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  • Aumenta flujo de menores centroamericanos: de 17 mil México sólo da asilo a 52

 

México.- Huyen de la violencia en el llamado “Triángulo Norte” de América Central conformado por El Salvador, Guatemala y Honduras, ya que buscan ser reclutados por bandas criminales o han quedado huérfanos en esta imparable guerra en las calles o simplemente cruzan fronteras para sobrevivir de la miseria en que viven sus pueblos, sus barrios, sus familias.

 

Sin embargo, México se ha convertido en el más férreo guardián de su frontera sur y también de la del norte, ya que de 17 mil menores no acompañados que  fueron detenidos y que podrían calificar para recibir  asilo en 2015, sólo les fue otorgado a  52. El resto se encuentra encerrado en estaciones migratorias o ya regresaron al infierno de sus países.

 

De acuerdo Human Rights Watch en el Informe “Puertas Cerradas: El fracaso de México en la protección de niños refugiados y migrantes de América Central” las leyes de nuestro país contemplan y ofrecen protección para estos menores, pero en la realidad  menos del uno por ciento de quienes son  detenidos se les da un reconocimiento de refugiados.

 

Michael Bochenek, asesor jurídico principal de la División de Derechos del Niño de Human Rights Watch expuso que se entrevistaron  a 61 niños y más de 100 adultos que llegaron a México desde El Salvador, Guatemala y Honduras, así como a  funcionarios del gobierno mexicano; representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la agencia de la ONU para los refugiados, y representantes de organizaciones no gubernamentales.

 

Estos hallazgos se producen en un momento en el que el número de niños indocumentados que han sido detenidos por las autoridades mexicanas registra un gran aumento. Las autoridades migratorias de México aprehendieron a más de 35.000 niños en 2015, casi un 55 por ciento más que en 2014, y un 270 por ciento más que en 2013.

 

Este incremento refleja en parte el creciente apoyo financiero que el gobierno de Estados Unidos ha concedido a México para que implemente un control migratorio más estricto desde mediados de 2014, cuando empezaron a llegar a EE.UU. cifras récord de centroamericanos, incluyendo niños no acompañados y familias con niños.

 

Se advierte en el informe que la violencia de las pandillas en El Salvador, Guatemala y Honduras, es causa de gran parte de este éxodo de menores, ya que los  niños se han convertido en las víctimas principales de las bandas en estos tres países.

 

Muchos de los niños que Human Rights Watch entrevistó dijeron que fueron presionados para sumarse a las pandillas, a menudo bajo la amenaza de daño físico o muerte, para ellos o para los miembros de sus familias. Las niñas afrontan además el riesgo particular de la violencia sexual y el acoso por parte de los miembros de las bandas. Otros niños relataron cómo fueron extorsionados o secuestrados a cambio de un rescate.

 

Gabriel R., un joven de 15 años del departamento hondureño de Cortés, dio el siguiente testimonio a Human Rights Watch: “Estaba en la escuela, en el noveno grado. Un día, la pandilla se acercó a mí cerca del colegio donde estudiaba. Me dijeron que tenía que unirme a ellos. Me dieron tres días. Si no me unía a ellos, me matarían”. Gabriel R. huyó de Honduras por su cuenta en mayo de 2015, antes de que vencieran los tres días de plazo.

 

Sin embargo, cuando los niños huyen a México, los agentes migratorios con frecuencia no les informan sobre su derecho a pedir asilo ni los evalúan adecuadamente para determinar si cumplen con los criterios válidos para ser reconocidos como refugiados, descubrió Human Rights Watch.

 

Las amenazas también están presentes por parte de agentes del Instituto Nacional de Migración ya que varios niños contaron a Human Rights Watch que les advirtieron que la mera presentación de una solicitud de asilo resultaría en un período de detención más largo.

 

 La legislación mexicana establece que los niños no acompañados deberían ser transferidos al cuidado del sistema de protección de menores de México y que sólo deberían ser detenidos bajo circunstancias excepcionales. Sin embargo, la detención de niños migrantes parece ser la norma. México tiene el derecho a controlar sus fronteras, pero los niños migrantes no deberían permanecer encerrados, expone el informe de Human Rights Watch.

 

Se añade que el Gobierno de Estados Unidos que presiona a México para bloquear el cruce de centroamericanos, debería proporcionar más financiamiento y apoyo para que México mejore y amplíe su capacidad para procesar solicitudes de asilo y brindar asistencia social a los solicitantes de asilo y refugiados.

 

El gobierno de EE.UU. debería vincular el financiamiento que otorga a las entidades mexicanas dedicadas al control de la inmigración y las fronteras a su cumplimiento demostrado de las normas nacionales e internacionales de derechos humanos.

 

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expuso que la cifra de menores migrantes no acompañados detectados por las autoridades mexicanas aumentó en los últimos años un 333%, por lo que es necesario que se les brinde apoyo para superar la violencia y para generar oportunidades con las que puedan salir adelante.

 

De acuerdo con Unicef, los niños migrantes no acompañados enfrentan graves peligros como accidentes, trata de personas, el posible reclutamiento por el crimen organizado, el maltrato y la explotación, por lo que requieren protección. La mayoría de ellos son jóvenes entre 12 y 17 años originarios de Guatemala, Honduras y El Salvador.

 

www.theexodo.com

Los niños sin patria que huyen de la violencia y son rechazados por México y EU

 Vanguardia Digital

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