Notas periodísticas que se reproducen por todo el país con casos de negligencia médica en hospitales públicos del IMSS, del ISSSTE y del Sector Salud donde se exponen casos de mujeres que parieron en los pasillos, de niños mutilados, de bisturís “olvidados” en el estómago de un paciente o simplemente la inexistencia de medicinas, camas o quirófanos.

 

En las últimas semanas varias notas han dado cuenta de esta campaña: “Mujer murió desangrada en el Hospital de Zona número 7 del IMSS dejó en la orfandad a una menor de casi cuatro años de edad. Familiares sospechan de negligencia médica”.

 

“El IMSS confirmó que oftalmólogo pediatra, Armando Cisneros Espinoza, cometió una negligencia médica que dejó ciego a un bebé de 14 meses de edad en Sonora” o un  caso de “negligencia médica se presentó ahora en el estado de Coahuila, luego de que médicos internos del IMSS cortaran los genitales de un recién nacido, al confundirlo con el cordón umbilical”.

 

La lista es larga y en la mayoría de los casos las negligencias o los errores son ciertos. No son nuevos, ni en hospitales del sector público y privado. Recuerdo que siendo estudiante de periodismo acudí a un congreso de bioética en Hospital del IMAN hace más de 20 años y ahí escuche documentados decenas de casos, sobre todo en hospitales y clínicas privadas en estados como Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Morelos.

 

No se trata de exculpar de responsabilidades a los médicos, enfermeras o directivos del IMSS, ISSSTE o cualquier otro hospital del Sector Salud, pero como en otros sectores, como el energético y el educativo, cuando se impulsan reformas “estructurales” o encaminadas a la privatización, el mejor camino es el previo desprestigio de las instituciones. A ese tufo huelen las notas y la maquiavélica  campaña.

 

Por estos días nadie habla de la loable labor que realizan los pasantes de medicinas en la red hospitalaria y clínicas rurales quienes por menos de 3 mil pesos al mes trabajan sin descanso y prácticamente sin instrumentos, ni medicinas. Tampoco he escuchado las proezas de reconstrucción de manos o rostros o que el 80 por ciento de los trasplantes en el país se realizan en instituciones  públicas de salud.

 

Es burdamente obvio que la campaña es el preámbulo a un proceso de reformas al Sector Salud para vendernos la idea de que ante los constantes casos de negligencia, la mala atención, la escasez de medicinas, el mejor camino es un proceso encaminado a la transformación del sector para dar paso a que empresas, aseguradoras y hospitales privados compitan con los malos médicos del IMSS e ISSSTE.

 

Ya lo vivió Colombia hace 17 años y los resultados de estas reformas al Sector Salud con la implementación de la llamada Ley 100 son peor que la enfermedad, ya que la privatización de los servicios de atención médica que pretendía lograr una cobertura universal, están plagados de errores, corrupción y el rescate del gobierno ante el fracaso.

 

A pesar de un gran aumento en los costos y un incremento considerable en los gastos públicos y privados en salud más del 40 por ciento  de la población aún no está cubierto por la seguridad en salud y el acceso a la atención médica es cada vez más difícil, señaló un informe legislativo en Colombia.

 

“En Colombia, la privatización de la Salud ha sido un fracaso, porque mientras el dinero se queda en las redes de la corrupción miles de colombianos mueren por falta de atenciones médicas en hospitales y clínicas, otros sucumben en los famosos paseos de la muerte al no encontrar centros asistenciales que los atiendan con prontitud y eficiencia”, se añade.

 

El senador colombiano de oposición,  Jorge Robledo, denunció las Empresas Sociales del Estado (EPS) que se crearon con la reforma privatizadora del Sector Salud  "se embolsillan como ganancias lo que debería ser plata para pagar medicamentos, para sueldos de médicos y cirugías, entonces al final las ganancias de ellos explican la mala calidad de la salud".

 

México está por recorrer la misma ruta que Colombia y otros países latinoamericanos donde la reforma al Sector Salud ha sido peor que un infarto. Ya estamos en la fase del desprestigio hacia los médicos y las instituciones, se está agudizando la escasez de medicina y ya se empieza hablar de quiebras técnicas y financieras del IMSS y del ISSSTE en el mediano plazo.

 

Por lo pronto, en este sexenio el tema de la Salud no es prioritario. En algunos hospitales como el Doctor Manuel Gea González ya se advierte que el próximo año no habrá recursos para mantenimiento de equipo de cirugías comprado en el sexenio anterior, ni tampoco el pago de apoyos y becas a médicos pasantes y residentes. El diagnóstico está clarísimo de la operación que prepara el gobierno federal. Tal Cual.