregó a la policía federal recién acababan de desayunar en Casa de Gobierno.

 

Fausto terminó prácticamente jubilado; hoy lo persiguen los Torquemada que atizan la hoguera del linchamiento público, lo quieren en la picota de la plaza central echado de las filas del PRI. Fausto Vallejo comenta que habrá momento de responder, pero hoy desea lo mejor al nuevo gobierno de Silvano Aureoles, por cuya candidatura se pronunció y apoyo, por eso lo llaman traidor. Fausto anda sin problemas físicos, aparentemente recuperado de los males que lo pusieron al borde de la muerte. El y su conciencia; no admite que su hijo Rodrigo esté en chirona.

 

En fin, pero sigue esa ruta que, en su momento, corrió por oficinas palaciegas en demanda de la salida de Castillo Cervantes, por los intereses que afectó, éstos que eran dueños de espacios en los gobiernos municipales e instancias públicas; lo persiguieron, llamado “Virrey” peyorativamente. Tuvo yerros, indudable; a su equipo lo pintarrajearon con epítetos groseros y xenófobos; en los medios había amanuenses que linchaban al comisionado.

 

Finalmente, un año después Castillo dimitió al cargo y desapareció la Comisión, pero en un año se frenó la erosión económica, política y social del estado de Michoacán de Ocampo; no se ha erradicado del todo al crimen organizado porque ésta es una estructura que enraizó entre la necesidad de la gente, sobre terreno fértil de la miseria y el desempleo provocado por el crimen organizado que puso precio al piso de la actividad de industriales, productores, comerciantes de todos los niveles y éstos prefirieron cerrar.

 

Por eso, en su mensaje como gobernador, una vez que rindió protesta en el cargo, ayer en Morelia, Silvano Aureoles Conejo agradeció a los empresarios que resistieron la presión y, a los que se fueron, los invitó a regresar e invertir en su tierra. Silvano, en su momento, evitó declarar su malestar con las decisiones de Castillo; en corto se pronunciaba por su salida. Al final, en la ecuación del antier, el ayer y el hoy de Michoacán, cambió su punto de vista.

 

Sin embargo, en su mensaje de toma de posesión, de alguna manera reconoció esa tarea de Castillo Cervantes que atajó la descomposición social en Michoacán, que puso dique a la perversidad criminal que instaló a la entidad como un estado bajo control del narco y ahuyentó inversiones y cerró fuentes de trabajo y tendió un manto de zozobra entre los michoacanos.

 

No, no aludió a Castillo, pero lo dejó implícito en el reconocimiento al presidente Peña Nieto “y a su equipo de trabajo, coordinado por el secretario de Gobernación, licenciado Miguel Ángel Osorio Chong. Secretario –dijo—gracias a tu clara y firme decisión se atendió la crisis en Michoacán. Tus visitas permanentes, cada 15 días, a fin de coordinar y supervisar el cumplimiento del Plan Michoacán, fueron decisivas para alcanzar importantes avances en la recuperación de la seguridad y estado de derecho en Michoacán”. ¿Alguna duda?

 

Bueno, tal vez por ello, para dejar claro el escenario de su naciente gobierno, puntualizó: “Basta de dudas, llegó la hora de la confianza: no más vacilaciones, marchemos hacia adelante con una esperanza certera; en lugar de discordias, compartamos la comunión de propósitos. No hay tiempo para esperar que lleguen respuestas de fuera. Nosotros somos Michoacán. Serán nuestras hijas e hijos quienes cosechen mañana lo que cultivemos hoy. Taparnos los ojos sería catastrófico”.

 

Sí, el Michoacán que este jueves 1 de octubre recibió Silvano Aureoles Conejo, el hijo predilecto de Carácuaro y cuya familia vive, en su mayoría en Huetamo, se harto diferente al que se despedazaba hasta antes de enero del año pasado.

 

Silvano leyó un mensaje con un buen número de compromisos; se trazó una ruta de suyo fundamental para recuperar al Michoacán “que, dijo, le hemos fallado la clase política”.

 

En su asunción a la gubernatura lo arroparon nueve ex gobernadores michoacanos, entre ellos los que le fallaron a Michoacán; asistieron quienes contendieron con él por la gubernatura, es decir, la senadora panista Luisa María de Guadalupe Cocoa Calderón Hinojosa y el senador priista José Ascensión Orihuela, los dirigentes del PRI, Manlio Fabio Beltrones, el de Nueva Alianza Luis Castro Obregón y el del PRD Carlos Navarrete y diputados federales y senadores y gobernadores de diferente filiación partidista.

 

Dirían asistentes a la ceremonia en la que Silvano rindió protesta al cargo, con que cumpla la mitad, Michoacán será otro y los michoacanos lo merecen. No, Aureoles Conejo no admitió abiertamente el ayer y el hoy, pero esta entidad y su capital son vivibles. No es, Morelia, como lo pinta el reportero “michoacanólogo”. Lo menos que se le puede desear a Silvano, es suerte y éxito. Digo.

 

VIERNES. En la Secretaría de Comunicaciones y Transportes confiaban en que fuera exitoso el lanzamiento del satélite Morelos 3, previsto para la madrugada de hoy desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida a donde viajó el secretario Ruiz Esparza para atestiguar la histórica misión que pondrá a México a la vanguardia en el uso de la tecnología satelital.

 

Con la puesta en órbita del Morelos 3, la SCT avanza en la consolidación del sistema satelital Mexsat, de los más modernos del mundo y uno de los proyectos de telecomunicaciones más importante en la historia del país, que permitirá reforzar las tareas de seguridad nacional y de inclusión digital del Gobierno de la República. Conste.

 

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