Al Partido Revolucionario Institucional suele criticársele el método del dedazo para definir o designar candidaturas. Calibrar figuras y prever futuros entre mujeres y hombres nominados a cargos de elección popular ha funcionado con esa mecánica en el PRI, aun sobre el riesgo de la renuncia de quienes fueron soslayados.
Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
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Lo cierto es que en la mayoría de los casos, quienes han sido soslayados y enviados a la lista de espera, o de plano excluidos de ésta por cuestiones personales, ésas que prosperan entres las filias y fobias, han demostrado su ascendencia entre el electorado y han ganado elecciones nominados por otros partidos.
Indudablemente, en consecuencia, la carga de las renuncias a la militancia, el éxodo de militantes distinguidos es endosada al dirigente en turno. Pero no se acaba el mundo; el PRI ha demostrado que no por nada es el partido longevo cuya columna vertebral se llama disciplina institucional.
Este es el eje en torno del cual ha girado la llamada Era Beltrones en el Revolucionario Institucional, utilizado con la referencia del concepto unidad para designar a los candidatos a cargos de elección popular, especialmente en los 12 nominados a contender por igual número de gobiernos estatales.
¿Son los hombres y las mujeres idóneos para ganar la elección? Hablamos de un número importante de cuadros priistas que han ocupado y ocupan, incluso, espacios en el Congreso de la Unión y en el gobierno federal.
Por ejemplo, en el caso Oaxaca se privilegió la nominación del joven Alejandro Murat Hinojosa, pese a la restricción legal para participar en la contienda por el gobierno estatal. Si se torció el brazo de la ley en esta candidatura porque Murat no es originario, por nacimiento, de Oaxaca, ha sido rechazado por los simpatizantes y operadores del hijo del ex gobernador José Murat Casab.
¿Cuántos, en nombre de la institucionalidad y disciplina partidista se quedaron en la línea? Eviel Pérez Magaña, Samuel Gurrión, Javier Villicaña, Mariana Benítez y Alfonso Gómez Sandoval, son los priistas que apostaron a la nominación y finalmente atendieron a la negociación encabezada por Manlio Fabio Beltrones Rivera y firmaron el acuerdo de unidad.
Rumbo similar se corrió en Sinaloa, donde Quirino Ordaz Coppel fue ungido candidato de unidad, por encima de cuadros distinguidos, entre ellos la senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo, el también senador Aarón Irizar López y el ex diputado federal Heriberto Galindo Quiñones.
En esos casos, de acuerdo con la información de fuentes confiables, fueron decisión presidencial. En lo que concierne a Murat hubo, una versión refería que la renuncia de éste a la dirección general del Infonavit fue decisión personal y nunca contó con la anuencia del presidente Enrique Peña Nieto. La realidad fue otra, tanto que de último momento se determinó dar las gracias al empresario Gerardo Gutiérrez Candiani, cuya nominación era un hecho para evitar la guerra fratricida en el PRI. Aquí se verá el tamaño de la disciplina entre quienes quedaron fuera después de años de pre campaña.
En la acera de enfrente, entre discrepancias, han prosperado las alianzas entre el PAN y el PRD, con cuadros que tienen pasado priista y que, tal es el caso de Miguel Ángel Yunes Linares, renunciaron al PRI porque les fue negado el espacio para ascender a la gubernatura; perseguido y descreditado por administraciones priistas, Yunes tiene una enorme posibilidad de ganar la mini gubernatura del estado de Veracruz, merced a su ascendencia entre los veracruzanos, pero también consecuencia del pésimo gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Lo cierto es que, hasta el momento, ninguno de los priistas que se quedó en la línea y asumió la firma de unidad en torno de los candidatos nominados por obra y gracia del acuerdo Peña Nieto-Beltrones Rivera, ha renunciado al partido.
Gracias por participar, se ha entendido en los comunicados –porque en ningún caso el pronunciamiento ha sido público en la sede nacional del PRI—emitidos por la oficina de prensa de Manlio Fabio Beltrones.
Empero, esta unidad mediática no garantiza la ausencia de fuego amigo que, por ejemplo, en Oaxaca se anunció apenas conocido que Murat Hinojosa era el ungido. En Chihuahua Marcelo González Tachiquin, ex secretario de Educación estatal y de todas las confianzas del gobernador César Horacio Duarte Jáquez, renunció al PRI, molesto porque se le utilizó para montar una contienda interna por la candidatura.
O, ¿será que el equipo de Manlio adelantó los escenarios del fuego amigo en estas doce campañas? Porque, eso de dar las gracias por participar no suele ser un factor que cure heridas. Y en el PRI ha ocurrido con frecuencia. Conste.
LUNES. No hay duda de que la agenda legislativa para el segundo periodo ordinario de sesiones que inicia este lunes en el Congreso de la Unión tiene todas las características de una agenda electoral. Sólo cuestión de echarle un vistazo a la que proponen las bancadas del PRI y del PVEM en la Cámara de Diputados: Seguridad y justicia para la paz; Transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción para la confianza; Crecimiento económico para la prosperidad; Bienestar social para la igualdad y Desarrollo sustentable para la calidad de vida.
¿A poco no? Digo.
@msanchezlimon
Gracias por participar