Cuando la noche del domingo 2 de julio del año 2000 Vicente Fox Quesada se alzó con el triunfo en la contienda por la Presidencia de la República con 42.52 por ciento de la votación emitida en esa jornada electoral, que ascendió a 37 millones 601 mil 618 sufragios, es decir, 64 por ciento del padrón de ciudadanos en edad de votar, en realidad no triunfó la llamada Alianza por el Cambio, integrada por el PAN y el PVEM.
Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
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El ganador de aquella contienda fue el ciudadano independiente Vicente Fox Quesada, quien pese a haber sido diputado federal por el PAN y gobernador de Guanajuato por el mismo instituto político, en realidad usó al partido y se apoderó de éste para utilizarlo como la plataforma legal que lo llevara a la Presidencia de la República.
Incluso fue parte del llamado “Gabinete Alternativo”, formado por Manuel de Jesús Clouthier del Rincón al calor de la discusión relativa a la validez del triunfo de Carlos Salinas de Gortari en la elección presidencial de 1988. Clouthier, como ahora su hijo del mismo nombre lo es en la LXIII Legislatura federal, habría sido candidato independiente a la Presidencia de la República, mas la figura no existía ni por asomo.
Así que Fox se apoderó de la nominación panista, que buscó y armó con recursos del gobierno del estado de Guanajuato, cuando gobernador de la entidad en el segundo intento, porque para el momento de andar en campaña en busca de la candidatura panista a la Presidencia de México, él y su familia estaban en banca rota. El Fobaproa los exhibiría en esa condición; su rancho San Cristóbal tenía todas las características de una granja sureña estadunidense abandonada.
Su renuncia, en 2012, a la militancia panista para echarse a la práctica de la adulación y apoyo de Enrique Peña Nieto, en ese momento en el estrellato político como candidato del PRI a la Presidencia de la República, habla más del oportunismo y la estrategia de lograr la simpatía del seguro Presidente de México, para evitar se hurgara en su fortuna apisonada con recursos multimillonarios derivados de los excedentes petroleros, que de ideales en el PAN.
Vicente, junto con su esposa Marta Sahagún, fue lo que el panismo ha pretendido echar bajo la alfombra o en el cuarto de los cacharros de la amnesia política, la pareja que traicionó al PAN, que usó al PAN para lograr sus ambiciones de busca fortunas mediante el poder, y que finalmente desbarrancó al PAN que en 2012 perdió la Presidencia de la República frente al favorito de las multitudes, Enrique Peña Nieto.
Y luego, Felipe Calderón Hinojosa hizo todo lo posible por despeñar al PAN merced a un gobierno de amigos, cuates y compadres que siguieron la pauta de sus antecesores foxistas de desmantelar a las instituciones y estructuras del Estado Mexicano.
Olvidaron gobernar con su partido y consolidar a su partido en el poder, amén de que contaron con el apoyo de aquellos que se dieron el gran atracón de recursos presupuestales en las dependencias que administraron como empresas personales, en el malentendido de lo que significa partido en el poder. Vaya debilidad ideológica de Fox y Calderón, tanta que el primero renunció a su militancia y, el segundo, se encargó de minarla cuando fracasó en el intento de apoderarse del PAN.
Esta larga referencia acerca de las convicciones partidistas de quienes actuaron y ejercieron el poder presidencial en desdoro de su partido y en contra de éste, como independientes o ciudadanos llegados al máximo cargo de elección popular del país, una vez que secuestraron al Partido Acción Nacional, ante la enjundia con la que la triada partidista mayoritaria en el Congreso de la Unión, pero en especial el Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados y el Senado, criticó y descalificó al resbalón del primer gobernador ciudadano del México contemporáneo en el país, El Bronco Jaime Rodríguez Calderón.
Se imagina como un cobro de factura y la revancha que descalifica al primer ciudadano que, desligándose de su partido, en este caso el PRI, llega a gobernador de una entidad rica y pujante como es Nuevo León, en calidad de independiente.
El Bronco fue diputado local y federal, ambos por la vía de mayoría relativa, y alcalde del municipio de García. Vicente Fox fue diputado federal y gobernador de Guanajuato; Felipe Calderón fue diputado federal, coordinador de su grupo parlamentario y secretario de despacho y director en el gabinete foxista.
Los tres saborearon las mieles del poder ungidos y arropados por el PRI y el PAN, de suerte que no necesariamente fueron una suerte de espontáneos ciudadanos trepados a la palestra en busca del voto popular. Los tres requirieron de apoyos externos para financiar sus campañas, sabedores de que éstas requieren de importantes fondos porque, de otra forma, todo será un sueño guajiro.
Así, llama la atención cómo el PAN encabeza la riada de descalificaciones enderezadas desde el Senado y la Cámara de Diputados contra El Bronco, responsabilizándolo de la masacre registrada en el Penal de Topo Chico, en Nuevo León.
Panistas, priistas y perredistas convienen en llamar negligente y omiso al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, y lo emplazan a que se ponga a trabajar y deje de andar en campañas ajenas, en el impulso a candidatos independientes a cargos de elección popular.
Y tienen razón, porque hoy por hoy El Bronco es figura en seminarios, conferencias y hasta diplomados relacionados con candidatos ciudadanos o independientes. Mas carecen de justificación cuando la reforma que determinó la legalidad de este tipo de nominaciones, fue cocinada y votada en los espacios del Congreso de la Unión y los congresos estatales, por tratarse de una reforma constitucional.
¿El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, es responsable del motín registrado en la prisión de Topo Chico, donde 52 reos murieron y 12 están heridos? Sin duda por omisión y exceso de soberbia, ésta que lo llevó a asumir el control de los penales y dejar fuera de su administración al gobierno federal. Y este asunto pasa por el Congreso de la Unión.
Ahora quieren la cabeza de El Bronco. La revancha, el restregar la inexperiencia de éste, cuando no hay tal. Cada quien ha tenido su Bronco, de qué se quejan. No tiene la culpa El Bronco, sino quien lo hizo gobernador. Por cierto, ¿dónde anda Fernando Elizondo Barragán, alter ego del gober olvidadizo? Digo.
VIERNES. En Acapulco, donde con la representación del presidente Peña Nieto inauguró la Expo Rail 2016, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz, Esparza dijo que ninguna obra trascendental se cancelará por falta de recursos.
Importantes obras ferroviarias como el acortamiento ferroviario de Aguascalientes, el Libramiento a Celaya o el túnel de Manzanillo, que implicarán inversiones por 12 mil millones de pesos se van a hacer con recursos privados mediante esquemas de asociaciones público-privadas.
Ese esquema se va a seguir en autopistas y puertos. Va a ser parte talento, parte diseño y parte la forma de que la Secretaría no suspenda obras que son básicas para el desarrollo económico del país, aseguró Ruiz Esparza. Conste.
@msanchezlimon
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