Está visto que los diputados federales pueden ganar elecciones pero no un concurso de popularidad. Y, hacia la media mañana de éste jueves, tercer día de contingencia ambiental en el Valle de México, tricolores, verdes y azules, también algunos amarillos finalmente conocieron el Metro y como les gusta… ¡gratis! Otros pedalearon bien resguardados…

Pero Jesús Zambrano, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados que sin duda conoce y sabe y ha vivido las peripecias, arrimones y baños de pueblo en las líneas del Metro capitalino, no supo de esta hazaña de sus pares que, en un desplante populachero, se treparon a la limusina naranja para asistir a la sesión plenaria en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Bueno, bueno, hay que aclarar que, como en todo tipo de núcleos sociales, entre los diputados también hay niveles, porque Chucho Zambrano llegó en su vehículo oficial que es triple cero y, además, bien custodiado por la guaruriza camaral.

En cambio, el doctor César Cámara Quiroz, que no cura un pulque porque es doctor en derecho, junto con varios de sus compañeros y compañeras diputados y diputadas federales del PRI, de los que funge como coordinador, además de presidente de la Junta de Coordinación Política, se atrevió a viajar en la Línea 1 del Metro y llegó a la estación Candelaria con una estela aderezada de abucheos y algunos recordatorios maternales matizados con silbiditos de quienes lo reconocieron y le gritaron lindeza y media.

Diría el filósofo de Ciudad Juárez: “¡Ay, César! Pero qué necesidad”, porque el mexiquense de los relojazos de interés social –la sociedad está interesada en saber cuántos cientos de miles de pechereques le costaron las mollejas que presume en la muñeca—atendió la recomendación de alguno de sus asesores, chance y de todos los que cobran en la nómina de la bancada priista, y como niño héroe dejó el automóvil y se trepó al Metro para darse un baño de pueblo y comulgar con el ejemplo en esta emergencia ambiental.

Toootal, qué tanto es tantinto, reza la conseja popular y para pronto que el priismo de la cuasi burbuja en San Lázaro que se sube al Metro. ¿Quisieron pasar desapercibidos? ¡Naranjas! La oficina de prensa de Camacho Quiroz informó que el ex dirigente nacional del PRI llegaría a la estación Candelaria. Pero, filtrada la referencia del viaje para el baño de pueblo, por esos rumbos de Pino Suárez y La Merced llegaron fotógrafos y camarógrafos que evidenciaron la presencia de los próceres que daban el ejemplo.

“¡¿Por qué no viajas todos los días a la hora pico?!”, urgieron a Camacho quien con sonrisa de anuncio de pasta dental evitaba responder y saludaba con la palma abierta a todos y a nadie pero intercambiaba comentarios con los diputados priistas.

¡Ah!, también por ahí observamos –dirían los clásicos de sociales--  a Jesús Sesma Suárez, quien cobra como coordinador de los diputados federales del Partido Verde Ecologista de México y se dio su tiempo para el baño de pueblo y hacer declaraciones en la estación Candelaria.

Pero, bueno, de acuerdo con la oficina de prensa del doctor Camacho, éste llegó a San Lázaro acompañado por los legisladores Nancy Sánchez Arredondo, Yarith Tannos Cruz, Erika Rodríguez Hernández, Mariana Benítez Tiburcio, Jericó Abramo Masso, Edgar Romo García, Alfredo Anaya Orozco, Tomás Montoya Díaz, Alejandro Domínguez Domínguez, Gianni Ramírez Ocampo y Carlos Hermosillo Arteaga.

Atrás quedó la exigencia de usuarios del Metro de que utilizara este medio de transporte todos los días en las horas pico, para que sienta lo que sienten millones de usuarios. Incluso lo que un hombre de la tercera edad le gritó que el Metro es un servicio de pésima calidad y le reclamó que solo aparentara que colabora con el medio ambiente.

“Señor César –gritó-- que todos sus colaboradores utilicen el Metro de a deveras, no nada más para que ustedes se den baños de pueblo. Es una burla para el pueblo, yo me siento burlado por usted. El pueblo está inconforme, estamos inconformes con sus políticas”.

Camacho perdió momentáneamente la sonrisa y contestó: “Sí, ya te escuché”. Pero otros pasajeros se sumaron al reclamo y los abucheos subieron de tono; los pasajeros se dijeron indignados por este acto histriónico.

Camacho Quiroz quiso salvar el mal momento y atajó: “Lo único que queremos es llegar a chambear”.

Luego declararía, en la sede camaral, que para atender la contingencia “no es el tiempo del reparto de culpas, sino de asumir la responsabilidad en forma conjunta, creo que eso lo tienen que platicar los gobernadores de la megalópolis, por supuesto el gobierno de la República, en una suerte de conciliador, de concertador, bisagra para el entendimiento, más allá de responsabilidades jurídicas, aquí hay una responsabilidad con las personas que vivimos en esta región de México”.

Por ahí luego llegaron los diputados del PVEM, encabezados por su coordinador parlamentario, Jesús Sesma, luego del consabido baño de pueblo en el Metro.

DE PEDALAZO. Y, vaya, los panistas también se montaron en el espectáculo prohijado por la contingencia ambiental y, algunos encabezados por su coordinador Marko Cortés Mendoza, arribaro en bicicleta, proveniente de la sede nacional del PAN en avenida Coyoacán.

Marko dijo que hicieron un recorrido de ocho kilómetros y, ¡sopas!, constató que en la Ciudad de México hace falta una cultura de respeto a los ciclistas.

Por lo que concierne a diputados de Movimiento Ciudadano, fue más chévere y menos expuesto al rechazo de la raza, porque prefirieron compartir vehículos con otros legisladores para llegar a San Lázaro.

En el caso del coordinador de los diputados del PRD, Francisco Martínez Neri. El traslado fue a pie porque vive a tres calles de la sede camaral. Lo cierto es que legisladores del PRI y del PVEM ya pueden presumir que conocieron y viajaron en el Metro. Y como les gusta… gratis. Gracias a Miguel Ángel Mancera, cuya aportación para paliar efectos colaterales de la contingencia fue autorizar el libre uso gratuito del Metro, Metrobús y el RTP. Pos ya qué. Digo.

VIERNES. La estrategia de Miguel Ángel Mancera y el populismo frente a la contingencia; acusa, le responden, obsequia y le enmiendan la plana desde el gobierno federal. El lunes le platico de este asunto. ¿Cómo le habría ido al jefe de gobierno de la Ciudad de México si, al igual que los diputados hubiese viajado en el Metro? ¡Dios guarde la hora! Conste.

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