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En el Coliseo en que se ha convertido este escenario de conjeturas, dimes y diretes, “chapólogos” y “expertos” en asuntos de seguridad nacional como analistas de puntos ciegos y etcétera y etcétera, este jueves ningún funcionario de los comparecientes ante miembros de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional del Congreso de la Unión fue devorado por los leones ni rodaron cabezas por la espada de gladiador alguno.

Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
Correo: sanchezlimon@gmail.com
Twitter: @msanchezlimon 

Sin embargo, en unos cuantos días la estridencia informativa, ánimo empecinado por descalificar al presidente Enrique Peña Nieto y la impronta por ganar un detalle y magnificar cualquier fruslería de la fuga de El Chapo, han hecho de éste un súper héroe y, del gobierno federal, el ente incapaz de mantener en chirona al capo. Lo ridiculizan.

 

No, esta referencia no es defensa oficiosa del Presidente o de su gobierno. Es acerca de cómo en la balanza informativa y las ganas de aparecer “críticos” a ultranza, en la inmensa mayoría de los medios de comunicación se echó por la alcantarilla la investidura presidencial y, en contraste, se alzó al delincuente al nicho del valiente e inteligente individuo que se fugó frente a la nariz de la autoridad que lo custodiaba.

 

Guardadas las distancias, ocurre como en aquellos días en que todo el mundo se consideraba zapatista y opositor al gobierno, con la libre voluntad de mentarle la madre a Carlos Salinas de Gotari y llamarlo espurio hasta convertirlo en el villano favorito. Pero, esquivaban la respuesta cuando se les preguntaba qué harían si los zapatistas llegaran a la puerta de su casa. Y luego evitaron opinar respecto del encuentro entre Cuauhtémoc Cárdenas y Salinas de Gortari.

 

O los que se agolpaban en las giras de Vicente Fox para sacarse la foto con éste porque había echado al PRI de Los Pinos, pero luego terminaron sumándose a los críticos del foxismo porque desmadró al país y lo puso en ridículo en el extranjero.

 

Cíclicas filias y fobias más allá de partidismo e ideologías. Sobre todo en estos tiempos en que sectores antigobiernistas asumen que se reprime a la libertad de expresión, pero salen libremente a las calles y vandalizan y se desgañitan en consignas contra el Presidente y su gobierno y lo descalifican por descalificar, para luego volver a sus domicilios ayunos de culpabilidad alguna e incluso amparados por el legislativo que enmienda leyes para no molestarlos.

 

¿Héroe, El Chapo? Se archivó el expediente criminal de Joaquín Guzmán Loera, olvidándose que es todo menos una hermana de la caridad. ¿Dónde quedó el compromiso de evitar la apología del crimen? Nada. Todo fue el frenesí por encontrar detalles y magnificarlos. Por supuesto, cada quien es libre de abonar en su ejido bajo el amparo de la libertad de empresa y de prensa, aunque se llegó al extremo, riesgoso de suyo porque se privilegió el morbo delictivo. ¡Venga, venga! ¡Vea cómo es el túnel por el que huyó El Chapo! ¡Observe esta magnífica obra de ingeniería que costó cinco millones de dólares!

 

Empero, todo indica que la burbuja amarilla está por deshacerse en los medios de comunicación que, con singular fruición trataron el tema de El Chapo, al grado de que entre la opinión pública se olvidó que el delincuente es eso: un delincuente.

 

La apología del criminal fue de tal naturaleza que a los responsables dará vergüenza la discrecionalidad, planas enteras, secciones holgadas con fotos y detalles de la fuga que no acaba de ser contada porque todos los días, en este Coliseo, hay interés por saber en qué momento rodará una cabeza. Cuando la demanda debiera ser que los altos funcionarios responsables de la seguridad nacional y de la impartición y procuración de justicia rindan cuentas y El Chapo vuelva a prisión.

 

Por supuesto, en el equipo presidencial se han cometido yerros en el ejercicio de funciones que demandan un ajuste en el equipo; elemental cuando a mitad del camino se evalúa el avance y determina el destino de los lastres.

 

Lo cierto es que el voluntarismo y las simpatías, filias y fobias de la oposición y los panegiristas de del fundamentalismo opositor, como los dirigentes de la CNTE, no pueden ser en forma alguna considerados con peso moral y legal para atender su exigencia de que caiga tal o cual funcionario.

 

Sí, debe aplicarse la ley sin medianías ni voluntarismos. El problema, empero, decíamos en otra entrega, es que la pérdida de credibilidad en las estructuras de la impartición y procuración de justicia han sido manoseadas y utilizadas de tal forma que nadie les tiene confianza.

 

¿Qué se dijo y acordó en la reunión de funcionarios integrantes del gabinete de seguridad encabezados por Miguel Ángel Osorio Chong con diputados y senadores integrantes de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional? Es asunto de reserva por lo delicado del caso y como determina la ley en términos de secrecía; aunque de ello se sabrá más temprano que tarde.

 

Por de pronto, la reunión celebrada en el Palacio Legislativo de San Lázaro se significa como una especie de cerrojazo al linchamiento político y la pauta para dejar que la autoridad cumpla con su responsabilidad.

 

“Queremos dejarlo muy claro, vamos por todos los involucrados. Vamos por todos y cada uno de los que traicionaron a las instituciones, y con ello, traicionaron a la sociedad”, dijo Miguel Ángel Osorio Chong. Pronto se sabrá de estos traidores, que los hay para toda ocasión, sexenio o trienio. Unos traiciona principios y se echan a los brazos de la corrupción; otros traicionan su credo y convicciones cuando llegan al poder. Aplíquese la ley. Y punto. Digo.

 

VIERNES. La comparecencia de Gabino Cué Monteagudo, gobernador de Oaxaca, ante comisiones de la Permanente en el Congreso de la Unión, merece atención. Contra lo que se ha dicho y opinado de su postura frente a los beligerantes maestros de la CNTE, aseguró que la Reforma Educativa no se detendrá en su entidad. Y refirió que desde hace 23 años, 92 por ciento de la estructura de personal del Instituto de Educación Pública del Estado de Oaxaca (IEPO) es sindicalizado, incluidos sus mandos medios y superiores, lo que ha impedido a los gobiernos estatales en turno diseñar y operar una eficiente política que favorezca el desarrollo educativo de la entidad. He ahí el meollo; son juez y parte. Conste.

 

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