Lo mismo en el espacio legislativo que en el quehacer de la administración pública, local y federal, Morena propone, discrepa y evita la violencia física mas no la beligerancia y estridencia discursiva. No toma la tribuna legislativa en bloque pero la capitaliza con cuestionamientos infundados.

 

Por ejempló, reservó para sí 141 de los 282 artículos que, en lo particular, se discutieron por más de nueve horas en materia del Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 en el pleno de la Cámara de Diputados. Al final ninguna de sus reservas prosperó por una sencilla razón: carecía de fundamento. Fue una pasarela de la vanidad Morena, por el terco interés de hacer ruido.

 

Propagandísticamente la estrategia busca que el potencial elector se convenza de que hombres y mujeres de la cúpula de Movimiento Regeneración Nacional están en toda actividad y, paráfrasis priista, ellos sí saben cómo hacerlo, saben cómo gobernar.

 

Y ahora resulta que Morena cuenta con una propuesta alterna a la del gobierno federal, para un aeropuerto internacional de la ciudad de México, el proyecto que López Obrador se negó a entregar al presidente Enrique Peña Nieto porque, adujo, sería hacer politiquería, pero a la SCT lo entregó un grupo de legisladores, acompañado de dos ingenieros cuya experiencia profesional no está en duda, pero en su currícula no aparece ni por asomo la experiencia de haber construido siquiera una pista para aviones fumigadores.

 

Retomo parte del artículo de la diputada federal Diputada Federal Norma Rocío Nahle García, coordinadora de la bancada de MORENA en la Cámara de Diputados, publicado en el Diario del Istmo con el título “AMLO y el nuevo aeropuerto”. A saber:

 

“LA PROPUESTA

 

“MORENA desde un inicio fijó una posición en contra de dicho proyecto, por ser una obra cara, suntuosa e inviable, ya que para ello nuevamente se considera los terrenos de Atenco que son de característica geológica inestable aunado a un añejo conflicto social; pero al mismo tiempo nos dimos a la tarea de trabajar en una propuesta alterna, viable, eficiente, sustentable y sostenible, para ello se consultó a dos grandes especialistas y reconocidos Ingenieros en construcción y diseño, el Ing. José María Rioboó y el Ing. Sergio Samaniego Huerta quienes hicieron un excelente trabajo.

 

“En días pasados Andrés Manuel López Obrador hizo pública la presentación de la propuesta alterna del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México NAICM que propone MORENA y consiste en lo siguiente:

 

“Tomando en cuenta la actual problemática del aeropuerto, los puntos de ascenso y descenso de los pasajeros en vuelos nacionales e internacionales, los vuelos de salida y llegada de carga y la proyección de crecimiento del número de pasajeros -entre otras cosas- se llegó a la conclusión que se requiere incrementar la capacidad de despegues y aterrizajes para los más de 55 millones de usuarios al año, para ello es necesario “un GRAN PROYECTO, pero NO UNA GRAN INVERSIÓN”.

 

Morena propone que para ello se contemple la operación de 2 aeropuertos alternos, que conformaría el “Sistema Aeroportuario del Valle de México” donde se debe utilizar el actual aeropuerto que tiene dos terminales recién construidas y remodeladas y dos pistas de aterrizaje.

 

“Este aeropuerto serviría exclusivamente para vuelos nacionales de carga y pasaje, así como para el uso de la Policía Federal. Y el segundo aeropuerto que se propone consta de habilitar la base militar de Santa Lucía que ya tiene una pista de aterrizaje y solo se construirían 2 pistas más, la base de Santa Lucía serviría exclusivamente para destinos internacionales de carga y pasaje, allí se construiría un edificio terminal con 40 salas de abordaje y la zona de aduana; cabe señalar que Santa Lucía tiene un terreno de 3 mil hectáreas propiedad del gobierno federal y ya no se tendría ningún gasto en la compra de terreno y trámite de uso de suelo.

 

“GRAN AHORRO

 

“Esta opción que presentó López Obrador costaría 63 mil millones de pesos y en tan solo dos años estaría en funcionamiento. Es decir, el ahorro entre la propuesta oficial y la que propone AMLO es de 100 mil millones menos, un tiempo menor de ejecución y se contaría con más pistas de aterrizaje y despegue.

 

“La distancia entre la base Santa Lucía y el actual aeropuerto está a solo 35 kilómetros, por lo que se abriría una ruta terrestre tipo metro bus para el traslado de los pasajeros, tal como ocurre en otras partes del mundo.

“Las ventajas de la propuesta de Morena son muchas, mayor número de pistas, mejor distribución vial, pero sobre todo mucho más económica y viable (…)”.

 

Cualquiera diría que la ingeniera química y diputada federal Norma Rocío Nahle García tiene toda la razón y, bueno, habría que hacer realidad el sueño aéreo pejelagartiano. Pero, es una buena puntada.

 

Mire usted, el viernes de la semana pasada, en una reunión que se prolongó por tres horas y media, la Comisión de Morena que acudió a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a presentar sus ideas sobre un aeropuerto alterno, recibió detallada explicación de expertos internacionales acerca de lo inviable de su propuesta.

 

Para empezar, tal como lo refirió el secretario Gerardo Ruiz Esparza, es técnicamente imposible que dos aeropuertos utilicen el mismo espacio aéreo.

 

Morena plantea que el aeropuerto internacional de México sea Santa Lucía, sitio en el que se ubica la Base militar y de la Fuerza Aérea más importante del país. Ahí habitan más de 5 mil miembros de las fuerzas armadas. Ya ve usted, Andrés Manuel y sus expertos en puentes, estructuras, granjas agrícolas y procesamientos químicos plantean construir un aeropuerto internacional y dos pistas con costo de 67 mil millones de pesos, sin explicar cómo ni  dónde se reubicaría la base militar.

 

El proyecto lo presentó el Ingeniero agrónomo Sergio Rubén Samaniego Huerta, egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, con especialidades en zootecnia e industrias, avalúos maestros y agropecuarios.

 

Y, bueno, acompañado, entre otros expertos, del Fondo de Investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Mitre),  OACI, IATA y el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, al grupo encabezado por la ingeniera Norma Rocío Nahle, el secretario Ruiz Esparza reconoció al grupo su disposición al diálogo; reiteró la apertura de la administración del presidente Peña Nieto para escuchar propuestas de cualquier sector de la ciudadanía, pero sostuvo que la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es decisión técnica, no política.

 

Y se acabó la apuesta de Morena, el sueño aéreo de El Peje. Ahora acusarán que hay cerrazón de Peña Nieto y que su propuesta, la de Andrés Manuel, es patriota y etcétera, etcétera, etcétera. Conste.

 

LUNES. Me platica Maru Rojas, reportera de Radio Fórmula en la fuente presidencial: En la reunión del G20 en Antalya, Turquía, se suspendió la música en las comidas y cenas de los jefes de Estado, en señal de duelo y solidaridad con los franceses por ese salvaje acto terrorista que cobró la vida de 129 personas. “Estremece el duelo”, comenta Maru.

 

Pero en México, le refiero, aparecieron los contreras de siempre, los que comparan situaciones y cuestionan apoyos porque no se solidariza igual con lo que ocurre en otras latitudes. Preguntaría, entonces, ¿dónde diablos andan que no alzan la voz para denunciar aquello que hoy sacan a la luz en la impronta de cuestionar un apoyo a un país cuyos ciudadanos fueron víctimas de la barbarie religiosa fundamentalista? Digo.

 

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