“!Que bonita va quedar la Ciudad de México…ahora que la terminen de construir!”, decía hace 40 años mi tío-abuelo Rosalio Franco, cuando venía de Michoacán a pasar temporadas en la capital y se encontraba con nuevas obras y edificios, construcción de ejes viales y puentes.​

“Pinche tráfico” es lo primera frase que yo como miles de capitalinos soltamos todos los días por trayectos de 10 o 20 kilómetros que se traducen en dos horas o más pérdidas en el tráfico de la Ciudad de México, la segunda más lenta del mundo y al paso que vamos con las políticas del paseante señor Miguel Angel Mancera, pronto seremos la número uno.

Plena época invernal y el Gobierno del Distrito Federal  y los 16 delegados, aún con los altos índices de contaminación, se encuentran más interesados en gastarse nuestros impuestos y presupuestos en realizar obras de bacheo por toda la ciudad, con todos los congestionamientos viales que ello provoca, con tal de no perderse los grandes negocios con las constructoras y no devolver ni un peso al erario público.

Es increíble que actualmente  un estudiante que vive en la zona de Iztapalapa, por poner un ejemplo, y que estudie en Ciudad Universitaria, tenga que salir a las 5:30 de la mañana para llegar a clases a las 7:00. Son menos de 25 kilómetros que a pesar de los segundos pisos y autopistas urbanas, vuelven el trayecto en una lenta odisea diaria, en peseros y camiones inseguros e infestados de asaltantes.

Pero la llamada CDMX presume ser de primer mundo. Con embudos en los accesos y salidas de las autopistas urbanas, llámese segundos pisos, que provocan que quienes no utilizan este servicio de peaje, se atoren por horas por las largas filas que se provocan, todo ello por un pésimo diseño y la corrupción que permite a las constructoras  seguir operando con impunidad en perjuicio de millones de automovilistas y ciudadanos todos los días.

Sumado a semáforos manipulados por policías sin la mínima preparación, automóviles con placas de organizaciones de derechos humanos, que lo mismo cargan verduras que son utilizados por presuntos líderes sociales o camionetas de lujo con luces y torretas de policía de funcionaros o sus familiares que tienen accesos libres y preferencias en esta capital del caos.

El índice Tom Tom, elaborado por la firma de dispositivos de geolocalización satelital, señala que el Distrito Federal alcanza un pico de congestionamiento vial de 93 por ciento  durante las mañanas, lo que coloca a la ciudad como la segunda localidad con el peor tráfico del mundo, sólo debajo de Estambul.

Al respecto, el coordinador de Transporte Eficiente de El Poder del Consumidor, Daniel Zamundio expone que  hace 25 años los traslados en el DF duraban en promedio unos 30 o 40 minutos diarios, pero en 2010 eso aumentó a dos horas y actualmente, en el 2015,  se pueden hacer hasta cinco, sobre todo si la persona se mueve entre el Distrito Federal y el área conurbada del Estado de México.

Según estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), esto implica que diariamente se pierdan 3.3 millones de horas-hombre, es decir, horas que una persona necesita para realizar un trabajo. Esto se traduce al final del año en pérdidas económicas de 33,000 millones de pesos, lo que representa 1 por  del Producto Interno Bruto (PIB) de la capital.

Además, en el bolsillo personal de los habitantes de la ciudad, hay 10 por ciento  de personas que se gasta entre 400 y 1,000 pesos semanales en transportarse, y otro 32 por ciento  invierte entre 200 y 400 pesos, según la Encuesta sobre Transporte en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, elaborada por El Poder del Consumidor y la consultora Dinamia.

El 60 por ciento de la gente se queja también de que en los últimos años ha aumentado el tiempo que tarda en trasladarse. Y lo  que es peor, la Coparmex  prevé que en cinco años los viajes metropolitanos requerirán de casi 6.5 horas de tiempo si no se atienden los problemas de movilidad.

Eso no le interesa a Miguel Angel Mancera y loa  ideólogos de la Ciudad y del tráfico, quienes junto con la Secretaria de Seguridad Pública ya están frotándose las manos y afilando  uñas para el estreno del Reglamento de Tránsito con multas de los 12 mil a los 500 pesos, que se traducirán en recursos para las finanzas y un buen porcentaje para la extorsión y el bolsillo de policías y funcionarios. Pinche Tráfico y Reglamento. Tal Cual.