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Miles de  aficionados  observaban el enfrentamiento de aquella noche, y entre ellos, el saxofonista alto y compositor estadounidense Steve Coleman, que quedó muy impresionado con la actuación de Mayweather y la íntima relación que creaba con su música. Coleman comenta al respecto: “Para mí lo que convierte al boxeo en ‘La dulce ciencia’ no son dos tipos sólo golpeándose uno al otro para ver quién cae primero. Es observar verdadera destreza y arte sobre el ring”.

 

A raíz de esta conexión, el músico decidió escribir un ensayo en el que pudiera exponer la alquimia entre su concepción de la improvisación y el ritmo musical con el boxeo de Floyd Mayweather en aquel combate. El placer obtenido iba más allá del solo hecho de que Floyd hubiera ganado otra vez,  pues en realidad, el deleite se vio potencializado por el “cómo” lo hizo.

 

“En el boxeo, a menudo, no se le da el crédito que se merece a la defensa y la de Floyd es una de las mejores que he visto”, expone el compositor, que compara  las aptitudes defensivas de grandes boxeadores como  James Toney, Roy Jones Jr, De la Hoya y por supuesto, la de Phillip Ndou que fue instruido por el entrenador Nick Durandt y su asistente Tommy Brooks. El apasionado Steve Coleman analiza el combate, las técnicas, las estrategias y los entrenamientos de ambos contendientes a lo largo de su ensayo y expone el por qué él cree que Floyd es un ganador, un verdadero campeón.

 

El elocuente saxofonista percibe la elegancia y musicalidad de los movimientos de Mayweather, además de dotarlo de una cualidad indispensable tanto en la música como en el boxeo: la de “improvisar” con astucia. Coleman dice al respecto: “La clave en la defensa de Mayweather es el hecho de que siempre se está moviendo, en la misma forma en que lo son el ritmo, la velocidad y la suavidad de sus movimientos, esto es lo que hace que sea una defensa eficaz. Soy un músico que improvisa (saxofonista, que está fascinado con el ritmo y tiendo a notar cosas que tienen que ver con la noción del tiempo. De hecho, mi música está influenciada por algunas técnicas de boxeo como lo está la música de muchos otros músicos que improvisan”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Musicalidad e improvisación en el boxeo de Floyd Mayweather

 

Se desempeña en gestión de proyectos profesionales en arte y música.  Escribe artículos sobre la relación de la Música con otras disciplinas. Ha colaborado en programas de radio por Internet y con sitios como Diosas Olímpicas e Izquierdazo Boxeo.

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La noche en que empezó a correr noviembre del 2003, el campeón de peso ligero Floyd Mayweather Jr.  sube al ring para retener por tercera ocasión el título mundial CMB que arrebató a José Luis Castillo el año anterior y que defendió posteriormente  ante Victoriano Sosa.  En el cuadrilátero era el turno del boxeador sudafricano Phillip Ndou.

Afirma que “Money” posee su propia modo para desplazarse sobre el ring y para contraatacar, pues mientras su oponente sólo lanza golpes, Floyd rodea, se escabulle, pivotea con la cintura y se menea constantemente. Al fundador del M-Base, le parece realmente interesante cómo este boxeador ejecuta combinaciones impredecibles para quien le enfrenta, principalmente al alternar sus golpes con su forma de rodear al adversario pues improvisa creando un ritmo en conjunto. El M-Base es una forma de pensar sobre cómo hacer música partiendo de las experiencias, la creatividad y la improvisación para aprender a expresar, el M-Base no es meramente un estilo o género musical como lo han denominado algunos críticos. El concepto de esta manera de pensar, crear y expresar, nace de la música africana y es única en el área espiritual, rítmica y melódica.

 

Es por ello que en el boxeo de Floyd Mayweather Jr, Steve Coleman ve reflejadas las bases de su pensamiento musical. Cada boxeador posee su propio ritmo al realizar movimientos que puede ser  estudiados y descifrados  en cada round  por un  oponente experimentado. Para el músico existen tres formas rítmicas boxísticas que él llama set-up rhythm cuando el púgil está preparando el golpe o esperando para contraatacar, el ritmo de la ofensiva y el ritmo de la defensiva. Nos dice al respecto: “Floyd, como muchos de los grandes boxeadores, varía estos ritmos en maneras sutiles que son difíciles para sus oponentes en la noción del tiempo y es que perfectamente puede pasar de una forma rítmica a la siguiente sin cualquier interrupción en la formas. Por lo general, el adversario no es aún consciente de que la transición se ha producido hasta que es demasiado tarde."

 

Poseer estas cualidades como boxeador o músico, no es tarea fácil. Ambos deben descubrir en sí mismos los patrones de posibilidades de ritmos y movimientos que pueden explotar y desarrollar, para ello deben estudiarlos, trabajarlos, analizarlos, interiorizarlos hasta que logren un entendimiento perfecto entre su mente y su cuerpo, eso les permitirá ejecutarlos con fluidez y maestría en tiempo real.

 

El músico nos dice que “...en cierto sentido, la música es tu oponente” porque, tanto el músico como el boxeador, deben mantener un equilibrio entre lo que improvisan y lo que quieren decir o hacer al mismo tiempo que responde a la música y a los demás instrumentistas o, en todo caso, al boxeador que se enfrenta.

 

Compositor, productor y saxofonista, Steve Coleman nos aporta un mundo basto de concepciones nacidas del vínculo entre boxeo y música. Su ensayo nos permite reconocer con claridad  por qué Floyd Mayweather, aquel primero de noviembre, obtuvo una brillante victoria ante Phillip Ndou noqueándolo en el séptimo round.

 

*Aquí se puede consultar el ensayo completo “THE SWEET SCIENCE: FLOYD MAYWEATHER AND IMPROVISED MODALITIES OF RHYTHM”

 

Steve Coleman en el gimnasio encontrando formas musicales en el entrenamiento de los peleadores.

 

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