¿Por qué el martes de la semana pasada David López Gutiérrez y Quirino Ordaz Coppel no asistieron a la reunión convocada por el gobernador de Sinaloa, Mario “Malova” López Valdez?
Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
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El 1 de octubre del año pasado, en Morelia, Michoacán, invitado a la toma de posesión de Silvano Aureoles Conejo, López Valdez habló acerca de su relevo. Ofreció piso parejo para todos los aspirantes; dijo que no metería las manos en el proceso de su sucesión e incluso no tenía delfín que impulsar desde el palacio de gobierno en Culiacán.
Por supuesto, Malova se sabía fiel de la balanza y aunque en aquella ocasión no le preguntamos respecto de Gerardo Vargas Landeros, su secretario de Gobierno, lo cierto es que horneaba la nominación de quien fue su operador en la campaña por la gubernatura sinaloense, una vez que ambos renunciaron a su militancia priista y, el entonces senador, se echó a los brazos de la alianza PAN-PRD y ganó la elección para suceder a Jesús Alberto Aguilar Padilla.
Por eso jugó en el escenario como un demócrata sin dejar en el armario su pasado priista. Tal vez aquella invitación que le hizo Manlio Fabio Beltrones Rivera de que volviera al PRI cuando concluyera su gestión, la tomó como la abierta convocatoria a inmiscuirse en la escena priista e influir en el candidato. Total, así garantizaría preeminencia con la carta de Vargas Landeros.
Olvidó, empero, que las filias y fobias pesan sobremanera en las ligas mayores y, por supuesto, en las menores, donde se forman los políticos que aspiran a los altos vuelos. Y su fobia por el diputado federal verde, Quirino Ordaz Coppel trascendió más allá de su oficina en palacio de gobierno. Veamos.
Dicen que David López Gutiérrez, el influyente diputado federal priista ex jefe de prensa de Enrique Peña Nieto, evitó entrar en una bizarra batalla por la nominación priista a la gubernatura sinaloense y apostó a la nominación de Quirino, quien fue compañero suyo desde aquellos años del gobierno de Alfredo del Mazo González en el Estado de México, con quien trabajarían luego en la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal, en la que David fue jefe de prensa y Quirino subdirector de Concertación y Promoción.
Y no debe olvidarse que el Chilorio Power que irrumpió en la ciudad de México a principios de la década de los 70 del siglo pasado, es un grupo en el que se practican las alianzas, no se olvidan los favores y existe una especie de hermandad de socorro compartido.
Así, Malova se quedó con las ganas de imponer su voluntad como fiel de la balanza en Sinaloa e influir en la nominación del candidato del PRI a sucederle. La candidatura de Quirino tuvo el visto bueno del presidente Enrique Peña Nieto por lo menos una semana antes de emprender su periplo por los Emiratos Árabes y Davos, Suiza,
Quirino Ordaz Coppel, es cierto, llegó a la Cámara de Diputados por la vía de la alianza PVEM-PRI, hizo campaña por el distrito 8 de Mazatlán y ganó la curul de mayoría relativa en la actual LXIII Legislatura federal y es miembro de la bancada verde, pero su formación es priista y con un acento formativo en linderos mexiquenses.
Por eso, cuando se alude a los candidatos impulsados y consensados por Manlio Fabio Beltrones, en su papel de presidente del CEN del PRI, a Quirino se le instala aparte, como seguramente se concretará la unción de Gerardo Gutiérrez Candiani al gobierno de Oaxaca, con el VoBo presidencial para poner orden dentro de la familia priista oaxaqueña que amagaba con hacerse pedazos, tanto que la petición fue que dejaran de hacer precampaña.
El caso es que, en Sinaloa, el sábado último, el gobernador Mario López Valdez debió rumiar el revés político que implicó la nominación del diputado federal Quirino Ordaz Coppel como candidato del PRI al gobierno de Sinaloa. Este lunes, se registrará como candidato único.
Por eso, en la reunión a la que el gobernador López Valdez convocó el martes de la semana a los 10 aspirantes priistas a sucederle –él renunció al PRI hace seis años cuando el alto mando tricolor le negó la nominación—no asistieron Quirino Ordaz Coppel y el también diputado federal y ex jefe de prensa del presidente Peña Nieto, David López Gutiérrez.
Con Malova estuvieron Gerardo Vargas Landeros, Diva Hadamira Gastelum Bajo, Aarón Irízar López, Daniel Amador Gaxiola, Sergio Torres Félix, Heriberto Galindo Quiñones. Óscar Lara Aréchiga y Alfredo Villegas Arreola.
La ausencia se registró como el deslinde de Quirino del gobernador que se quiso adornar demócrata e incluyente cuando para lograr ser gobernador se echó a los brazos del panismo-perredismo.
De acuerdo con el comunicado que la oficina de prensa de Manlio Fabio Beltrones divulgó después del mediodía del sábado último, el PRI considera que “el actual diputado federal tiene el perfil más adecuado en el presente contexto para sumar voluntades y encabezar una campaña que lleve al PRI a recuperar el gobierno del estado el próximo 5 de junio, honrando el Acuerdo de Unidad por el Futuro de Sinaloa que se firmó recientemente”.
Casualmente, en el comunicado no se mencionó el pasado laboral de Quirino en el Estado de México, pero sí que, entre otros cargos, fue director general de Protección Social del DF, y el primer director general del DIF en la capital del país; delegado de Banobras en Sinaloa, director general de Operación Promocional de Sectur y subdirector general de Promoción del Consejo de Promoción Turística de México.
Y, por supuesto, enfatizó en sus actividades en Sinaloa, lo mismo como tesorero municipal de Mazatlán, subsecretario de Administración y secretario de Administración y Finanzas en el gobierno de Sinaloa. ¿Por qué no aludir sus servicios en el Estado de México? El fiel de la balanza continúa en Los Pinos. ¿Volverá Malova al PRI? Digo.
LUNES. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda el peso volverá por sus fueros cuando pase la volatilidad. ¿Cuándo? ¡Manden dinero que vamos ganando! Conste.
@msanchezlimon
Sinaloa, el fiel de la balanza