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Mercadóloga y publicista por profesión, indagadora de la diversidad en las artes por convicción y pertenece al equipo de prensa del Centro Cultural Helénico.

 

 

 

Ola inolvidable. 2 de octubre

Dos de octubre no se olvida, pero se repite. ¿En qué momento nos convertimos en seres llenos de absurdos?, ¿por qué no paró la violencia sino se agravó?

Violencia es ausencia de paz, de luz, es cuando dejamos que la oscuridad crezca y se eleve...

 

Sí todo es energía y ésta se desprende de las decisiones, una ola de energía negra, violenta va y viene sobre este país, (el mío, el tuyo, nuestro México) alcanzando a todos un poco… y hoy muchos ya no están. La marea se los llevó.

 

La sociedad de hoy a diferencia de la del 68, somos testigos fieles de las atrocidades que nos rodean, ya no amanecemos con pronósticos acerca del clima ahora el estado de violencia está impreso en las páginas o haciendo scroll en nuestras pantallas.

 

Memoria, consciencia y acción son necesarias, porque sin aplicarlas, tenemos el riesgo de seguir siendo los que saben pero no hacen nada para que pare. Los que señalan a "los de arriba, los de abajo, los que gobiernan, los que provocan", los que la miran — a la violencia — como algo ajeno, pero no, ahora es cercana: «lo que te toca me toca, porque lo que respiras, respiro, porque cuando te miro me miro, in lak'ech - hala ken (yo soy otro tú- tú eres otro yo)».

 

Yo no sé cómo parar, pero sé que cuando somos conscientes de nuestro alcance, pequeño quizá, cuando nos sabemos generadores de atmósferas, podemos influir para generarlas. Es necesario saber discernir las diferencias, si este país amanece uno y otro día saturado de mal en sus distintas formas, momento es (y era desde hace tanto) de revertir la ola de violencia: obscuridad con luz, odio con amor, desinformación con información, quitando los "in" para que las palabras sean acciones libres, por ejemplo: la justicia.

 

Y entonces continuemos construyendo nuestro México de mañana que es el de hoy.

 

Una "ley" dice que estamos a cinco personas necesarias para alcanzar algún cometido, ¿y si creamos una energía de la paz? No hablo de utopía, sino de pequeñas acciones fehacientes para generar una ola de paz.

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