Un país sin gasolina, sin rumbo
Tal cual
Con Luis Carlos Rodríguez González
Periodista y Director del diario digital The Exodo
Hace algunos meses estuve realizando algunos reportajes en Arizona y alquile un automóvil “económico” que en México sería de “lujo” a pesar de sus cuatro cilindros. Después de tres días de recorridos por los “free way” de Phoenix me acorde que había que cargar gasolina. El tanque marcaba casi un cuarto y al llegar a la estación de servicio pregunté con cuánto se llenaba.
“Póngale 10 y queda al full” me dijo en spanglish la encargada del minisúper- gasolinera. “10 galones?” insistí. “No, 10 dólares, con eso tiene para que quede al full”. En efecto le pedí 10 dólares y antes de llegar a esa cifra estaba llenó de la gasolina más cara, la llamada “Premium”. Aún me sobraron 75 centavos de dólar.
A los cuatro días y antes de regresar a la agencia arrendadora el automóvil lo volví a rellenar el tanque, ahora si casi vació por 18 dólares, es decir algo así como 300 pesos. Cuando en México mi automóvil con un motor parecido se llena casi con 600 pesos.
“Está muy barata la gasolina aquí. Es por eso que está volviéndose a vender muchas trocas –camionetas- este año en Estados Unidos”, me dijo otro paisano avecindado en Tucson, cuando le pregunte una ruta y el tiempo que tardaría en llegar al aeropuerto. En efecto, en la televisión estadunidense se repetían comerciales de promociones de camionetas y pick up de seis y ocho cilindros.
Aquí en México, ni pensarlo. Uno busca el auto más económico en consumo. Ni el espejismo del llamado “fin del gasolinazo” fue un bálsamo al bolsillo. Ello sumado a los litros incompletos, desabasto en varios estados, robo y ordeña de hidrocarburos, gasolineras clandestinas en toda la geografía nacional.
Tal vez las largas filas con automovilistas, molestos por la espera de más de cuatro horas, en estados como Aguascalientes, Nuevo León, Chihuahua, Jalisco y Puebla, entre otros, recordaban, además de la progenitora del encargado de la gasolinera, los miles de spots que promocionaban la Reforma Energética hace dos años.
Lo cierto es que hasta ahora no hay beneficios con la Reforma Energética y tal vez sí una dosis de maquiavelismo para acrecentar la crisis de desabasto de gasolina y con ello apresurar la apertura de las empresas extranjeras que podrán vender gasolina en México a partir del 2016 de manera parcial del 2018 entrarán de lleno a competir por el mercado.
En 2016 habrá competencia de marcas entre concesionarios de gasolina, pero aun continuarán siendo franquicias de Pemex. A partir 1 de enero de 2018, el expendio al público de petrolíferos podrá tener lugar, al amparo del permiso correspondiente, sin que sea necesario contar ni con contrato de franquicia, ni de suministro de Petróleos Mexicanos.
Pero qué pasará cuando ya estén en México operando empresas y gasolineras como Texaco, Mobbil, Chevron, Exxon y BP. Se acabarán las mafias de Pemex coludidas con el crimen organizado que ordeñan hidrocarburos a su red de ductos y que en 2014 alcanzó un nivel histórico con un incremento del 40 por ciento de tomas clandestinas.
Pemex registró en 2014 pérdidas superiores a 17 mil millones de pesos por el robo de más de 27 mil barriles diarios de hidrocarburos, lo que se reflejó la semana pasada con la crisis de desbasto en varios estados.
No cabe duda, somos un país con gasolinas caras, cuando hay, litros incompletos siempre, la delincuencia apoderada del sector de hidrocarburos, con una flamante Reforma Energética sin rumbo que no sea las de los grandes negocios, sin beneficios a la población. Tal Cual.