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Virreyes que ascendieron al poder arropados por el Partido Revolucionario Institucional, ejemplo en su momento de la pujante juventud priista que cruzaba los pantanos sin manchar el albo plumaje, los gobernadores de Veracruz y Quintana Roo se han convertido en un dolor de cabeza para el alto mando priista y, sin duda alguna, para el presidente Enrique Peña Nieto.

Columnista del periódico La Crónica de Hoy. Director del portal Entresemana.
Correo: sanchezlimon@gmail.com
Twitter: @msanchezlimon 

Javier Duarte de Ochoa y Roberto Borge Angulo pasaron de la imagen del gobernante de una generación que enterraba a las viejas malas famas del partido único, a ejemplo de rebeldía malsana, insolente con sus gobernados e insultante del sentido común de la ciudadanía que en su momento los admiró y ahora los desprecia.

 

Ninguno de los dos ganaría en este momento un concurso de popularidad en la calle donde viven, porque se han vuelto incómodos, tanto por sus desplantes de señores virreyes como por la pléyade de guaruras y besamanos que los rodean.

 

¿Ganará Héctor Yunes en Veracruz? ¿Mauricio Góngora tiene el triunfo en la bolsa? Esa es la preocupación que hay en el alto mando del PRI nacional. Y es que Yunes Landa es acérrimo enemigo de Duarte de Ochoa, a quien adelantó le aplicará la ley en cuanto asuma la gubernatura veracruzana, aunque para ello debe derrotar en las urnas a Miguel Ángel Yunes, otro malqueriente del gobernador Duarte.

 

Y si los desplantes y el blofeo de Duarte de Ochoa generaron severa incomodidad lo mismo en el CEN del PRI que en la Secretaría de Gobernación y en Los Pinos, la postura del quintanarroense Roberto Borge también molesta en esos ámbitos, porque ha decidido manejar su sucesión mediante una alianza en la que pretende entregar al PVEM el poder en Quintana Roo.

 

Para nadie es un secreto que el delfín de Borge Angulo era el diputado federal José Luis Chanito Toledo Medina, e hizo hasta lo imposible por cerrar el paso a cualquier otro aspirante. Pero, la decisión fue impulsar a Mauricio Góngora, como una solución salomónica para evitar división en el PRI.

 

Empero, la evidencia es que el principal opositor en la campaña de Góngora será Borge, cuya postura es contravenir a la dirigencia tricolor y ponerse al lado de una sui generis alianza personal con Jorge Emilio González, el ex niño verde, presidente del Consejo de Administración del Partido Verde Ecologista de México.

 

Para tal efecto, provocó que Carlos Joaquín González renunciara al PRI, porque Borge no privilegió el acuerdo de hace seis años mediante el cual Carlos Joaquín aceptó abandonar la carrera por la gubernatura.

 

Carlos Joaquín fue miembro del equipo de transición del presidente Enrique Peña Nieto en el capítulo Turismo, aceptó ser subsecretario de Turismo y, aunque es hermano del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, evitó usar el parentesco para lograr su objetivo de llegar al Palacio de Gobierno en Chetumal. Borge lo traicionó y pretendió imponer a José Luis Toledo Medina; incluso se enfrentó con los líderes del PRI Quintana Roo.

 

La gota que puede derramar el vaso, es que pretende imponer en la presidencia municipal de Benito Juárez-Cancún al diputado federal “ecologista” Remberto Estrada, cuya única carta de recomendación para ser alcalde, es la pertenencia al grupo de juniors comandado por Jorge Emilio González, el ex niño verde.

 

Líderes sociales de esta región de Quintana Roo, estiman que hay gato encerrado en esta relación de Borge con los dueños del Partido Verde Ecologista de México, porque no se entiende que un estado netamente priísta como es Quintana Roo, es entregado paulatinamente al Verde.

 

Veamos. En 2012, al PVEM se entregó una de las dos senadurías, la de Jorge Emilio González, el Niño Verde. En 2015, le dieron al Verde uno de tres distritos, la Zona Norte, para Remberto Estrada, más una diputación de representación proporcional, para Gabriela Medrano. Así, de los cinco diputados de Quintana Roo, dos son PRI, dos Verde y uno es PAN.

 

Borge pretende que la Alianza PRI-Verde apoye a Remberto y, lo que molestó en el CEN del PRI, el domingo último destapó a Remberto en Cancún. ¿De qué se trata?, preguntaron en la sede nacional priista.

 

Sí, hay molestia. Y hay razones de peso para ello, porque Cancún representa 50 por ciento de la población en el estado, y 50 por ciento del padrón electoral. Es la ciudad con más poder e influencia económica de Quintana Roo y del Sureste de México: recibe al año 19 millones de visitantes y capta 6 mil 800 millones de dólares en divisas, cerca del 40 por ciento del total nacional. Pero también es un estado muy mal administrado, con el primer lugar en deuda per cápita de todo el país. La deuda actual anda por 22 mil millones, aunque es una cifra opaca porque no considera deuda a proveedores.

 

La información que circula en Quintana Roo refiere que Borge Ángulo quiere entregar el municipio más importante de Quintana Roo, a un joven de 26 años, hijo de familia, sin ninguna experiencia de gobierno toda vez que su permanencia en esos cargos ha sido mínimo, en una especie de chapulín.

 

Remberto fue diputado local un año, líder del Verde estatal y diputado federal seis meses. Jamás presentó una iniciativa en la Cámara baja. Terminó la prepa con pésimas calificaciones (dicen sus maestros que reprobaba todas), y no tiene licenciatura. Su talento consiste en su estrecha amistad, salpicada de negocios con el Niño Verde. Remberto tiene buen cartel en las revistas de sociales de Cancún, pero sería una tragedia y probablemente un saqueo, que gobernara al municipio de Benito Juárez-Cancún. Conste.

 

MIÉRCOLES. Lamentable que haya quienes, en la desgracia personal ajena busquen noticias. Carroñeros… Digo.

 

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Vanguardia Digital

Borge y Duarte, gobernadores incómodos

 

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